Chapter 15

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Fui brutalmente atacado por mi niña de metro cincuenta.

─ ¡Hey!

─ ¡te odio! ¡te odio! ¡vete! ¡YA!─ por cada palabra me golpeaba con su nuevo peluche. La evité y avancé viendo las cajas nuevas de libros, una abierta a un lado en el sofá. Al menos tenía algo con qué entretenerse, ¿le gustaban los libros de romance? Qué bonita...

─ Bien, arreglemos esto─ sujeté su peluche, vi su rostro palidecer de a poco cuando notó que era más fuerte y que por más que forcejeara no lo soltaría. Años torturando a imbéciles y entrenando valió la pena sólo por este momento─ A la cama─ ordené. No le gustó, como esperaba─ a la cama o esta noche te morderé, no bromeo─ marcándola sería más rápido, hablando del tema de la mudanza y del casamiento, pero ¿por qué no respetaría sus deseos? ─ Ahora.

─ Te odio─ musitó cruzándose de brazos y dándose la vuelta.

Cuando cruzó la puerta de su habitación me puse a levantar sus dinosaurios, uno verde y la otra blanca, unos más pequeños eran rosas y estaban sujetos por un hilo de plástico que estaba algo estirado. Lo habría querido sacar y no pudo, aunque... mejor si no tiene tijeras en casa. Lo corté y dejé todos ellos en el sofá, me estiré y dejé mis zapatos en la entrada.

La cocina estaba limpia y su basura llena con los desperdicios que quedaron del desayuno que le pedí en la mañana. ¿lo comió todo? Pues sí, mal no le hará nada que sea orgánico, se lo pedí para acostumbrarla a comer mejor.

Al entrar a la habitación me recibió una almohada voladora que logré sujetar antes del impacto. Olivia sostenía otra almohada en la cama, una cara enojada la acompañaba.

─ Estás enojada porque tratas de reprimir el deseo sexual, es normal. Así que haremos un par de cosas para calmarte.


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Dejó la chaqueta en el perchero a un lado de la puerta, la cerró y me sonrió de una forma malévola al acercarse a mí.

─ Primero te castigaré, luego de tus nalgadas voy a ser gentil y por cada llamada perdida te correrás una vez─ Me sentí temblar cuando tomó su celular, rió y al quedarse enfrente de mí me hizo ver la pantalla─ te llamé ocho veces, no respondiste─ suspiró y fingió pena hacia mí─ pobre bebé.

─ E-espera...

─ ¿ya quieres hablar? ─ carcajeó dejando su celular en la mesa del otro lado del respaldo de la cama─ no sólo desobedeciste, no sólo no me respondías, compraste tus libros siendo una maleducada─ sabía que lloraba, merecía la reprimenda, pero no el que duela tanto─ me contestaste muy mal─ se sentó y tomando mis brazos me trasladó rápido hacia sus piernas y boca abajo, como si fuera una muñeca de trapo, tan débil y sin poder hacer nada─ si no gritas te bajaré el castigo poco a poco─ me sujeté a su pierna en el momento justo donde me nalgueó, grité fuerte al sentir sus anillos─ serán 80 ya que no contestaste 8 de mis llamadas y además me cortaste─ no lo escuchaba bien por mis lloriqueos, quería moverme y golpearlo o algo, pero dolía mucho como para poder hacer algo más que gritar y lloriquear tratando de removerme como podía entre sus regaños y fuertes golpes ─ Cortaste, veinte, veintiuno, fuiste grosera, veinte tres, veinticuatro─ se detuvo, me acercó más a su pecho y me acomodó con jaleos nada delicados, tiró de la blusa y la quitó. Me bajó del todo los shorts y en mi posición, toda roja y avergonzada me quitó la ropa interior aunque tratara de balbucear una disculpa─ no cooperas con tu daddy. No te quitaré tus libros ni tus peluches. Te mereces todo eso, pero a mí me avisas─ siguió con los golpes, pero esta vez en mis nalgas más cerca de los muslos. Al doler tanto logré musitar mis primeras palabras luego de esto.

─ ¡lo siento! ¡me comportaré!─ "treinta" musitó como respuesta─ ¡basta!

─ bien, dejaré un poco las nalgadas─ me frotó tan fuerte que gracias a mis chillidos logré tener la fuerza suficiente para retorcerme y casi lograr salirme de ahí. Sus anillos estaban fríos... demasiado fríos─ Debe doler mucho, dime qué hiciste mal, vamos.

─ N-no contesté─ chillé como respuesta entre lágrimas saladas. Temblé ante unos pellizcos en la zona adolorida─ y te corté─ "treinta y uno" siguió.

─ De acuerdo. Estás yendo por buen camino ─ sus palabras iban lentas queriendo seguir el ritmo de los golpes. No se detenía al hablar por lo que no le entendía algunas cosas. Mis oídos se tapaban levemente por respirar de forma rítmica─ Mira nada más, ya vamos por la mitad─ acarició mi espalda tratando de reconfortarme─ dile a daddy cuánto lo sientes─ dos de sus dedos acariciaron mis labios por encima, al no tener bragas su toque me hizo gimotear buscando que no lo hiciera─ eso es, ¿te gusta?

─ p-por favor─ las lágrimas me estaban quemando─ sin anillos, daddy─ era la primera vez que lo decía, y una electricidad por mi cuerpo me dio un escalofrío.

─ Ow, buena chica, ya sabes cómo pedir, ¡muy bien! De acuerdo, sin anillos─ sentí que se los quitó, los golpes fueron igual de bruscos, pero más pausados y en otros lugares menos dolorosos─ cuarenta y nueve... y cincuenta, muy bien mi vida, creo que fue todo, ahora vamos a jugar un poco. Recuerda que estoy siendo complaciente.

No me atrevería a gritar ahora, si lo hacía de seguro seguiría con esta tortura y yo ya no aguantaría más.

Me cargó y dejándome en la cama boca abajo me acomodó una almohada debajo de mi pelvis levantándome para él y en pocos segundos de tranquilidad ya lo tenía acariciándome el clítoris con mucha velocidad, me sujeté de las barras del respaldo de la cama y traté de no darle lo que quería.

─ bebita, gime para mí, no pasa nada de nada, ya no estoy enojado.

No pude resistir mucho más cuando no me permitió cerrar mis piernas y fue la primera vez que me corrí con él ahí, lo escuché reírse y su mano pasó debajo de mis pechos y apretó fuerte metiendo a su vez dos dedos dentro de mí. Solté un gimoteo mezclado con algo de dolor por lo repentino. Ya había jugado con él en mi mente, no podía aguantarme tanto con él tocándome así.

─ Vamos muñeca, un par más y jugaremos en serio ─ quitó su dedos de golpe cuando yo ya estaba acercándome más a él y en cambio me nalgueó fuerte sin quitar sus caricias en mis pechos, apretándolos y pellizcándolos. Grité contra la almohada sintiéndolo contar─ ¿cuántos iba? Ya lo olvidé, tendré que comenzar de nuevo.

─ ¡sesenta y uno! ¡para ya! Ya entendí─ golpeó una vez más, aunque esta vez los golpes fueron dirigidos a mi coño que comenzó a arder una vez comenzó a intercalar, frotando y golpeando, parecía que mis gritos y gemidos no le bastaban─ te... te contestaré... ¡lo siento daddy!

─ Ay bebita, mi tierna nena, calma, aún queda un paso más─ me tomó de los brazos y me acomodó de costado, chillé ante el dolor y el sonido del roce entre telas me hizo levantar la mirada, su miembro se encontraba a pocos centímetros de mí. Por alguna razón se me hizo agua la boca, sabía que era el celo así que no pude contenerme cuando me abalancé a por ello─ Muy bien, ¿tenías hambre? ─ gruñó de tal forma que me sentí correrme de nuevo, el líquido caliente fruyó entre mis piernas mientras lamía con desesperación. Si esto llegase a entrar de alguna forma en mí me destrozaría sin dudarlo.

Acarició mi cabeza y sujetó con fuerza mi cabello en cuanto sus gemidos se hicieron más graves y continuos. Me animó a seguir y apoyando una rodilla en la cama me dio más alcance para sujetar su largo y duro pene que amenazaba con explotar. El hormigueo continuó en mí cuando su mano libre apretó mis pezones enrojecidos, llené de saliva la punta a causa de eso, me miró de la manera más sensual que pude presenciar y deseé guardarme cada milímetro de su rostro en mi memoria. Pude salir de mi transe cuando el calor de su miembro aumentó al igual que mi velocidad, deseé tanto que terminara sobre mí que por un momento pensé en que a lo mejor estaba controlándome.

Y no me importó en lo absoluto. 

Sombrío y Temido. (DDLG / CGL) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora