셋: ¿Amor o dolor?

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─¡Tzuyu Noona, lo hice! ─se abalanzó hacia su amiga, quien lo recibió con los brazos abiertos y sonrisa gigante.

─¡Lo hiciste! ─felicitó como una gran madre orgullosa. El logro de su amigo era algo especial, así que la fecha iba a ser recordada y guardada en su diario.

La sonrisa de los dos era inmensa. Tanto, que hasta las mejillas dolían del esfuerzo que hacían.

—Siento algo raro en el estómago, Tzuyu Noona —se tocó la zona afectada y con sus cachetes un poco inflados la miró a los ojos. La ternura creció dentro de Tzuyu y lo abrazó con cariño. De tantos años que lo había entrenado, resultó bien a comparación del entrenamiento que su hermana le había dado a ella —bad ending—.

—Eso, amigo mío, es amor —palmeó su cabeza unas tres veces y comenzó a caminar, dirigiéndose a quién sabe.
—Vamos, esto se tiene que celebrar —.

Intentaron con alcohol, pero no les gustaba a ninguno de los dos. Compraron sidra para niños y, en vez de emborracharse, se les subió el azúcar.

 Compraron sidra para niños y, en vez de emborracharse, se les subió el azúcar

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R

iki se sentó en el sofá con una expresión pensativa. Había llegado a la casa de su amigo para hacer tarea, pero obviamente estaban haciendo todo menos eso. Suspiró pesado luego de perder tres rondas consecutivas del Uno. Jaeyun, su amigo desde la infancia, lo observó con ceño fruncido.

—¿En serio vas a hacer esto, Riki? No puedo creer que estés tan tranquilo. Es una locura — dijo con tono de preocupación.

Riki suspiró y miró a Jake, sabiendo exactamente a donde iba.

—Lo sé, suena extraño, pero no puedo simplemente ignorar lo que pasó. Además, ¿qué otra opción tengo? No puedo dejarlo plantado, sería muy cruel —Jaeyun le frunció el ceño aún más, claramente disgustado.

—Riki, a ti te gusta Haewon, no puedes aceptar a ese chico solo porque te dio pena. Estás jugando con tus sentimientos. Además, el plantado aquí ibas a ser tú —el juego de cartas que poseía en sus manos fueron tiradas arriba de la mesa, dejando ver su baraja.

—No estoy seguro de cómo manejar esto, Jake. Pero siento que debo hacerlo. Espero que me entiendas —Riki se mordió el labio, indeciso a sus palabras.

Jake suspiró, resignado.

—Está bien. Pero prepárate para lo peor. No creo que esto vaya a terminar bien —.

Convencerlo no iba a ser fácil, pero él iba a sacar del camino a ese muchacho sea cual sea la situación, el momento o el día. Además, esa china no podía impedir el romance adolescente —no tan adolescente— de su amigo.

 Además, esa china no podía impedir el romance adolescente —no tan adolescente— de su amigo

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—Tzuyu, creo que no eran esas mariposas... —Sunoo había olvidado otra vez su alergia a los frutos secos y había probado el helado sabor pistacho de Riki y... bueno, tal vez una visita corta al baño no era mala idea, pero estaban fuera de casa, muy fuera. No habían lugares públicos y Sunoo cada vez estaba más desesperado. —Tzuyu, necesito un trono blanco —.

Y aunque capaz la pasó mal, ese día fue el mejor de sus días: es de suerte sacarse cita con un chico alto y ganarse un llavero de zorro.

𝙲𝚘𝚗 𝚜𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚞𝚗 𝚑𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 〔sunki〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora