La Otra Cara De La Luna // Adaptación Emiliaco

17. LA OTRA CARA DE UN QUIEBRE

Aprovecho de avisarles que a partir de éste capitulo se empieza a vivir el drama 🥲

No estaba en los planes de ninguno, pero luego de su apasionada celebración de aniversario, ambos cayeron abrazados en un profundo sueño.

Joaquín fué el primero en despertar, se sintió algo abrumado y un poco confundido al sentir el calor de un cuerpo a su costado, y darse cuenta que estaba en su propia habitación.

Pero finalmente una cálida emoción llenó su pecho, al darse cuenta que tenía a Emilio descansando con un semblante lleno de paz junto a él.

Lo miró por largos segundos antes de atreverse a acariciarlo. La luz del día había comenzado ya a iluminar la pequeña habitación de colores pasteles, y fué entonces cuándo Joaquín pudo observar con mayor detalle el rostro de su novio.

Le pareció notarlo un poco más pálido de lo usual, y unas marcadas ojeras hacían sombra bajo sus siempre hermosos ojos. Pensó en lo testarudo que era Emilio, por nunca tomarse un tiempo de descanso, y por más que le rogara dejar de salir a entrenar de madrugada, y de hacer tantas horas adicionales en la pastelería los fines de semana, el mayor siempre se negaba, a pesar de verse cada día un poco más cansado.

- Amor...- Joaquín susurró mientras daba un suave beso en la frente del rizado - Emi, se nos hace tarde, ¿quieres desayunar conmigo?-

El mayor reaccionó lentamente frente a las dulces palabras del ojimiel. Una sonrisa se pintó en sus labios cuándo estuvo lo suficientemente despierto para recordar lo que había pasado.

Pero tan rápidamente como la sonrisa apareció se borró, luego de que al abrir los ojos comprendiera que era muy tarde y se había perdido su entrenamiento matutino.

- Joaquín, ¿porqué no me despertaste? - Emilio inquirió con voz ronca mientras se inclinaba sosteniéndose sobre sus antebrazos.

- Eso es precisamente lo que estoy haciendo Emilio, despertarte... yo también me he dormido.-

- Lo siento, no quise culparte... es sólo que hoy es el partido - el rizado se sentó sobre la cama, y Joaquín lo imitó enseguida - Pero bueno quizás si me doy prisa alcance a recorrer algunos kilómetros... si llego un poco tarde a la escuela no creo que importe demasiado-

- Yo te estaba pidiendo que te quedaras a desayunar conmigo... mi padre jamás despierta a ésta hora, y podría traer todo aquí a la habitación...-

- Oh bebé, sabes que me encantaría... pero no puedo dejar mi entrenamiento, ¿lo entiendes?-

- ¿Y sólo un chocolate caliente cómo te gusta?... por favor - Joaquín asomó su labio inferior formando un tierno puchero.

Emilio cubrió su sonrisa con sus manos, ¿Había forma de resistirse a ese dulce gesto?... Probablemente no para Emilio.

- Está bien, sólo un chocolate...- Emilio sonrió y Joaquín le dió un rápido beso en los labios.

Inmediatamente después, el castaño se vistió y bajó a toda prisa para preparar la bebida caliente favorita de su novio, y Emilio también se puso de pié al instante en que Joaquín salió de la habitación.

El oji-café buscó su ropa, la cuál estaba esparcida por el piso, y se vistió rápidamente. Sin embargo, sintió la repentina y urgente necesidad de ir al baño.

Se asomó discretamente al pasillo, observando a todos lados al notar que la distribución de las habitaciones era muy diferente a la de su casa. Caminó un par de pasos a la derecha, y se detuvo frente a una puerta creyendo que se podía tratar del cuarto de baño.