Capítulo 20.

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La noche estaba fresca.

No al punto de invernar pero al menos si lo suficiente como para ponerle a Jeongin la piel de gallina.

Habían salido de la zona segura que era alumbrada por la casa y los faroles, se habían adentrado más en el espeso y desconocido bosque, al menos desconocido para él debido a que no salia mucho. Geumhyun va al frente guiandole y jalando de su mano, la Alfa parece ahora mas decidida que nunca a terminar con todo de una vez.

Sí Jeongin no era su predestinado entonces estaría a tiempo de cancelar todo y evitar hacerle a él lo mismo que alguna vez a ella le habían hecho.

Esto terminaba esta noche si o si.

Jeongin intenta seguirle el paso mientras de fondo solo pueden escucharse los grillos y el eco de un búho.

- A-alfa... No es mi intención contradecirla pero ¿Esta segura de que sabe a donde vamos?

Y en respuesta recibe... Nada. Ni siquiera un gruñido.

Geum ni siquiera se molesta en voltear a mirarlo. Parecía completamente absorba en su mundo. Sin embargo en ningún momento lo suelta.

Ambos caminan y caminan, cuando el paso se vuelve más tedioso, Jeongin nota que están yendo hacia arriba.

Geumhyun se detiene en seco y observa a su alrededor. - Llegamos...

Es lo que dice y avanza unos metros para finalmente salir de entre los árboles en la cima de la colina. Misma que es iluminada por una preciosa Luna llena y brillante. Enorme y redonda adornada por miles de estrellas a su alrededor en el cielo.

Jeongin observa todo con fascinación. - Wow... Esto es... Se siente tan... - Intenta buscar las palabras adecuadas. - Es como si nosotros estuviéramos tan cerca de ella.

- Nuestro clan es fiel creyente de que en la Luna se oculta nuestra Diosa... O bueno, Que la Luna misma es la Diosa en sí. - Responde Geumhyun a su lado observandole también. - Ella nos dota de energía, nos da nuestra fuerza... Nos bendice con su presencia y nos hace saber que no importa cuando oscuro sea este plano mundano, ella siempre brillará para nosotros. -

- Eso suena muy lindo... - Admite Jeongin.

La Alfa voltea y sonríe. - ¿Puedes sentir eso, In? La energía que entra por tu cuerpo al sentirte bañado con su luz... Es simplemente vigorizante.

El chico cierra sus ojos y llena sus pulmones con el frío viento nocturno. - Creo... Creo que lo siento, Alfa. - Responde con total calma.

Geum suspira y finalmente decide plantarse frente a él. Estira sus manos para tomar las de Jeongin, sintiendolas suaves y calidas. - Bien, Porque hay algo que quiero intentar... - Dice. - Por un tiempo creí que daría igual sí no éramos realmente el predestinado del otro. Debo confesar que en un inicio solo veía tu adquisición como una manera de poder tener una relación beneficiosa y aunque siempre intente ser lo más honesta contigo al respecto. Aun hay cosas que no te he dicho... -

Repentinamente las manos de Geumhyun comienzan a temblar. Pese a poner todo de su parte para mantenerse tranquila, Es casi imposible no tener un Deja Vu: Ella en la cima de la colina frente a la Luna llena esperando la señal para que su acompañante pudiese ser su predestinado.

Del abuso y de la horrible desgracia que la había marcado literalmente aquella noche.

Jeongin la mira pero apenas y son unos segundos de contacto visual antes de que ella corra la cara, se sentía avergonzada y cobarde, cosa que odiaba porque una Kim no podía darse el lujo de ser ni una ni otra.

- Está bien sí no quiere contarme ahora, Alfa. No tiene que hacerlo. - Murmura este con preocupación genuina. - Yo sé que jamás ha intentado obrar de mala de mala fe.

- Jeongin... Reflexione mucho acerca de todo. Tu eres muy especial para mí, más allá de si tenemos que casarnos pero, no puedo privarte a ti de vivir una vida sin tu compañero real. Por eso te traje. - Decide omitir lo que iba a confesarle para mejor ir directo al punto. - Cuando subes a una colina alta y le pides a la Luna que te diga sí tu pareja es la indicada... Ella lo hará.

- Entonces... ¿Quiere saber si existe la posibilidad de que nosotros dos seamos predestinados?

El Omega la observa asentir lentamente. ¿Y qué pasaría sí no lo eran? ¿Ella lo echaría de la casa o buscaría otro Omega? Un escalofrío le recorre la columna y un hueco se le hace en el pecho sintiendo el verdadero terror. Porque más allá de un lugar agradable y los lujos... Jeongin realmente se estaba enamorando de ella y no tenía problemas en admitirlo: Su fino porte, su carácter fuerte, la forma en como sonríe y se relaja a momentos dejando ver a una alfa bondadosa; Su refrescante aroma a menta, La manera en como Geumhyun lo hacía sentir tan pleno cuando hacían el amor... Adoraba todo de ella.

No quería separarse pero también entendía sus inquietudes. Él tampoco podría vivir sabiendo que su Alfa era para otro Omega. - Está bien Alfa, Hagámoslo. - Dice con una sonrisa leve. - Sin importar lo que pase, No cambiará el respeto y la admiración que siento por usted.

Con cuidado la un paso más cerca de ella y suelta sus manos para rodearla en un abrazo. Geumhyun se queda momentáneamente paralizada antes de también abrazarlo, dejándose envolver por su dulce aroma a vainilla.

No hace falta que lo pidan pues de pronto sienten como la Luna comienza a brillar aún más, con tanta intensidad que se vuelve cegadora...

Todo a su alrededor desaparece a excepción de ellos... Sus cuerpos se sienten como si flotaran y una energía violenta entra en sus organismos. Algo tan primitivo y difícil de contener.

Los caminos de Geumhyun se incrementan considerablemente de tamaño... El aroma de Jeongin no hace más que provocarla al mismo tiempo que este echa la cabeza hacia atrás instintivamente.

Cuando ella lo había intentado con Changbin... Fue en ese momento donde ambos cayeron al frío y terroso suelo dando por concluido el ritual. Sentenciando así la cruel verdad.

Pero justo ahora, en ese preciso momento de sus vidas. Geumhyun se inclina para besarle con dulzura y prepararlo con suaves lamidas antes de incrustar poco a poco los dientes sobre la lechosa piel. El chico jadeo, se removió y volteo los ojos hasta ponerlos en blanco. Claro que sintió su carne desgarrarse, la picazón y el hormigueo al mismo tiempo que la tibieza de su propia sangre pero no dolor...

Sino todo lo contrario. Se sentía maravilloso, pleno y con un fuego avivando muy dentro de si con cada minuto que transcurría.

Se sentía aliviado porque efectivamente, Geumhyun lo había marcado y ambos estaban destinados a amarse por el resto de la eternidad.

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⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

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Mi Dulce Omega.  ©    [Yang JeongIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora