Capítulo 8.

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Ahora era libre.

Sonreí ante eso y me dirigí a la puerta principal. Podía sentir la mirada de Oliver clavada en mí, pero eso no era lo que importaba en este momento, lo que en realidad importaba en este momento es que finalmente era libre y mi propio captor me lo había autorizado.

Tome la perilla entre mis manos, estaba feliz, eso lo podía asegurar. La gire, para después salir por esta. Pero me detuve, mi cuerpo se detuvo.

Y si, ¿era una broma? ¿Una trampa? ¿Era cierto? O ¿No era cierto?

Mis talones se giraron y me adentre de nuevo en la habitación. Oliver aún seguía mirándome, mantuve mi mirada hacia abajo, pude ver que su rostro había cambiado a una mueca de confusión, frunció el ceño al verme acercar.

Lo mire por más de diez segundos y hable.

― No tengo a donde ir, ¿Me ayudarías a encontrar a mis padres?―su sonrisa desapareció al escuchar esa pregunta. Sé que me había dado la libertad, pero creo que debía considerar todo lo que había hecho conmigo y debía de ser un poco más amable para ayudarme, ya que él tenía la culpa de que yo estuviera aquí en este momento y también él tenía toda la culpa de lo que había pasado en el prostíbulo.

Me quede un rato más, allí, intacta. Hasta que el por fin reacciono, me miro a los ojos y asintió con la cabeza, se dirigió hacia la habitación y yo lo seguí por detrás.

Se sentó en el borde de la cama. Tomo su cabello entre sus manos y lo comenzó a enlazar con sus dedos, con frustración. Creo que el hecho de que me ayudara a buscar a mis padres no le convencía por completo, pero me lo merecía. Me merecía esto y mucho más, había sido tratada terriblemente mal por las personas que trabajaban para él y había sido violada por más de cinco hombres mayores de edad. Hombres viejos y pervertidos.

Me senté a su lado y comencé a jugar con mis dedos, ya que él no dirigía palabra alguna. Posicione ambos brazos sobre mi regazo, mire a Oliver con frustración. El aún mantenía sus dedos entrelazados con su cabello, su mirada estaba concentrada en el suelo, mientras que simplemente su mirada expresaba un sentimiento de confusión y frustración.

Lentamente me levante y me posicione frente a él.

Levanto su mirada y frunció el ceño, para después volver a mirar el suelo. De nuevo.

Me estaba hartando de lo que estaba haciendo, no me prestaba atención y esa era una de las cosas por las cuales me estaba enfadando tanto en este mismo momento. Tome su barbilla con mis manos, levante rápidamente su cabeza e hice que me mirara.

―Y ahora... ¿Me ayudaras o no?―me puse de rodillas para estar a la misma altura que su cabeza, lo mire a los ojos y alce una ceja.

Me miro a los ojos igual que como yo lo había hecho. Pude ver en ellos un brillo, no era un brillo de esos que son de personas enamoradas y todas esas cosas cursi, sino, pude ver un brillo de enfado y confusión, los dos sentimientos mesclados al mismo tiempo. Era increíble, porque nunca había visto nada así. No podía creer que Oliver guardara tanto dolor y rencor dentro de su cuerpo. Y menos que todo ese rencor fuera a lo que le estaba preguntando.

Pero acaso... ¿Era tan difícil ayudarme a encontrar a mis padres? Si lo comprendía perfectamente, sabía que encontrarlos sería algo difícil, pero simplemente se lo estaba pidiendo como una ayuda más y creo que el debería de aceptarla. Aunque ya lo hizo. Sería algo difícil, ya que, mis padres podrían estar en cualquier lugar del país, mis padres podrían estar buscándome por todos lados, aunque ya hayan cumplido cinco años desde mi desaparición, mis padres ya me habrían olvidado o simplemente mis padres ya habrían fallecido.

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