Victoria Agridulce

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CAPITULO XVI

Estando en el palacio de Arno, intentamos disipar el ambiente pesado y tratar de calmarnos un poco. Arno sin dar más vueltas, se dirigió hacia la base para tratar de encontrar a los demás y a nuestro mentor.

Al llegar al lugar, notó que estaba todo carbonizado, optó por ir por la entrada que estaba en las alcantarillas, o sea, por debajo de la iglesia. Cuando logró ingresar automáticamente se puso a buscar a Edward, pero no pudo encontrar ni un solo rastro de él, salvo alguna de sus armas y cadáveres de soldados templarios que murieron a manos del asesino o carbonizados. Lo único que estaba presente en el ambiente era, el olor a quemado y a sangre consumida por el fuego, al parecer los templarios tambien se habían retirado. El encapuchado azul estaba confundido, al mismo tiempo tenía una pizca de esperanza de que el maestro estaba vivo y logró escapar, aun así, no podía confirmarlo. Antes de salir a las calles, recordó el cuadro que le había hecho, sin dudarlo, revisó si seguía estando y para su sorpresa, estaba intacto, al parecer no se había llegado a quemar. Rápidamente lo tomó y salió hacia las calles para esperar a los demás.

(En la casa de Arno)

Me sentía bastante triste y preocupada por la situación, tanto que se me notaba en el rostro, ya los hermanos Auditore no sabían que hacer para tranquilizarme.

-¿Qué vamos a hacer? Perdimos nuestra casa, todas nuestras cosas se quemaron y Edward no sabemos si está vivo-.

-Tranquila, la casa es lo de menos, lo importante es que estamos vivos y en cuanto a Edward, ese veterano siempre se sale con la suya-. Decía Ezio.

. No sé si esta vez se logró salvar-. Decía mientras lloraba.

-No pienses en eso ahora, tenemos que estar más fuertes que nunca-. Decía Jacob

-Cuando estemos todos reunidos tenemos que planear algo y averiguar bien que pasó-. Dijo Federico.

(En las calles)

Arno permanecía de pie frente a la base, hasta que por fin llegaron Altaïr y Evie que se sorprendieron al ver todo teñido de negro y a su compañero parado en la entrada como si los estuviese esperando.

- ¡¿Qué pasó?!-. preguntó Evie alterada y asustada al mismo tiempo.

Altaïr con la misma expresión de sorpresa se dirigió a Arno.

-Decime por favor ya mismo que pasó, porque estamos en uno de los peores momentos-.

-Les voy a contar, pero primero quiero que estén todos acá para no tener que volver a repetirlo-.

Altaïr asiente en señal de afirmación y se sienta en un banco a esperar junto a Evie. Al cabo de una hora llegan los demás incluyendo a mi primo que su expresión de asombro y de horror lo dejaron sin palabras, Connor al percatarse de esto se acercó para tomarlo de un hombro y posicionarlo junto a su lado. Luego de que llegara Bayek y con todos reunidos, Arno comenzó su charla.

-Fuimos víctimas de un ataque por parte de los templarios, yo lo supe desde mucho antes, gracias a Federico, y sí, Federico está trabajando para los asesinos y es el hermano mayor de Ezio, lamentablemente no pude llegar a tiempo para evitar esta tragedia, entre la presión por la situación y mi herida me dificultaron demasiado, pero lo peor no es esto-. Decía señalando el edificio quemando. -lo peor es que no pude encontrar a nuestro mentor, no hay rastro alguno, no sé si está vivo, no sé si logró escapar o se lo llevaron-.

-Bueno viendo las circunstancias, tú de ahora en más nos vas a guiar, esto no puede quedar así-. Dijo Bayek.

Arno en respuesta asintió con la cabeza, sin embargo, Altaïr desconforme con la decisión, saltó en protesta.

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