Capítulo 2

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POV FERNANDO

Desde lo alto de nuestro penthouse, contemplamos el paisaje urbano que se extiende ante nosotros como un lienzo de luces y sombras. Mis hermanos y yo nos encontramos reunidos en la sala de estar, compartiendo unos tragos mientras discutimos los pormenores de nuestros negocios. Aunque la conversación fluye con energía, algo en el fondo de mi mente sigue resonando: la imagen de una joven que vi de reojo más temprano en la calle.

-¿Alguien más notó algo fuera de lo común hoy en la ciudad? -pregunto, tratando de ocultar mi creciente intriga.

Las miradas de mis hermanos se encuentran en un instante de silencio antes de que Carlos responda con su característica calma.

-¿A qué te refieres, Fernando? -cuestiona, arqueando una ceja con curiosidad.

-A nada solo que el día se me hizo pesado y senti el ambiente en la calle tenso. ¿Cómo estuvo su día? ¿Alguna novedad? - Me doy cuenta del error que cometí al preguntar eso por lo que busco como desviar la conversación. Carlos me queda viendo fijamente luego de mi respuesta, seguramente buscando algún indicio de mentira el cual no encontrará, si hay algo en lo que sea bueno es logrando que mi expresión no me delate en momentos como este.

-Hoy me crucé con una chica en el café del centro que suelo frecuentar en mis ratos libres o reuniones-comienza Eduardo, rompiendo el silencio que se había formado luego del intercambio de palabras entre Carlos y mi persona-. Tenía una elegancia natural que llamaba la atención de todos los presentes. La atrape mirandome fijamente y cuando la descubri solo desvio la mirada hacía su libro, fingiendo estar inmersa en su lectura, su mirada reflejaba una profunda determinación. -Al parecer la chica logró cautivar lo suficiente a Eduardo como para tenerlo con esa mirada de soñador mientras habla de ella, eso me hace acordar de la castaña que vi hoy, ¿quien será?, ¿por qué no la puedo sacar de mi mente? y lo más importante ¿tendrá pareja?.

Salgo de mis pensamientos sobre la chica misteriosa cuando Carlos asiente, compartiendo su propia anécdota, que por muy surrealista que parezca también es de alguna mujer que logró llamar su atención.

-Curiosamente, también vi a una chica mientras salía de la boutique de moda. Parecía estar disfrutando de un día de compras, pero su presencia destacaba entre la multitud. Su estilo impecable y su porte seguro la hacían resaltar entre las demás personas.

Sonrío ante las historias de mis hermanos, encontrando cierta ironía en el hecho de que todos hayamos conocido a una chica en el mismo día.

-Yo también conocí a una chica -agrego, uniéndome a la conversación-. Fue en la universidad cuando me encontraba junto con Manolo arreglando algunos asuntos pendientes.
Era realmente hermosa, destacaba entre las demás con ese andar y el como su cintura se movía de una manera hipnótica.

Al terminar de hablar, Diego, como siempre el más observador de nosotros, reflexiona sobre nuestras experiencias compartidas.

-Es impresionante cómo una simple coincidencia puede llevarnos a conocer a personas interesantes en nuestro día a día. A veces, las conexiones más inesperadas pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas -comenta, profundizando en el significado detrás de nuestros encuentros fortuitos, mientras su mirada se pierde a la lejanía, de seguro se quedó divagando en sus pensamientos.

Sin embargo, Carlos interrumpe la conversación con una expresión más seria.

-Deberíamos dejar de lado este tema por ahora. Tenemos asuntos más urgentes que atender -sugiere, cambiando el rumbo de la conversación-. La mafia de los Marselotti están causando estragos, y necesitamos encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde.

Eduardo asiente con gravedad.

-Es cierto. Esta organización se está convirtiendo en un verdadero estorbo en nuestras vidas. Ya es hora de que tomemos medidas drásticas para sacarlos del camino de una vez por todas -declara con determinación.

Diego asiente, su expresión seria y decidida.

-Estoy de acuerdo. No podemos permitir que este obstáculo ponga en peligro todo lo que hemos construido. Debemos actuar con rapidez y contundencia -afirma con convicción.

La atmósfera en la habitación se vuelve tensa mientras discutimos los pasos a seguir. Las voces se elevan, cargadas de frustración y enojo por la amenaza que enfrentamos. Finalmente, cuando nos despedimos y me quedo solo en mi habitación, la imagen de la misteriosa chica que vi hoy sigue rondando en mi mente, aunque los problemas en nuestros negocios requieren toda mi atención.

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Hasta aquí el segundo capítulo, espero les haya gustado.

¡Gracias por leer! ❤

Los 5 capos: Amor y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora