Capítulo 9. Manipuladora de primera.

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Cinco años atrás

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Cinco años atrás...

20 marzo 2017.

                            Yujin.

Las arcadas se escuchaban en toda la habitación, mientras yacía de rodillas frente al inodoro devolviendo lo que recién había desayunado.
Termine de sacar todo y le baje para que todo se fuera.

Me pare frente al lavabo, abrí el gabinete qué estaba frente a mi y saque mi cepillo dental.
Procedí a lavarme los dientes y mi rostro, viéndome al espejo del gabinete me note más pálida de lo normal.

No me sentía bien, tenía algunos días así; mareos, náuseas y perdida de apetito. Tenía retraso en mi periodo, me sentía aterrada.

—Yujin, ¿estas bien?.— Yoori me habló del otro lado de la puerta del baño. Pero, no le respondí.

Me apresure a salir del baño encontrándomela frente a frente.

—Estas pálida.— Frunció el entrecejo —Volviste a vomitar, ¿verdad?

—No es nada Yoori, te lo aseguro.— No quería que se entrometiera.

—No es la primera vez, haz estado muy rara, ¿pasa algo?.— Estaba segura que ella sabía o quizá lo sospechaba.

—No le digas a Minho, estoy bien te lo aseguro.

—Minho tiene que saberlo, es tu esposo y debe cuidarte.— Dijo con seriedad —¿Tu periodo llego con normalidad?— Trague saliva con dificultad, ella sabía. No respondí a su pregunta.

—Voy a cambiarme, puedes retirarte.— Fui directo a abrir la puerta del armario y entre dentro, era más bien como otra habitación junto a la nuestra, como dije Minho me trajo a vivir a una mansión.

Yoori salió de la habitación sin decir ni una sola palabra más. Pero, sabía que se lo diría a él, esa es su función mantenerlo al tanto de todo.

Me sentía nerviosa, tengo veinte años, no puedo estar...

No podía entrar en negación, era una alta probabilidad. No nos cuidamos al momento de intimar.

Me pare frente al espejo y me vi de cuerpo completo. Me toque el vientre y me visualice con una enorme panza.

—Si estas ahí...— Sonreí ligeramente —Voy a cuidarte.

Me vestí y salí de casa, le pedí a Dongsun llevarme a la clínica. Necesitaba saberlo, no podía esperar más, la duda me estaba carcomiendo.

Relleno un formulario y después me pasaron a un consultorio, una doctora tomo mi muestra de sangre y la mando a laboratorio. Me indicaron que en tres horas tendrían los resultados.

Así que fui a casa de mis padres, necesitaba ver a alguien.

Baje del auto y entre a la casa, la primera en verme fue mi nana Nuri, me dio un cálido abrazo y me beso las mejillas.

Cuando Nadie Ve. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora