25. LA OTRA CARA DE ESTAR JUNTOS

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20, 30 minutos quizás... la verdad es que no tenían la menor idea del tiempo que había transcurrido desde que estaban allí.

Emilio sumido entre los brazos de Joaquín, ambos derramando lágrimas que no tenían una emoción definida por representar. Todo era demasiado intenso, y daba una sensación tan surrealista que no se podía definir en palabras.

Todo parecía ser un profundo y extenso toberllino de emociones. Y parecía que ninguno tenía la intención de soltar al otro, pero tampoco de comenzar con una conversación que claramente se debían.

Fué mucho más sencillo entregarse por completo al sentimiento. Dejar que el llanto drenara lentamente toda la confusión, el miedo y el dolor que llevaban acumulando por tanto tiempo; hasta que en algún punto una pregunta, ó una frase espontánea los trajera de vuelta a la realidad y los volviera a unir.

- Emi, yo siento tanto haberte engañado, pero es que, una parte de mí lo sabía... sabía que la vida no podía volver a juntarnos sólo para separarnos de una forma más cruel que la anterior...- Fué Joaquín, quién se atrevió a romper el silencio, aún había demasiada emoción y pequeños sollozos entre sus palabras, mientras se mantenía con su cabeza escondida entre el cuello y el hombro del rizado - amor, por favor... perdóname, necesito sentir que entiendes lo feliz que estoy en éste momento...-

Hubo un largo silencio antes de que Emilio tuviera las fuerzas suficientes para lograr hablar. Se separó lentamente de Joaquín, sin soltar completamente el abrazo, pero lo suficiente para que sus rostros quedaran frente de frente.

El menor sintió una leve opresión en el pecho al ver el rostro del oji-café con más detalle. Emilio se veía agotado, su piel parecía haber perdido ese hermoso bronceado, luciendo ahora bastante pálido, y con unas marcadas ojeras.

- Joaquín, tú... ¿estás completamente seguro de lo que acabas de decirme? - Emilio murmuró con algo de miedo en su expresión.

- Completamente mi amor. Kathy ha llamado para avisar que ésta mañana llegaron los resultados desde la CDMX... no hay muestras de mutación genética de Huntington en tu muestra... estás bien, cariño.

- Pero yo... no entiendo, Joaquín, siento mucho dolor, cansancio... y, de verdad estaba seguro que el resultado sería positivo - Emilio agregaba con el ceño levemente fruncido, y con la sensación de que aquel momento era un sueño del que tristemente tendría que despertar.

- Eso tiene una explicación Emi - Joaquín secó la humedad del rostro de Emilio, y acomodó suavemente su cabello - el dolor es porque tienes un desgaste importante en la fibra muscular, y el cansancio es porque tienes anemia... y todo es porque entrenas y trabajas demasiado, y... te alimentas horrible.

- ¿Cómo? - Emilio preguntó incrédulo.

- Emilio, entrenas por horas por tu cuenta, más los entrenamientos de la escuela, los partidos, y un montón de horas trabajando de pié, y sólo comes chatarra. Es algo bastante serio según Kathy, pero nada que no mejore comiendo verduras, y visitando a un especialista...-

- El remedio es peor que la enfermedad...- el rizado murmuró, y una de las comisuras de sus labios se elevó sutilmente mostrando una pequeña sonrisa.

Joaquín suspiró. Había extrañado tanto esa imagen, ese rostro, ese sentimiento inmenso y abismal que significaba estar junto al amor de su vida.

- Te prometo que buscaré una forma de hacer que las verduras tengan buen sabor para tí. Te ayudaré aprendiendo algo de fisioterapia. Haré todo para que estés bien amor...- Joaquín suspiró y le dió una sentida mirada al mayor - claro, bueno... si es que tú me lo permites.

La Otra Cara De La Luna // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora