Capítulo 21. Nuestro Secreto.

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                            Yujin

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                           Yujin.

Se habían demorado demasiado en aquella oficina, las voces de los profesores se escuchaban como ecos, en mi cabeza solo estaba Jackson y Suah encerrados, los dos solos en esa oficina, sin que nadie los moleste. Tal como ella lo ha querido tenerlo desde que se inauguró esta academia.

Quería correr y abrir esa maldita puerta, esto estaba sobrepasandome.

Dios no.

Me costaba admitirlo, pero Jackson estaba despertando cosas que no había sentido antes, cada parte de mi ser anhela su cercanía.

No podía soportarlo, tenía que irme o juro que iba a derribar esa puerta yo misma.

Tome mis cosas y me despedí de los profesores para después dejar la academia.

Tenía que obligarme a parar con esto, tengo suficiente con Minho, como para traer más drama a mi vida.
No quería más drama, solo quería paz y tener un poquito de felicidad haciendo lo que me gusta, dar clases en la academia.

Dongsun me transportó hasta la casa de mi mejor amiga. Necesitaba verla, estábamos recuperando la cercanía de antes y eso me gustaba. Ella siempre había sido mi segunda persona de confianza y eso no habia cambiado.

—No esperaba que vinieras hoy.— Hyori me recibió en la sala.

—No planeaba hacerlo, pero tenía que venir.— Comprimi los labios.

—Conozco esa mirada, tienes algo que decir y no puedes callarlo más.— Me conocía bien.

—Sí.

—Ven, vamos a mi habitación.— Tomo mi mano y me deje guiar por ella. En cuestión de segundos ya estábamos dentro de su lugar de descanso.

Nos sentamos al borde de la cama y me presto su total atención.

—Habla.— Se acomodo.

—Eh...

—Tiene que ver con Jackson Wang.— La vi sonreír y asentí —Lo supuse.

—Hoy pidió estar a solas con una de las profesoras y tardaron mucho...— Hice una mueca de disgusto.

—Es el director de la academia, tal vez los profesores vayan a su oficina a resolver algunos asuntos.— Encogió un hombro.

—Suah tiene otras intenciones con él, ella le gusta y hace todo para que él la noté. Resulta que hoy se quedaron en la oficina solos.— Mantuve seriedad.

—¿Él está interesado en ella?— Preguntó mi amiga.

—No en realidad, al menos eso me dijo.

—¿Cuál es el problema?— Frunció ligeramente el entrecejo.

Cuando Nadie Ve. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora