Chapter 7

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─ Vivo aquí desde hace dos años, es cómodo aunque no lo creas. Sé que es pequeño, pero al ser una omega no planeaba tener a nadie más dentro, no me gusta que me visiten y cuando estoy en celo─ se detuvo, me miró en la entrada, podía presentir lo que haría ya que seguro le parecía un monstruo en su entrada, uno que apenas pudo pasar por su altura─ cuando... ya sabes, es algo privado, necesito estar tibia─ tomó aire y miró las bolsas─ ¿de verdad me dejarás conservar eso? ─ asentí─ oh... de acuerdo, ven.

─ Me gusta─ le digo por lo bajo.

Su departamento era pequeño. Entrada conectada a su sala, un sofá cómodo y grisáceo, una televisión sobre un mueble contra la pared que conectaba a su cocina abierta, tenía una nevera, un microondas además de los básicos para una cocina. Ella se quedó mirándome los pocos segundos que fijé la mirada hacia allá. Por suerte no me debería preocupar en cambiarla tan rápido, podría cambiarle los muebles para que se sienta más cómoda y llenar su nevera con artículos de primera calidad, eso sería suficiente mientras me conoce.

Doblamos hacia la izquierda, me señaló la entrada a su habitación, estaba abierta y pude pasar con su permiso. Interiormente estaba saltando de la felicidad, el saber que ella me permitía entrar a su guarida, al lugar donde ella se escondía en sus celos, el sitio donde dormía y tomaba como un búnker.

─ Puedes dejarlo aquí y luego lo acomodaré─ dejé todo en su cama, la cual cambiaría, era obvio ¿una King entraría en esta pequeña habitación? A lo mejor sí─ gracias por la ropa─ le sonreí, me gustaba sentirla un poco más tranquila.

─ Me gustaría que hablemos─ extendí mi mano, la tomó y acariciándola la llevé hacia la sala.

Si fuera sincero me encantaría besarla, apretarla contra mi cuerpo como en el auto, fue una maravilla y ella y su cuerpo tibio y suave se amoldó a la perfección. No sabía muy bien de dónde o cómo llegó esta fascinación tan temprana hacia ella, al principio fue cuando ella llegó, sus ojitos eran lo más bonito que pude ver y no sabía cómo enfrentar este nuevo sentimiento.

No había tenido otras parejas, hablando de sentimentales, claro que tuve algunas con las que teníamos interés amoroso, pero debía ocupar feromonas o inhibidores cosa que odiaba y sabía que ella tendría el mismo problema. Algo bueno debía pasar entre nosotros. Nos encontramos. Encontrar a alguien que tenga el mismo gusto por tus feromonas era algo extraño y muchos se conformaban con personas que sólo las tuvieran "tolerables" y yo no iba a ser uno de esos desgraciados en vida.

Me senté y como si ya fuera de mi propiedad la jalé sobre mis piernas, se asustó un poco. Su risa nerviosa me animó a subir sus piernas para acercarla más y abrazarla.


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Sus manos bajaron y titubeé preguntándole qué hacía cuando quitó mis zapatos tirándolos al suelo, me acercó a su pecho y acarició mis piernas, las apretaba y mientras besaba mi sien me acariciaba de arriba hacia abajo. No podía decir que me disgustaba, pero a penas nos conocíamos y no en circunstancias normales.

─ Señor...

─Puedes ponerme un apodo si quieres─ me alarmé cuando subió su mano y apretó mi muslo por debajo de mi falda─ Amor por ejemplo, cariño, daddy─ rió con lo último─ me encantaría que me dijeras así, princesa─ la vergüenza recorrió todo mi estómago y mi pecho hasta mis mejillas, sentí un cosquilleo y el color rojo incrementando.

─ Señor, de verdad, no estoy acostumbrada al tacto─ y no quiero que un asesino me guste─ quisiera preguntar algo, si me permite─ se separó un poco, atento a mí y antes de que le preguntara sobre su trabajo, lo llamaron. Pareció disgustado, miró el remitente y suspiró.

─ ¿me dejarías contestar?─ ¿me estaba preguntando? Asentí─ discúlpame. ¿Qué quieres Sam? ─ se llevó el celular al oído, no escuchaba nada por el momento, me recosté─ Sí, ya está fuera de juego, no te preocupes. Sí, estoy algo ocupado, ¿podrías ocuparte? ─ sonrió hacia mí, puso el volumen alto.

¿quieres que me encargue de Weist? ─ se escuchó a un hombre joven del otro lado─ Dijiste que lo harías tú, yo eliminé a varios ayer─ ¿eliminar? Levanté la mirada preocupada hacia él para ver sus expresiones y lo único que recibía eran miradas cariñosas.

─ Creo que encontré a mi mate, luego la verás, es muy bonita─ sus palabras me hicieron sonreír involuntariamente y al cubrir mi boca éste carcajeó─ encontré a mi mate─ aseguró─ no te cubras, ¿quieres saludar? Es mi hermano─ me informaba sereno manteniendo su mirada cálida. Desconfiada, negué queriendo ocultarme─ Está bien, tranquila.

No te creo, ¿tú una mate? Pero si eres un truhan y un pícaro, vas de flor en flor como si fueras la única abeja en el panal ─ me cubrió los oídos manteniéndome contra su pecho.

Era demasiado bueno para ser verdad. ¿Pero qué digo? De igual manera no podría pensar en estar con él, sería horrible, no podría ser pareja de alguien que "elimina" a personas inocentes todos los días como si fuera a comprar café por la mañana. Él podrá tener mucho dinero, pero no tenía sentido ir en contra de mis principios y de la humanidad sólo por estar con él... Eso sí ¿él sería mi mate? He oído de eso, de parejas predestinadas. Se le dicen así porque encontrar a alguien quien su aroma te enloquezca hasta tal punto que lo necesites en tu espacio privado es prácticamente imposible, por eso las personas buscan a betas o a alguien con feromonas que no molesten y sean algo neutro.

─ ¿Olive? ─ había colgado, si dijo algo más no presté atención. Bajó su mano hasta mi hombro y lo acarició.

─ ¿me mentiste? Quiero decir─ suspiré─ no debería importarme─ me removí─ pero no quiero seguir con esto si...

─ ¡No! Oh, por favor, no, lo que él te dijo es... cierto─ meneó la cabeza como reprendiéndose, me sujetó más fuerte─ pero prometo no hacerlo de nuevo si te quedas conmigo, me comprometeré totalmente y prometo que no he hecho ni le he dicho esto a otra persona.

La manera en la que me suplicaba me parecía tan sincera y al sentirme tan cómoda con él ahí quería permitirle todo. Ya de por sí estaba por las nubes al estar sentada sobre sus piernas con su cuerpo cuidando mis movimientos. Me acariciaba. A su vez me percataba de sus ojos cuidando de mis movimientos, muy nervioso todo el tiempo, como yo en estos momentos, ambos queríamos esto, pero sabía que necesitaba hacerlo despacio y ver si él podía dejar de hacer aquel horrible trabajo.

─ Pensaré positivo por unos minutos─ le hice saber, sus hombros bajaron un poco ─ pero quisiera saber de qué trabajas, es algo que está poniéndome algo intranquila. 

Sombrío y Temido. (DDLG / CGL) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora