03

58 5 10
                                    

«‹ ›»

El angoleño ya había llegado a territorio mozambiqueño, más específicamente a Maputo, la capital del país africano. Tardó un rato, pero llegó a la casa de su hermano. Tomó un suspiro y tocó la puerta, al hacerlo notó que la puerta nisiquiera estaba cerrada.

- ¿Pero que? - musitó. Empujó la puerta, abriéndola completamente. - ¿Mozan? -

Entró lentamente a la casa, la cuál se notaba que ya tenía tiempo que nadie entraba por ahí. Soltó un suspiró y caminó un poco. De repente sintió como trozos de vidrio se rompían bajo sus pies, bajó la mirada, pudiendo apreciar un celular. Se agachó a tomarlo con cuidado.

- ¿Porque estaría roto? - pensó. - Mozan, ¿Que te pasó? -

Guardó el celular y lo puso en su mochila, tenía la idea de que podrían repararlo y tal vez encontrar algo que lo ayude.

Continúo caminando por la casa, pero no encontró nada nuevo. Notó que ya era algo tarde, fue hasta la habitación de su hermano, como pensaba, estaba vacía.

- ¿Será que se enoja si duermo en su cama? - preguntó en voz baja. - ...¿Porque le estoy hablando al aire? - pensó.

Tomó un suspiro y se acostó en la cama.
Tomó una fruta de su mochila y comenzó a comerla.

Mientras trataba de conciliar el sueño comenzó a pensar y luego a recordar, la mayoría de sus recuerdos eran de él, sus "hermanos" y algunas veces también de Reino de Portugal, mejor conocida como su "madre".

Finalmente un rato después, terminó dormido.

-

La brasileña se encontraba en el aeropuerto, con un boleto a Mozambique. Si, ella también había decido ir a buscar a "Su hermanito". Pero no, ella no iba a ir sola, a su lado estaba cierto peruano.

Pero...¿Que hacía Perú ahí?, Fácil, había sido obligado tanto por la brasileña como por el argentino.

La brasileña para que la acompañara, porque no quería ir sola. El argentino porque quería que alguien "Cuidara" a su crush.

- ¿A dónde dijiste que iríamos? - preguntó el peruano.

- A Mozambique. - contestó la brasileña.

- Si pero, ¿A qué parte de Mozambique? - interrogó nuevamente.

- A la capital, Maputo. - contestó la de habla portuguesa.

El peruano se aguantó un carcajada al oír el nombre.

- perdón, perdón, pero...¿M-Maputo?, ¿Enserio? - dijo con tono de burla.

- ...¿De que te ríes? ¡Tu capital tiene nombre de fruta! - contestó molesta.

- Lo sé, lo sé...pfff...pero "Maputo" suena bastante divertido. ¡No te enojes conmigo! - exclamó aún divertido.

La brasileña lo miró mal, pero luego río.

- Si...lo sé, aún recuerdo la primera vez que oí el nombre de la capital de Mozan, también me causo gracia. - aceptó finalmente.

Ambos rieron nuevamente.

- ¿Cuánto dijiste que tenía desaparecido? - quiso averiguar el de de bandera roja y blanca.

- Al rededor de dos semanas... - contestó y luego soltó un suspiro, mientras veía al piso.

- Oye... tranquila, ya verás que aparece. ¡Yo te ayudaré a buscarlo! - dijo como forma de darle ánimos a la otra.

La brasileña sonrió ligeramente.

- Mientras que no lo busques como buscaste mi balón, creo que todo estará bien. - dijo recordando la vez que el peruano había perdido un balón autografiado y lo "había buscado".

- ....¿Eres muy rencorosa no? - dijo con tono divertido.

- Meh, un poco. - le dió un codazo. - tu también lo eres, enano.

- Oh vamos, ¿Me llamas enano a mi?, ¡Ni que fuera el novio de Mex! - exclamó a manera de burla.

- No, el es más enano que tú. - dijo riendo un poco. - ¿Cómo le habrá hecho ese mexicano tan horrible para enamorar a ese Árabe?

- Ni idea. - contestó. Pero, en estos tiempos cualquiera puede enamorar a un country con dinero.

- ¿Como tú con el wombat? - dijo refiriéndose al australiano.

- ...¡Yo sí estoy guapo! - exclamó molesto.

- Nunca dije que no lo fueras. -

Ambos continuaron hablando, hasta que llegó el momento de arribar su vuelo.

-

El sudafricano se encontraba caminando a la orilla de la playa nuevamente, acababa de surfear un poco y tenía ganas de comer algo. Al llegar al lugar donde estaban sus cosas y su ama de llaves, saludo a la mujer y tomó su celular, encontrando repetidos mensajes, ¿De quien?, Del jamaicano.

- Este hombre... - marcó el número del americano y esperó a que contestara.

- ¿Hola? - se escuchó que un somnoliento jamaicano contestaba.

- ...¿Estabas dormido a la 1 de la tarde? -

- ...¿Cuál una de la tarde? ¡Son como las seis o las siete de la mañana! - exclamó.

- Oh. Bueno, como sea!, ¿Que carajos necesitas como para mandarme treinta mensajes que ni leí? - preguntó.

- Niño, ¡Lenguaje!, ¡Lenguaje! - exclamó la ama de llaves.

- ...perdón... - se aclaró la garganta. - como sea, ¿Me responderás?

- Si, bueno... ¿Sabes algo de Mozan? - preguntó.

- Que no, hombre, ¿Que te cuesta entender que no lo he visto desde hace ya tiempo? - contestó.

- Oh...bueno gracias. - dijo y colgó la llamada.

- Me colgó...? -

- A ver niño, ¡Que pasa con esa boca tuya!, ¡Puras groserías dices! - exclamó la mujer cruzandose de brazos.

- La costumbre, Carla, la costumbre. -

- Ghm... -

🔎

En Busca De Un Africano | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora