El silencio era absoluto, claro, restando los murmullos del café. En esa mesa solo se podía observar a dos jóvenes en una tensión un tanto vergonzosa, y era demasiado notorio; cualquiera que pasara también sentiría incomodidad. Aún así, nadie les estaba prestando atención.
El mozo fue quien le dio fin al ambiente, preguntando por la orden. Sunoo lo había rechazado anteriormente por la demora de su cita, pero ahora que él ya estaba, pidieron una merienda simple.
─Perdón ─soltó. Sunoo lo observó, esperando más palabras.
De nuevo el silencio. A este punto, Sunoo ya te había arrepentido un poco de ir.
─Quiero decir, yo... Perdón, me trabo ─Sunoo río tenso. Le daba un poco de ternura la manera en la que él intentaba disculparse, aunque también un poco de vergüenza le daba.
─Puedes decirlo, yo te entiendo ─apoyó. Sus intentos, aunque fueran torpes, funcionaron, pues Riki había suspirando, listo para expresarse.
─Me cuesta salir, no me gusta. Lo siento si te di a entender que no me interesabas ─hizo una pausa para tragar saliva. ─Prometo no volver a hacerlo, en serio ─.
Sus ojos se encontraron, mirándose detalladamente. La incomodidad del momento se había marchado, indiferente a la atención que ahora se prestaban entre ellos.
─G-gracias ─murmuró. Esto lo hacía muy complicado, a Sunoo le encantaba salir, con Tzuyu lo hacía todo el tiempo. Sin embargo, quiso ser comprensivo. Debía entenderlo, tal vez las salidas podrían cambiarse a visitarse entre ellos o algo así. Pero él quería intentarlo de cualquier forma.
─Me gustas ─Sunoo lo miró, aumentando su temperatura en sus mejillas. Riki se arrepintió de esas palabras impulsivas, pero vuelta atrás ya no había. Evitaba el contacto visual, nervioso ante la respuesta del mayor.
─Tú también ─respondió.
Y antes de poder siquiera mirarlo, el mozo que los había atendido anteriormente regresó con sus cafés y sus bocadillos. Agradecieron, aprovechando la situación para pagar ahí mismo.
Esas confesiones se quedaron volando al rededor de ellos, sus mejillas estaban coloradas y sus bocas formaban una sonrisa tímida. Riki tomaba de su café, intentando que el tiempo avance; pero Sunoo lo había detenido solo para observarlo maravillado.
─Riki ─llamó luego se varios minutos en silencio. Él lo miró, aumentando el nerviosismo provocando que sea más notorio.
─¿S-sí? ─sintió su mano ser sostenida. Su corazón palpitaba fuerte, se sentía demasiado bien ese toque.
─Quisiera intentarlo ─entrcortó, como si se hubiese arrepentido a último momento de decir aquello.
El tiempo corría, siendo ellos los únicos en pausa, mirándose. No había apuros de arreglarlo; pero no había tiempo para observarse, sus corazones lo necesitaban.
─Yo también ─respondió. Correspondió el agarre de Sunoo, apretando sus manos.
─Entonces... ─Riki le asintió sonriente. Quería en ese momento salir hasta quedar con ojeras; todo para recompensar el tiempo que le hizo perder.
Tzuyu se enojaría un poco, pero valió la pena.
Lo siento por procrastinar mi jente
ESTÁS LEYENDO
𝙲𝚘𝚗 𝚜𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚞𝚗 𝚑𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 〔sunki〕
Lãng mạnUna carta mal entregada puede ocasionar sentimientos complicados y malentendidos equivocados. 🌼• Historia completamente mía. 🌼• Mención de otros idols. 🌼• No adaptaciones sin mi permiso.