Chapter 11

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─ Ya llegué muñeca─ anuncié en voz alta al entrar─ traje tus golosinas─ planteé más fuerte ante su silencio. Dejé mis zapatos en la entrada, llevé las bolsas hacia la cocina y volteé al escuchar unos pasos. Ella me miraba desde el marco de la puerta, me espiaba con sólo la mitad de su cabeza fuera, olía a flores, un aroma dulce y suave se desprendía de ella y viajaba hacia mí, le sonreí─ guardaré el helado, ¿eres alérgica a algo? Porque traje varios tipos de chocolates.

─Mm, no─ logré escuchar. Guardé todo en la nevera con su mirada sobre mí. No se movía y sólo se recompuso al lado de la puerta cuando terminé de organizar sus chuches.

─ Traje comida china─ cuando estuve con ella en el sofá en la mañana noté que guardaba recetas en la puerta de la nevera, unas cuantas describían recetas de comida china─ ¿qué ocurre muñeca?─ tenía medias rosas, una caída dándole un aspecto un poco infantil. Llevaba unos shorts y blusas nuevos que compró en aquel local, era una pijama que le iba un poco grande en la parte superior, se transparentaba levemente y eso me agradaba─ ven, ¿no tienes hambre?

─ ¿Por qué no llegabas? ─ creía morirme de ternura al escucharla enojada.

─ Estuve ocupado, tuve mucho trabajo─ me acerqué con los brazos un poco extendidos para que ella diera su consentimiento. Lo hizo dando unos pasos hacia mí, la cargué en mi cintura y no duró mucho hasta que volvió a apegarse a mí, restregándose al sentarme en el sofá, se puso a horcajadas y su cabecita quedó entre mi cuello y hombro. Estaba en las nubes y por primera vez en años deseaba la hora de dormir. Le hice mimos constantes hasta que se relajó y detuvo sus chillidos, los hacía por su celo que por cierto obtuvo cuando llegué.

Mi teoría entonces se aferró a la idea de que en la tarde me echó por aquello, para que no tener su celo conmigo ahí. No podía negar que si eso era cierto; me lastimaba. A pesar de eso, el saber que no podía evitarlo por mucho tiempo y que lo tuvo apenas regresé y la sostuve... Carajo, es hermosa, estoy enamorado de una mujer hermosa a quien también le gusto.

─Bebé─ la llamé, se había dormido, no quería interrumpir su sueño, pero quería que coma algo─ amorcito, hay que comer.

Nada.

─ Traje sushi, fideos, wantán─ se removió─ ¿te gusta el wantán? ─ se separó un poco de mí, no pude evitar mirarle los ojos, al abrirlos un par de lágrimas salieron de ellos y levantando sus brazos se estiró de la forma más bonita que pude presenciar. Bostezó y mirándome se pasó el dorso de la mano por sus mejillas. Entonces miró hacia abajo curiosamente─ oh, lo siento─ solté no sabiendo qué decir. ¿qué podría hacer? El bulto en mis pantalones le habría sido incómodo, pero yo me sentía tan bien mirándola─ ignóralo, hay que comer─ asintió.

─ quiero wantán─ pidió en una voz baja y chillona.

─ a sus órdenes.

Ella puso una película mientras yo servía y colocaba la comida en la mesa de su sala, dijo que le gustaba ver algo mientras comía.

Cuando la vi sentarse en el suelo sobre la alfombra blanca tirando varias almohadas cerca tuve un espasmo no muy agradable, pasó un segundo después de que ella comenzó a comer con alegría dando pequeños saltos de felicidad por, me suponía, sabor de la cena. Me senté a su lado pensando en qué comprarle para que al menos se sentase en el sofá. Desgraciadamente no la estaba sufriendo tanto, ella se veía tan bonita comiendo, no me hablaba ni me miraba, pero musitaba unos sonidos bonitos al pedir algo lejos de su alcance.


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Estábamos viendo el resto de la película, me senté por mi propia voluntad en sus piernas cosa que no lo había pensado hasta ahora. Me sentía cómoda y no pensaba moverme de ahí aunque debía de tener en cuenta que él no podía quedarse aquí.

Olía rico, se había duchado, estaba segura. Me había comportado como una niña desde que llegó, era normal por lo del celo, esperaba que no haya llegado sin mi permiso. Él no mencionó nada de mi aroma, si era fuerte significaba que sí estaba en celo y como no me dolía nada ni era incómodo pensaba que no lo tendría ahora mismo. El problema era que con él aquí me sería imposible saber si estaba en celo o no.

Aunque ya estaba con síntomas, como por ejemplo el querer quitarle la ropa para que me utilice.

─ Hola pequeña─ susurró cuando me moví un poco para verlo al término de la película. Me sonrió cálido─ hablemos antes de dormir, ¿te parece?

─ ¿vas a quedarte?

─ Claro que me quedaré─ musitó algo ofendido─ voy a quedarme aquí todas las noches hasta que decidamos algo más─ me coloqué a horcajadas para verlo mejor, me ayudó con un suspiro.

─ Decidir qué.

─ Bueno... digamos que quiero que vengas a vivir conmigo─ sorprendida lo dejé continuar─ no es que no me guste tu departamento, pero en mi hogar hay más espacio y ya que eres mi mate debes tener protección.

─ Entonces sí eres peligroso─ rodó los ojos mirando hacia otro lado─ No quiero... no quiero que mi mate sea un asesino─ me avergonzó decirlo tan brusco y más cuando me miró dolido. Tragó saliva y comenzó a negar. 

Sombrío y Temido. (DDLG / CGL) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora