Capítulo 5. Matrimonio arreglado.

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3 semanas después…

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3 semanas después…

Como su madre dijo, a la semana de informarle que se casaría. Se llevó a cabo la fiesta donde anunciaron su compromiso frente a la sociedad.

Yujin yacía acostada sobre el césped del jardín, observando aquel anillo en su dedo anular. Delante de todos había aceptado a Minho como su futuro esposo y ahora estaba comprometida con él.

—Aún puedes arrepentirte.— Volteo a mirar a su hermano Jeongin, este se sentó a su lado —Pensé que dirías que no aceptabas.

—¿Cómo te fue en la escuela?.— Le pregunto Yujin, tratando de cambiar el tema.

—Bien, estoy en el cuadro de honor. Justo como papá me exigió.— El pequeño Jeongin sonreía orgulloso.

—Qué orgullosa estoy de ti, vas a ser un excelente abogado.— La joven tomo el rostro de su hermanito entre sus manos y le beso las mejillas.

—Yujin, ¿al menos te gusta?.— No iba a ser fácil que Jeongin olvidara aquel tema.

—Es guapo.— Yujin se esforzó por sonreír para que su hermano dejara de preocuparse tanto —Ha sido... bueno conmigo.

—Más le vale que lo siga siendo.— Jeongin se cruzó de brazos —Solo quiero que al menos tengas una vida tranquila.— Su hermana asintió a sus palabras —¿Vamos a pasear en bicicleta?, tengo la tarde libre.

—Quisiera, pero, mamá me llevara a las pruebas de vestido.— Suspiro pesado.

—Mi niña Yujin, su madre la llama.— Nana llego hasta ellos.

—Gracias Nana.— Yujin forzó una sonrisa —Te veo después Jeongin.— Se paró del césped y despeino el cabello castaño de su hermano.

Se adentró a la casa, encontrándose con su madre. Quien ya la estaba esperando.

—Yujin, ve a cambiarte, te quiero lista en treinta minutos.— Fue lo único que le dijo y se dio la vuelta.  

  

                                  […]

Llevaba más de quince vestidos, y aún ninguno le convencía a Seojong.
Que la joven no mostrará el más mínimo interés tampoco ayudaba.

—Mamá, este es perfecto, solo págalo y vámonos.— Estaba fastidiada de todo el ajetreo de probarse un vestido tras otro.

—Tenemos que elegir el mejor vestido, tienes que lucir perfecta.— Seojong tomo un trago de su copa de champagne espumoso.

A regañadientes Yujin regreso al probador, las empleadas de la boutique la ayudaban a quitarse el vestido. Quedo en ropa interior, cuando su teléfono comenzó a sonar, lo tomo en sus manos y en la pantalla aparecía el nombre aquel hombre con el que estaba comprometida.

Cuando Nadie Ve. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora