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• Esuatini estaba tratando de no mostrar una cara de irritación, ¿Debido a que?: José. Aquel niño no se callaba ni cinco minutos. Para su suerte, lo estaba logrando. Por su parte, el angoleño solo miraba a Madagascar, quien parecía que pensaba demasiado.

——Ahora preguntó yo, ¿Que que piensas?—— 

El malgache salió de sus pensamientos al escuchar la voz del otro. Jose nisiquiera sé inmutó.

——No estoy pensando en nada.——
Obtuvo como respuesta una mirada juzgona por parte del luso.
——...Solo es...el amigo que mencioné.——

——¿Y quién es ese amigo?, ¿Puedo saberlo?——
Preguntó Angola.

El malgache comenzó a voltear hacia varios lugares al azar, no sabía si sería buena idea contestar la incógnita del luso. Este solo desvío la mirada.

——No...no puedes saberlo.——
Dijo encogiéndose de hombros.

Antes de que el luso pudiera articular palabra para contestar, el angloparlante se acercó a ellos rápidamente.

——Creo que debemos salir de aquí...——

Los otros dos lo miraron confundido. El suazilandés señalo con la mirada hacia la ventana. Se podía ver a un grupo de hombres fuera de ésta, y no se veían muy contentos.

——pero que...——

——¡Abran la puerta, sabemos que estan ahí!——

——Mierda...——

Todos se miraron entre si. Rápidamente el suazilandés comenzó a guardar ciertas cosas en una mochila, y se giró hacia los otros.

——Creo que va siendo momento de que nos vayamos——
Dijo una vez los hombres comenzaron a golpear a la puerta.

——Pero...¿Por dónde vamos a salir?——

——...¿No has visto que hay dos...?,...¡Solo siganme!——
Exclamó jalando ligeramente al humano, mientras los countries solo lo comenzaron a seguir. 

Llegaron a la puerta trasera, y fue ahí cuando escucharon como la puerta se derrumbaba. El grupo comenzó a correr del lugar, alejándose rápidamente. Escucharon un par de gritos y órdenes en español, y vieron como uno de los hombres los empezaba a seguir.

——¿Quienes son esos hombres?, ¿Por qué nos sigue?——
Preguntó el humano, notablemente asustado

——Creo que prefiero no saberlo...——
Contestó Angola.

[...]

——¿Lusaka? ——
Preguntó la zambiana
——¿Brasil?, ¿Perú?...Dios, ¿Que diablos hacen aquí?, ¡Deberían estar en sus territorios!——

—Lo sabemos...Pero...Es una larga historia.——
Dijo Perú poniendo sus manos en su cintura.
——Estabamos buscando a Mozambique, después mandaron el comunicado y...ah, no podemos salir del país.——

——...Muy buena tu historia, pero...¿Que hacen en mi país?——e
Exclamó la mujer cada vez más confundida.

——...¿Puedo hablar contigo en privado?——
dijo Brasil.

——Claro——
contestó.
——Si, si, perdón, pasen.——
Dijo y se hizo a un lado.

Ambas mujeres entraron en una habitación. El hispano y la capital se quedaron viendo incómodamente en el sillón. Minutos después, un grito de sorpresa rompió el silencio.

——¡A ver!, ¿Cómo que los secuestraron?, ¿¡Por qué!?——
Exclamó la africana.

——Tengo la misma pregunta.——
Dijo la brasileña encogiéndose de hombros.

——Esto es demasiado para procesar...——

——¿¡Están bien!?——
Exclamó la capital entrando en la habitación.

——Lus, agarrame, me voy a desmayar...——
Musitó la Zambia a dejándose caer, siendo alcanzada por la capital justo a tiempo.

——...¡No jodas, se desmayo enserio!——
Exclamó el peruano.

——...¿Pues que le dijiste? ——
Preguntó Lusaka a Brasil.

——La verdad...——

[...] 


——¿En donde estamos ahora?——
Preguntó el malgache al Suazi una vez lograron perder al hombre que los seguía.

——Si te soy sincero, no tengo idea.——
Dijo, tratando de recuperar el aire. Abrió la mochila y sacó un inhalador.

——...¿Tienes asma?——

——...No imbecil, lo uso porque sabe a frutas.——
Dijo con sarcasmo.

——Lo siento...es solo que nunca te había visto usar un inhalador.——
Confesó Angola.

——Que no veas algo, no significa que no exista o pase.——
Comentó.

——...——

——Esuatini, ¿De verdad no sabes dónde estamos?——
Preguntó Madagascar.

——No... Creo que nunca había venido hacia acá ——
Contestó guardando su inhalador.

——¿Quiénes eran esos hombres?——
Preguntó el menor de los cuatro.

——....No lo sé.——
Contestó Madagascar.

El grupo se quedó en silencio, decidieron descansar un poco, ya que estaban agotados después de haber corrido tanto.
Angola estaba muy pensativo, Madagascar solo veía a la nada misma mientras abrazaba sus piernas, visiblemente preocupado. José solo jugaba con la tierra, y Esuatini... existía.

——Creo que deberíamos seguir caminando, esos tipos podrían encontrarnos.——
Dijo Esuatini poniéndose de pie. Extendiendoles la mano a los otros para que se levantaran, pero Angola parecía perdido en sus pensamientos
——¿Vienes con nosotros, Angola?——

El Angoleño salió de su trance, y luego de dudarlo un poco, lo tomó de la mano, y se limitó a asentir, para luego levantarse.

——¡Vamos a buscar al señor Mozambique!——
Exclamó el menor con una sonrisa.

——Espero encontrarlo pronto...——

[...]


—O que você está fazendo?...não, não!,.me deixe em paz!...Chega, por favor!... Por favor, eu não quero isso...——

🔎

En Busca De Un Africano | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora