Chapter 6

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─ Olive, antes de que lleguemos, quiero proponerte algo─ suspiré─ para comenzar quisiera que sepas que no te lastimaré y que tienes unas feromonas muy deliciosas, nunca había sentido nada igual desde que te encontré y te toqué, por lo que no te librarás de mi fácilmente.

Me di la vuelta para verlo, varios pensamientos en contra y a su favor resurgieron de mis pensamientos. Él era lindo, muy guapo, notaba que iba al gimnasio aunque llevara un traje caro que lo ajustaba a la perfección, sus facciones eran limpias y simétricas, todo en él era hermoso, su cabello, sus uñas limpias y arregladas. Me encontraba en la incómoda situación de querer decirle sí a todo ya que su esencia sí era muy estimulante para mí, me gustaba demasiado y creía que no volvería a encontrarme a alguien así de nuevo, busqué por mucho tiempo alguien que me moviera el piso como él, pero no estaría con una persona peligrosa.

─ Bien. Te llamaré algún día y hablaremos─ lo dije más porque sabía que estábamos cerca de mi apartamento─ me atraes─ me reprendí por haber dicho eso─ quiero decir que también me gusta tu aroma, pero por ahora estoy ocupada, gracias por la ropa pero no me la quedaré─ pareció dolerle mi contestación.

─ Puedo pagarte─ musitó, se acercó sentándose a mi lado, lo miré sorprendida por su atrevimiento. Se veía preocupado, como desesperado, su miraba fue por todo mi cuerpo como buscando algo─ voy a pagarte lo que quieras, sólo vendrías donde vivo o puedes dejar que me quede contigo por la noche y dejarías que te abrace, luego me iré si no me quieres, pero... pero por favor, Olive─ tomó mis manos, en ese punto ya estaba temblando contra la puerta y él. Dejó mis manos en sus mejillas tibias y suaves, mirándome con un sentimiento que sólo podría tener si de verdad creyera que yo era su mitad─ no me dejes, ¿sí? Quieres irte y dejarme─ no podía hacer más que escucharlo y pensar en una solución madura para esto. No funcionaba la parte cuerda de mi cabeza─ por favor, te pagaré lo que sea. Quiero dormir tranquilo alguna vez, y la única solución que veo eres tú, termina con mi sufrimiento, no te vayas así como así.

─Se-señor─ tragué saliva─ está bien... ¿quiere entrar? ─ no era una buena idea, pero esto estaba lastimándome y me arrepentiría toda la vida si él era el único con quien pudiera estar. Yo tampoco podía dormir bien por las noches, era un síntoma común al no encontrar una pareja en la madurez. Sin embargo que durase tanto tiempo era algo extraño, supongo que debe ser un alfa puro.

─ ¿me dejarías pasar? ─ no me lo pensé mucho, no parecía querer lastimarme y apenas asentí me trasladó a sus piernas, me abrazó tan rápido que no pude evitarlo. Se sentía bien, como si esto estuviera predestinado, me rendí finalmente ante su tacto. Mi cabeza quedó en su cuello, el exacto sitio donde sus feromonas se sentían mil veces más y junto con su desesperación por tenerme no me quedó de otra que desistir a mi intento de fuga. Me sentía tan bien, tan protegida y amada como nunca lo había sentido, a lo mejor él querría soltarme y no era mi plan. Me recosté dejando al descuido la zona de mi cuello donde su boca se posó dejando un beso, él podría morderme y proclamarme ahí mismo, no lo hizo y lo agradecí internamente.

El auto se detuvo, y fuera de todo pronóstico, no me soltó, sino que se aferró a mí.


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Olía tan delicioso, quería tenerla ya para mí, llevarla conmigo y mantenerla a salvo conmigo, sentía que si la dejaba aquí le ocurriría algo, incluso el pensar que hablase con alguien más que no sea yo me carcomía la conciencia de una forma no grata, eran celos hacia alguien que debería pertenecerme y que se me resistía.

Llevaba sus bolsas en el ascensor, me dijo que necesitaba su cartera, así que la buscamos y se la di, la miraba desde arriba y ella parecía temerme un poco al tomar sus cosas. Temblaba desde que salió del auto, se aseguraba de tenerme a su lado como si me pidiera permiso y eso me encantaba aunque viniera puramente de su miedo. Gratamente me esperó a llevar toda su ropa, la sentía nerviosa, pero parecía haber aceptado que debíamos ser algo.

Subimos por el ascensor, se veía muy bonita con su vestido. Me sentía tranquilo con su presencia, por fin sentía calma, deseaba sentirme así siempre y por eso le rogué tanto. No me importaba darle todo el dinero que quisiese con tal de que se quedase conmigo unas pocas horas por la noche para ayudarme a dormir.

Acerqué mi mano a su mejilla, saltó por la sorpresa. Dejó que la acaricie, su piel se erizó, la oí tomar aire y dar un paso hacia mí, como si le gustara, como si fuera un gatito buscando a su amo. Ella era adorable. ¿Qué debería hacer para proclamarla? Ella debería darme permiso antes. 

Sombrío y Temido. (DDLG / CGL) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora