Capítulo 1.

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Quería saber él porque estaba aquí, es un lugar lleno de chicas, lleno de bichos raros y telarañas en las paredes.

Hoy se cumplían 5 años desde que me separaron de mi familia, maldije aquella vez en que caminaba por una calle sólida y desierta, llena de oscuridad, ese fue el día que me secuestraron, me taparon el rostro y me arrojaron a una camioneta negra, yo sollozaba mientras que mi captor y otros colegas me decían que me callara, pero era inevitable sabiendo que, que harían conmigo esos hijos de puta.

Mientras recordaba todo aquello, baje mi cabeza hasta mis rodillas y la metí en ellas, lloraba sin cesar. Recordando, recordando, el saber que tal vez nunca vuelva a ver a mi familia me hacía llorar más, extrañaba a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos y amigas, a mi novio, simplemente extrañaba mi vida, quería volver a ella, quería que todo esto fuera una pesadilla, pero lamentablemente no lo era, desee estar muerta en este instante, acabar con este dolor es lo único que necesito en este momento.

—Dicen que recordar es malo—. Dijo una de mis compañeras.

— ¿Qué?

—Recordar es malo, acaso, ¿nunca te lo mencionaron tus padres?—alzo una ceja y se sentó a lado de mí.

—Perdón, pero nunca me lo mencionaron, además, ya no los volví a ver cuándo solo tenía 14 años—le explique.

—Oh, perdón, yo no los volví a ver cuándo tenía 16 años, pero dime pequeña, ¿cuántos años tienes ahora?—. Se movió para poder hablar mejor.

—Ahora tengo 19 años, y tú, ¿cuántos tienes ahora?

—Tengo 25, exactamente he pasado aquí 9 años de mi vida, he mal gastado mi vida en estas cuatro paredes mugrientas y negras, pero al parecer a ti Oliver no te ha llamado ¿o sí?—me miro por un segundo y después miro a unas cuantas chicas que aun sollozaban por estar en este lugar tan horrible y asqueroso. —Mira a esas pobres chicas, llorando por estar en este lugar tan horroroso y feo, simplemente ellas quieren ser libres, quieren ser salvadas de esta pesadilla.

—Lo sé, así me siento yo todos los días—. Alcé mi mirada hacia mi compañera y la mire. —Pero cuéntame más sobre nuestro captor, ¿qué hace el cuándo nos llama a su oficina?

—Pues, mira, te contare, solo lo diré porque aún no te han llamado, pero créeme que cuando lo hagan querrás morir en ese instante, es el infierno lo que te hacen allí dentro, pero descuida, después te iras acostumbrando—bajo su mirada y miro la punta de sus pies—. Hey, aun no me has dicho tu nombre.

—Oh, perdona, soy Elena, Elena Winston—. Me corregí a mí misma y la mire a ella—. ¿El tuyo?

—Olivia, Olivia Dallas—me estrecho su mano, lo cual yo la recibí con mucho gusto—. Un gusto en conocerte Elena.

—El gusto es mío Olivia—le sonreí y me recosté un poco en ese colchón de algodón blanco y suave.

—Elena—escuche decir a una voz masculina mi nombre, en ese momento, me levante rápidamente y mire a Oliver, mi captor, el me llamaba. Olivia me miraba con algo de terror y angustia en su rostro, con una mueca me dijo que fuera y así lo hice, camine hacia aquella puerta negra y sólida, me adentre en una pequeña habitación, la cual fácilmente se podía ver que era su oficina, me ordeno que me sentara en una de las pequeñas sillas que estaban del otro lado del escritorio, espere a que el hiciera lo mismo y en unos pocos segundos estábamos frente a frente, mirándonos, sus ojos me examinaron de arriba abajo y después de un rato, hablo—. Al parecer eres buena mercancía—dijo mientras encendía un cigarrillo, inhalaba e exhalaba humo.

