Realmente había pensado en tener relaciones con Oliver, porque en realidad, si lo había hecho.
Pero no estaba pensando del todo bien, sino, que solo era un pequeño impulso de aquel beso y, además, Oliver me había subido sobre él, así que yo no tenía toda la culpa, sino, que él también era culpable de una parte de todo este problema, por eso había inventado que solo lo había provocado, pero todo era una pequeña mentira para bajar sobre de él.
Había pasado desapercibida por ese momento, pero mis impulsos me decían cada vez que lo veía que solo me tirara a él y lo besara como si no hubiera un mañana. Mis impulsos decían eso, pero mi mente decía que eso estaba mal, que Oliver se asustaría por mi desesperación y posiblemente no me volviera a hablar en toda su vida.
Había juntado nuestras manos en el camino, como si fuéramos pareja o algo parecido, pero en realidad no sabía lo que éramos, ¿novios? ¿Amigos con derechos? ¿Nada? No sabía con exactitud qué era lo que nosotros dos éramos ahora.
Nos besábamos, eso estaba claro, los amigos con derechos se besan, pero los novios también lo hacen, solo podía decir que él y yo solo estábamos juntos por el momento, así que eso daba un: novios, con exactitud.
Lo que no sabía es que si Oliver se sentía a gusto con esto o no. Todo era muy difícil con él, no sabía si estábamos juntos o si estaba de acuerdo con lo que hacíamos.
Me había enamorado de mi captor sin darme cuenta, pero esa sensación se sentía muy bien.
¿Cómo me había enamorado de él? Nadie lo sabía, yo no lo sabía. Solo paso como una estrella fugaz y, esa estrella fugaz hizo que me enamorara perdidamente de este hombre, al cual podría llamar Oliver y al cual debía de odiar por haberme quitado toda mi adolescencia.
Pero ahora todo ese odio hacía él se había esfumado, ya no sentía ni el más mínimo resentimiento hacia él, sino, que ahora sentía amor y gratitud, amor porque me había enamorado de él y además, se había ganado mi confianza y, gratitud porque ahora mismo me estaba haciendo el favor de llevarme con mis padres y, ese es un gran favor que el solo podía cumplirme, porque me lo debía.
Oliver acaricio el dedo pulgar de mi mano, haciendo que un estremecimiento recorriera por esa parte, sí que se sentía bien cuando Oliver hacia algo tierno por mí, o cuando hacía algo sin pensarlo, porque simplemente lo hacía, al igual que yo.
― ¿Entonces que somos?―pregunte con desesperación. Porque realmente quería saber la respuesta y, la anhelaba con todo mi ser.
― ¿De qué hablas?―pregunto confundido mirándome por algunos segundos, para después volver su vista hacia la carretera.
―De esto.―Mire nuestras manos que aún seguían entrelazadas y el hizo lo mismo por algunos segundos.
―Oh, ya se a lo que te refieres Elena. Y si, es algo que nunca se lo he dicho a otra chica, así que siéntete alagada, eres la primera―. Me guiño un ojo e hice una mueca de confusión, ¿de qué se trataba todo esto?―Elena, ¿te gustaría ser mi novia?
Una sonrisa apareció de repente en mi rostro, involuntariamente.
Apreté nuestras manos con fuerza y asentí rápidamente con la cabeza, Oliver sonrió satisfecho y suspiro con despreocupación.
―Bien amor―comenzó a decir―. Ahora me tendrás que dar besos todos los días―lo mire estupefacta y una pequeña risa salió de mis labios.
―Claro, lo que tú digas, osito―le saque la lengua y le guiñe un ojo.
Oliver frunció el ceño y me miro algo molesto.
―No me gusta que me digan así. Me molesta, un poco―me miro de nuevo y sonrió―. Pero no me podría enojar contigo, así que, por esta vez estas salvada, pero para la otra te atacare a cosquillas―sonreí ante su dialogo, no me gustaban las cosquillas, así que ya no diría más ese apodo.

ESTÁS LEYENDO
Encontrándonos ©
RomanceA veces nos enamoramos de las personas menos indicadas para nosotros. Tal vez porque nos sentimos solos, o tal vez, porque necesitamos sentirnos queridos. Pero una cosa es verdad: una vez que te enamoras, no puedes dar marcha atrás, aunque esa perso...