Capítulo 23: Elefthería i Thanatos (Libertad o muerte)

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8:55PM, Nueva Atenas, Región de Elefthería a 11 de agosto del 2034.


Una llovizna ligera caía desde los cielos oscurecidos de Nueva Atenas, sentada en una banca del parque iluminada por la luz anaranjada del neón de una farola y cubierta por su paraguas de plástico, Akari rememoraba la escena, puesto que se parecía a lo que vivía en la antigua Elefthería.

En su teléfono aparecía un mensaje de aquel al que esperaba desde hacía dos años.

"Soy yo, Vyeter, nos vemos luego"

Rezaba dicho mensaje.

Debido a la gran sorpresa que se llevó, apenas llegó a su casa y Yassira se marchó, ella se vino corriendo al parque esperando llegar a tiempo, aun a pesar que hacían falta algunas horas todavía. Por lo tanto ni siquiera se cambió de ropa y seguía usando aquel atuendo verde oscuro de la escuela a la que asistía, a excepción del abrigo que dejo olvidado en casa.

Miró su reloj, quedaban cinco minutos para las nueve y no había señales de la persona a la que esperaba. El frío ya le comenzaba a calar en los huesos y el viento hacía esa sensación mucho peor. A parte ya era de noche y estaba tan cansada que sus ojos comenzaban a entrecerrarse, sin embargo parecía indispuesta a marcharse, más sabiendo quien vendría a verla.

Escuchó unos pasos en la hierba a sus espaldas y su corazon comenzó a parpitar con fuerza.

—Hola Akari.

Sus ojos verdes se pusieron en blanco, esa voz de hombre no era la que esperaba. Su sangre se congelo como si hubiera sido expuesta a nitrógeno líquido y antes de que pudiera escapar, sintió una fuerte presión en el cuello y tras eso nada.


Una hora después...


Un olor hediondo se filtró a su nariz y la hizo despertar, sus sentidos se fueron activando uno detrás de otro. Algo en su cabeza, al parecer una bolsa de tela oscura, le impedía ver su entorno; en su boca sentía un sabor ferroso, probablemente su propia sangre. Sentía un fuerte ardor en las muñecas, las cuales no podía mover. Además claramente escuchaba el sonido de la televisión encendida y más lejos al agua correr.

¿Seguirá lloviendo?, Pensó. Aunque había una alta posibilidad de que fuera cierto, al poner atención al ruido dedujo que debía de ser un arroyo.

Akari desconocía como había llegado hasta este punto, su mente estaba llena de reminiscencias poco claras y sentimientos encontrados.

De pronto escuchó unos pasos acercándose hacía ella, junto con el rechinido de la madera al pisar sobre ella.

—Te lo advertí niña, debiste de haber aceptado cuando te lo propuse por las buenas.

Esa voz grave le pertenecía a un hombre que Akari nunca se llegó a imaginar que conocería. El sujeto se detuvo a centímetros de su rostro, su aliento era tan desagradable que contuvo la respiración hasta que este volvió a alejarse.

¿Cómo es esto posible?, Pensó mientras rememoraba aquella tarde.


Semanas antes...


En la basta soledad de su departamento y en la ausencia de Yassira, Akari no hacía más que admirar el pedazo de SiO2 que tenía en sus manos.

El cuarzo no era nada más que un mineral compuesto de sílice que aparte era muy común; no obstante Akari no podía quitarle la vista de encima, era como si un poder superior se lo impidiera.

Amnesia 2032: A la Orilla del OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora