Capítulo 16. ¿No lo recuerdas?

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                             Yujin.

Mi alarma sonó, haciéndome abrir los ojos con dificultad. Apague la molesta alarma y con el cabello enmarañado me senté en el borde de la cama.

Mi cabeza dolía un poco, así que lo primero que hice fue ir al baño, abrí el gabinete que estaba arriba del lavamanos y saque una cajita de pastillas. Necesitaba una qué me ayudara con el dolor de cabeza.

Después de tomarla, deslice una a una las prendas que cubrían mi cuerpo, para meterme debajo del agua de la regadera. El gua tibia recorría mi piel, relajándome más, justo como lo necesitaba.

Cerré los ojos mientras sentía el agua por todo mi cuerpo, acaricie mi cabello y las imágenes de la noche anterior volvieron, una en especifico.
Abrí los ojos de golpe.

Nos besamos.

Las yemas de mis dedos acariciaron mis labios, estos mismos que la noche de ayer tocaron los de Jackson Wang.

Recordé como se sintió ese contacto, la calidez de sus labios sobre los míos.
Solté un suspiro y al darme cuenta negué varias veces.

-Fue un error Yujin, eso no debió pasar.- Me hable a mi misma.

Me termine de bañar y después de vestirme y arreglarme, para verme descente. Era hora de bajar a desayunar. Antes me di una última mirada en el espejo, me veía bien, hoy no quise usar maquillaje, así que llevaba mi cara al natural.

No sabía si Minho ya se había ido a la empresa o aún estaba en el comedor. Gracias a dios a noche que llegue a casa él aun no había llegado.

Pero, estoy segura que ya debe saber que llegue tarde y ebria. Yoori jamás falla en pasarle información.

Al visualizar el comedor, lo vi sentado desayunando, con su traje de diseñador tan pulcro y elegante.

Me senté y Celia comenzó a servirme el desayuno.

-Buen día.- Le dije.

-¿Son buenos?, yo no lo sé- Alce la mirada -Pensé que no irías a trabajar hoy, después de llegar ebria a noche.- Como lo suponía.

-Muy comunicativa la nana Yoori.

-Mi nana solo hace su trabajo, parte de ese trabajo es mantenerme al tanto de ti y tu bienestar.- Volteo a mirarme -Pensé que estarías trabajando y después vendrías a casa, ¿A dónde fuiste a noche?

-¿Podemos hablar de eso después?

-NO, será ahora.- Se recargo del respaldo de la silla y me observó atento.

-Ja...Jackson Wang...- Me interrumpio.

-Ah, Jackson Wang.- Dijo con evidente enojo -¿Qué hiciste con él?- Lo vi apretar las manos en puños.

Cuando Nadie Ve. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora