Amnesia 2032: A la Orilla del Olvido

Capitulo 18: La verdad a través del cristal roto

Su respiración apenas se escuchaba en el estrecho cuarto. De pie, en esa posición, Lea miraba atentamente a la muchacha reflejada en el espejo.

Compartían la misma nariz, ojos e inclusive las ojeras producto del insomnio. Los mechones de cabello les cubrían parcialmente el rostro a ambas.

Vivían en el mismo cuerpo físico, pero no eran la misma persona. Sus personalidades eran tan distintas como la materia y la antimateria, destinadas a aniquilarse al más mínimo contacto.

En un arranque de ira, Lea estrelló su puño derecho contra el espejo, destruyéndolo en el acto.

La sangre comenzó a emanar de su mano a grandes chorros, pero ella no sentía dolor, no se daba el lujo de sentirlo.

Miró con desdén, el par de fragmentos de cristal que se quedaron clavados en sus nudillos, produciendo en ella recuerdos tristes no deseados.

Dos fragmentos, dos historias paralelas, dos semanas en las que su vida le

perteneció sólo a ella...

 

***

 

Elefthería, Republica del Sílice a 30 de enero del 2032.

 

"Él vendrá por ti Lea, debes estar lista para ello, sabes lo que tienes que hacer y deseas hacerlo..."

El susurro en sus oídos la extasiaba más y más. Era tan agradable escuchar esa voz, que prácticamente Lea perdía la voluntad ante ella.

—Sí...debo hacerlo, debo matar a Vyeter...

En ningún momento Lea fue consciente de lo que decía, para ella todo era un juego, una fantasía nada más.

Por lo tanto, esa fría tarde de enero, cuando ella volvía a casa luego de una visita dolorosa al hospital general de Elefthería y al encontrarse con aquel joven que lloraba ante la tumba de su prima. Fue que no dudo en acercarse...

***

 

— ¿Qué petición ibas a hacerme?, preguntó Vyeter sacando del trance a la muchacha que tenía delante con la mirada baja.

La risita que comenzó a emitir Lea de la nada, se transformó en un alarido de locura segundos después.

—Lo único que debes hacer es morir, suspiro Lea en tanto sacaba el arma de fuego de su bolsa y la dirigía contra Vyeter.

En total disparo tres veces, pero ninguna de ellas consiguió acertar en su blanco. Su rival era demasiado ágil como para eliminarlo a una distancia tan cerrada.

De repente, un destello plateado la hizo retroceder unos pocos pasos, aquella navaja pasó a escasos milímetros de su garganta. Intentó apuntar de nuevo, pero el joven le arrebató el arma de un manotazo.

Indefensa, a Lea sólo le quedaba escapar lo más antes posible. Dio un salto hacia atrás y se dispuso a emprender la huida; no obstante en el último momento, sintió que la jalaban del brazo.

Giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Vyeter. Una luz blanca los cubrió y lo que sucedió después fue inevitable...

***

 

Vyeter soltó el brazo de Lea y dio unos cuantos pasos hacia atrás. Sentía como si la cabeza le fuese a estallar de un momento a otro. Dejo caer la navaja a su lado y luego se recargó en el mismo árbol donde hacía unos instantes la había confrontado.