— ¿Eh?—me sentía confundida, ¿buena mercancía? ¿para qué?

—Un prostíbulo niña, al parecer a mis clientes les encantaras, tan solo tienes 19 años, eres una de las chicas más jóvenes de aquí y tienes un muy buen cuerpo, muy desarrollada y también unos muy buenos pechos, así que serás una buena mercancía en esto y, podre ganar más millones—. Me miro, aun inhalando de su cigarrillo.

—Espere, ¿qué acaba de decir? Así que, ¿seré una prostituta?—mi estado de ánimo paso de tristeza a enojo, pero, ¿cómo podía ser tan hijo de puta? Sinceramente yo no me prostituyere, de ninguna manera. Lo mire con suma molestia.

—Exactamente pequeña, empiezas mañana—. Me arrojo un par de zapatillas negras, unas medias negras que tal vez me quedarían por debajo de las rodillas, una falda por arriba de las rodillas y, una blusa demasiado escotada, la cual podía dejar ver mis pechos, esto era inevitable. —Ahora puedes retirarte—me señalo la puerta por donde me adentre y salí de esta con mucha molestia en mi rostro, Olivia se dirigió hacia mí y me abrazo fuertemente.

—Lo siento por lo que pasaras—aún seguía abrazándome.

—Descuida, como dices, tendré que acostumbrarme a esto ¿no?—. Me recosté en el colchón de algodón y a los pocos minutos me quede dormida.

Me encontraba sentada en un pequeño sillón de cuero negro, veía como las demás chicas bailaban y les coqueteaban a los hombres, era algo asqueroso lo que hacían, a mi lado se encontraba una de mis compañeras besándose con un tipo de unos 33 años, ella tan solo se veía de unos 24 años, pero tal vez ya estaba tan acostumbrada a esto que le era fácil adaptarse aquí, en este prostíbulo, donde todo era como un infierno. Donde nadie tenía piedad por nadie.

Me baje un poco la falda que ayer me había dado Oliver. En realidad era la falda más corta que había visto en mi vida, demasiado corta diría yo. Mientras me bajaba un poco más mi falda, vi como Oliver y un tipo más se acercaban hacia mí, Oliver tendría como unos 23 años y el tipo que se encontraba a su lado, tendría como unos 37 años.

Oliver se sentó junto a mí y me susurro en el oído: "Calma dulzura, este será tu primer cliente, así que complácelo, levántate y como te enseñe, detrás de cada escenario ahí algunas habitaciones". Me estremecí un poco.

—Bien Mario, trata bien a mi nueva chica. —Le pidió al hombre que tenía unos 37 años, me levante del sillón y lo seguí hasta la habitación que me había indicado Oliver, me adentre en ella y me dirigí a la cama.

—Por favor no me haga nada se lo suplico—. Dije entre sollozos y él sonrió.

—Descuida no dolerá, te lo prometo—me empujó hacia la cama y, ahí es donde empezaba mi pesadilla, el infierno, lo que tenía que pasar todos los días de mi vida, ser violada por adultos asquerosos y perversos, no tenía nada que hacer en ese momento, solo lloraba y lloraba, pidiendo que todo esto fuera una pesadilla y que despertara de ella, pero lamentablemente no lo era, sabía que en toda mi vida, tendría que pasar por esto, quería a alguien que me apoyara, tenía que salir de aquí, pero no sé cómo lo haría, todo era tan ilógico.

Él me decía que callara, que dejara de llorar, que no podía hacerlo mientras yo hiciera ruido, así que me lanzo una bofetada, yo trate de tranquilizarme, pero no podía, había perdido mi virginidad con un hombre viejo y asqueroso y no podía hacer nada en absoluto.

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¡Hola!

Como pueden ver este es el primer capítulo de "Oscuro deseo" espero lo disfruten y también espero que les guste. 

Besos y abrazos :D 

Los quiere...

María. 


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