Chapter 1

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Miré desde afuera el sombrío lugar, eran a penas las nueve y la entrevista era en media hora, y aun así sabía que debía de esperar, así que me traje un libro. Fuera de mis planes de entretenimiento me había preparado mentalmente para hablar cara a cara con el entrevistador, me habían llamado para la primera fase la cual era lo psicológico, todo fue bien ya que me habían llamado. Subí por el ascensor notando que todo estaba bastante solitario, demasiado.

El lugar era bastante elegante, muy blanco para mi gusto, pero al menos estaba limpio. Me miré en el espejo del ascensor siendo la única allí, la ropa que había escogido no era muy elegante, pero era la más limpia y bonita que tenía, un vestido blanco por encima de las rodillas y unos zapatos bajos con abrojo, negros y brillantes, eran mis preferidos y gratamente no había crecido desde hace años, por lo que esos zapatos me seguían sirviendo desde los 16. Me dejé el cabello suelto, era incómodo atarlo y llevar trenzas a una entrevista sería inapropiado.

─ Estoy lista, yo puedo, yo puedo─ tomé aire hablándome a mí misma y las puertas del ascensor se abrieron.

Me petrifiqué al ver a tanta gente allí, simplemente pasé notando que todos eran hombres bastante grandes, me miraron de una forma rara, como extrañándose de mi presencia, las puertas se cerraron detrás de mí.

Fui a sentarme en unos asientos que no ocupaban del hall, me quedé quieta en ese lugar y unos murmullos inentendibles fueron a parar a mis oídos, revisé con la mirada a todos allí, una parte de ellos llevaba lentes oscuros, otra característica además de su estatura y sus trajes eran unos micrófonos que tenían en una de sus orejas y colgaban en unos cables que se movían al mirarme o susurrar entre ellos.

Pasaron unos minutos y la recepcionista no aparecía, tenía la vista al frente en todo momento hasta que terminé cansándome, así que saqué mi libro y me puse a leer por un rato. A pesar de mis intentos por distraerme con un libro se me era casi imposible pasar de página, todo a mi alrededor me distraía y con suerte unos pasos se dirigieron hacia mí.

─ Discúlpame, hola─ levanté la mirada, la voz grave me hizo tener un escalofrío, noté la diferencia de la tela en su traje con la de los demás hombres allí, hasta olía de otra forma, era peculiar y por alguna razón me gustó, normalmente los aromas de otros alfas no eran agradables para mí y en el mejor de los casos era aguantable, mientras que el suyo era particularmente dulce. Nos miramos a los ojos unos pocos segundos... o minutos... no lo sé. Pareció ponerse igual de nervioso que yo, porque trató de sonreírme más tranquilo. El tiempo se detuvo y lo que lo hizo volver fue cuando me recordé respirar y vi en el dorso de su corbata algo abierta unas gotas rojas manchándola.

─ Hola─ traté de sonreír─ Me llamo Olivia Heist, vengo a la entrevista─ abrió sus ojos unos segundos y luego de eso rió corto y formal.

─ entiendo, no recibiste el mensaje─ oh... ouch. Avergonzada tragué saliva, me miró compasivo─ descuida, mira─ un sonido hueco y algo como un grito apagado sonó cerca, los demás no miraron ni se inmutaron así que pensé que sólo era mi imaginación, pero el golpe empeoró─ ten, están reformando aquí─ metió su mano a su bolsillo, ¿esos ruidos eran de una reforma? Eso podría explicar la calma de todos, pero algo no parecía ir bien─ debes venir mañana a este lugar─ mi corazón latió rápidamente por los ruidos, ¿sólo yo los escuchaba? Parecían gritos. Me extendió una tarjeta, ignorando todo; Alastor Theodore Maddox, estaba escrito en letras blancas y brillantes sobre el papel oscuro, abajo venía una dirección y un número.

─ Alastor─ le sonreí, noté un paso hacia atrás de todos allí junto a un murmullo gutural, como si lo que hubiera dicho estuviese mal. Fue tan notorio pero él no quitó su mirada de mí, permaneció tranquilo─ es un nombre elegante─ sonrió soltando un sonido de aprobación y quitándome el peso de que probablemente no le había gustado─ de acuerdo, iré mañana, muchas gracias por avisar, es que mi celular se quedó sin batería ayer─ informé.

Caminé calmada hacia el ascensor, habiendo guardado la tarjeta y el libro, me siguió bloqueando la vista hacia el pasillo que daba hacia las otras salas, no le di mucha importancia y llamé al ascensor.

─ Oh, espere, ¿Quién es usted? ─ miré a mi lado, era guapo y no parecía ir de malas conmigo cuando extendió su mano.

─ Trabajo aquí─ musitó rápido, se la tomé, su sonrisa se quitó suavemente al sujetarme, me acarició con su pulgar y extrañamente no me pareció raro ni incómodo su tacto─ pero se... están haciendo reformas de último minuto por un accidente─ un grito al fondo me hizo saltar, fue desgarrador y los pasos de varios hombres resonaron y se alejaron en lo que el señor Maddox me empujó hacia dentro y tocó un botón aleatorio para que se cerrase, lo último que pude ver que no me aterró fueron sus ojos.

El ascensor se cerró enfrente de mí cuando reaccioné a la sangre salpicada junto con un sonido en seco de una persona cayéndose al fondo en el pasillo, todo se silenció luego de eso. Quedé sola en aquel sitio, el ascensor se detuvo sin embargo y las luces se apagaron, me envolvió una desesperación inmediata que no pude parar.

Me senté en el suelo y busqué con desesperación mi celular, tenía apenas 10 de batería ya que era lo que logró cargar cuando desperté y noté que estaba apagado. Prendí la linterna pocos segundos no notando cambios, estaba cerrado, oscuro y tétrico. Traté de abrir las puertas, las pateé y al sentir un leve movimiento me asustó pensar en que se caería así que lo dejé como estaba.

El sonido y la imagen de la sangre salpicándose violentamente contra el suelo y la pared se había quedado en mi cabeza como si lo hubieran pegado allí, impidiéndome quitarla de cualquier forma. El eco de la nada misma en aquel ascensor me ponía cada segundo más nerviosa, me sentí llorar y mis pulsaciones subieron.

Pensé en llamar a la policía pero no había señal, me levanté como pude y moví el celular sobre mí buscando alguna barra de señal, solo necesitaba al menos que aquella X en rojo se quitara por unos segundos. Temblé viendo la batería bajar a 8%.

Los minutos pasaron y me atreví a encender la luz de la linterna antes de que llegase a 5% y no lo pudiera usar, noté que en el techo había algo parecido a una compuerta, estaba marcado un recuadro y contra la pared había algo parecido a una manija, muy bien escondida, traté de memorizar todo lo que vi y apagué la luz. Guardé todo muy bien y me sujeté de la barra de seguridad que normalmente siempre tenían los ascensores y como pude la moví varias veces hasta sacarla de su lugar, con eso hecho pude golpear hacia arriba y en pocos intentos la compuerta se abrió. Vi un oscuro fondo lejano con pocos puntos de luz atravesando por entre las puertas de salida en cada piso. A pesar de que era buena noticia me aterraba ver todo ese mecanismo oculto que nunca pensé presenciar. 

Sombrío y Temido. (DDLG / CGL) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora