하나: cambio de planes

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─¿Vas a ir? ─Tzuyu no se cansaba de preguntar aquello que estaba pensando como si fuese una decisión que cambiaría por completo su vida. O bueno, tal vez sí.

─¿Debería darle la carta a Haewon? ─La cara de su amiga cambió por completo su entorno, pasando de uno de grande emoción a uno lleno de decepción. ─Es que no es para mí... ─Okay, tal vez eso sonó un poco triste. Y aunque no era de él, le gustó bastante aquel llavero.

─Ya se fue ─informó.

Sunoo leía mil veces la carta, pensando si debía ir. La escuela ya estaba llena de bichos raros que iban a la tarde ─porque lo admitía, era un poco clasista─ y no sabía la dirección de Oh. Tzuyu lo miraba atentamente buscando una respuesta en sus ojos. Ese momento no duró ni un minuto y Sunoo la miró decidido.

─Voy a ir ─dijo valientemente, pero por dentro estaba con los nervios hasta los huesos. Tzuyu le aplaudió alegre. Sunoo nunca tuvo alguien que quisiera con él, ni siquiera en la primaria. Así que esta era una buena oportunidad, aunque la víctima ya estaba enamorada.

─¿Y qué le digo? ─una pregunta bastante necesaria. ¿Qué poroto le iba a decir cuando vea que en vez de Haewon, llegaba un tipo más bajo que la chica?

【...🌼...】

─¡Pero qué le digo! ─reclamó Sunoo al ver a su amiga sacar su ropa como si fuera que estuviera escarbando.

─Toma ─unas prendas de vestir color beige y marrón cayeron en su rostro, tapando su vista. Era algo particular a lo que llevaba Haewon de vestir, bastante parecido.

Él tomo aquel montón de ropa prolijamente desparramada en sus brazos, dudando un poco si era correcto hacerlo o no. No era agradable citar a una bonita chica graciosa y que aparezca un chico con cara de desorientado y para colmo vestido igual que su amada.

─No voy a ponerme esto. Voy a vestirme como siempre lo hago ─devolvió las prendas y buscó él mismo su oufit entre la montaña que se creó por culpa de Tzuyu.

Luego de buscar por bastante tiempo el oufit perfecto, se decidió por una camisa amarillo claro y su pantalón favorito: su jean holgado negro. De accesorio una gorra de color rojo no tan brillante y estaba listo, solo faltaba bañarse y tal vez maquillarse un poco.

─¿Ya estás, Sunoo-ah? ─desesperada, Tzuyu gritó al estar esperando media hora en la sala de estar porque su amigo no bajaba nunca.

─Solo me falta el rubor ─devolvió el grito. Chou suspiró. El niño tardaba más que ella en arreglarse, y eso que era hombre.

Unos veinte minutos más, el Kim más arreglado que vio en su vida bajó, dejándola con la boca abierta. No se había preparado así ni siquiera en los quince de su mejor amiga, ni siquiera cuando fueron a conocer a Newjeans y Haerin le tocó la mano.

─¿Qué es esto? ─sonrió pícara.

─¿Qué? Es mi primera vez en una cita, y ni siquiera es mía ─.

Tzuyu se río alteradamente, pero Sunoo no. Le daba un poco de vergüenza. ¿Y si se burlaba de él? ¿Si se enojaba con él? No quería pasar ninguna de esas opciones. Así que decidió por lo menos verse lo mejor que podía.

Algo era algo.

Riki, Riki, Riki

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Riki, Riki, Riki... ¿Quién era Riki? Lo conocía de oído, y lo único que sabía de él es que era alto. Y bueno, un poco ruidoso, sus compañeros que sí lo conocían vivían quejándose de eso.

─Noona, ¿conoces a Riki? ─suspiró pesado al ver la cabeza de su amiga negar.

─Creo que es compañero de mi primo. Voy a preguntarle ─.

Observó como sacaba su celular, tocaba algunos botones y esperaba quieta un mensaje. Luego de unos segundos, le sonrió a la pantalla.

La pantalla pasó de los ojos de la taiwanesa a los del coreano, mostrando una foto de un chico alto, que supuso era el tal Riki.

─Ahí lo tienes ─revisó de nuevo la foto, inspeccionando a la persona. ─Tiene cara de hetero ─.

Sunoo rodó los ojos. Como si no hubieran encontrado una nota para su compañera de ese mismo chico.

─Supongo que tengo que ir, ¿verdad? ─contempló el parque que se encontraba frente de él: era un bonito día, había sol y una linda temperatura. Cero humedad, césped verde y... el chico, alias Riki, sentado en una de las bancas. Su pierna se movía con velocidad, y miraba para todos lados buscando, lo que él creía, a Haewon.

─¡Está ahí! ─chilló en un hilo de voz, emocionada. ─Seré tu fotógrafa profesional. Ve ─.

Fue empujado un poco más cerca del chico. Con nervios caminó lentamente, sin querer mirarlo. Se podría decir que su mano se encontraba convulsionando cuando se sentó al lado de él. Su voz no salía aunque quería hablar, y su cara se puso un poco roja al sentir la extraña mirada que el alto le daba.

Lo único que pudo hacer fue sacar la nota junto el llavero ─aunque le doliera─ y mostrárselo. Su voz logró salir, pero solo articulaba balbuceos.

─Estaba en mi mesa ─tartamudeó por fin. Se quedaron en la misma posición, los dos igual de incómodos. Los segundos duraban como minutos, y luego de unos veinte, Sunoo habló nuevamente. ─Sé que era para Haewon, pero ella ya se había ido y no se lo pude dar, no quería que pienses que te habían rechazado ─.

─No tengas problema ─habló con dificultad, seguía nervioso.

Le daba vergüenza, pero Tzuyu se vería decepcionada si no lo hacía.

─Entonces... ¿sí vamos por el helado? ─.

𝙲𝚘𝚗 𝚜𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚞𝚗 𝚑𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 〔sunki〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora