𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 𝐎𝐟 𝐃𝐢𝐬𝐚𝐬𝐭𝐞𝐫" 𝐤𝐬𝐣

27

Acababa de colgar una llamada con mi padre para continuar mi paseo por las tiendas junto a Taehyung quien necesitaba un traje de forma urgente para un evento próximo con sus amigos, Seokjin tiene demasiado trabajo acumulado por lo que no puede hacerse tiempo para diseñarle uno, el pobre no sale de su estudio en la casa y si lo hace es para irse a su boutique a trabajar mucho más.

Al menos habíamos logrado aprovechar su tiempo libre, tuvimos citas, salidas a lugares preciosos, lo escuché contarme sobre cosas que hacía cuando era más joven, le escuché reírse con el recuerdo. No mentiré, la hemos pasado maravillosamente y puede decirse que ambos estamos en nuestro mejor momento, él con su éxito y yo con el mío dado que el nuevo lanzamiento de mi fragancia más reciente está teniendo ventas increíbles.

Cada día me felicito por haber tomado la decisión de contratar un profesional con tan asombrosas capacidades para estar al mando de la empresa.

—No sé si quiero un clásico traje negro, siento que soy más genial que eso.

—Elige un color, tienes una paleta inmensa de la cual elegir— señalo al maniquí que es exhibido frente al enorme ventanal— un verde pino es elegante y no tan común.

—¿De verdad crees que es poco común un traje de ese color?— enarca las cejas en mi dirección.

Lo pienso mejor y tal vez si es más común de lo que yo pienso. Termino suspirando y dejándolo elegir a su suerte porque ya empiezo a sentirme agotada, no conozco ser humano más indeciso que Kim Taehyung.

Me siento en el pequeño mueble que está frente a este gran ventanal mencionado con anterioridad y por ratos me dispongo a curiosear la tienda del frente, tienen vestidos de novia en exhibición. Son lindos, demasiado grandes y esponjosos, pero no dejan de ser bonitos y agradables a la vista.

Me giro cuando escucho a Taehyung salir del vestidor, luce un traje bastante único a mi parecer, es color violeta, la mujer que nos atiende no para de halagar como la prenda abraza la buena silueta de Taehyung y este solo le responde para darle la razón, si, he entendido todo eso que ha dicho. Termina mirándome a mí.

—Me gusta— le digo— pero no me encanta.

—Entonces probaré el verde pino— blanquea los ojos, yo me río recordándole que son sus gustos y que mi opinión no debe influir en su decisión— igual tampoco me gusta tanto—la chica le pregunta algo que no entendí, Taehyung me mira, sonríe malicioso— pregunta si eres mi novia, le diré que eres mi madre.

La expresión de la vendedora luego de esa respuesta hace que me ría en silencio y niegue con la cabeza.

—Llegué— Seokjin me encuentra, estoy viendo al jardín— fui directo a la habitación y no estabas ahí. Es tarde.

Tiene los primeros botones de la camisa desabotonados así que puedo ver su pecho, se sienta junto a mi en la silla libre y suelta una bocanada de aire para luego hacer una mueca que denota dolor. Me acerco detrás suyo, comenzando a masajear sus hombros tratando de quitar un poco de tensión de estos, él suelta un sonido sintiéndose a gusto con mis atenciones.

—¿Largo día?

—Eterno, dirás. Por alguna razón que desconozco, todo se ha puesto de acuerdo el día de hoy para arruinarse, así que, tuve mucho qué hacer— toma una de mis manos y me incentiva a sentarme en sus piernas todavía mirándole a los ojos—¿Lograron encontrar un traje para Taehyung? Le di mil opciones de los ejemplares ya existentes y ninguno lo convenció.

—Encontramos uno, si, pero lo ha comprado solo porque ya no quería caminar más, no porque le gustase—puso esa expresión de no me sorprende — el lado bueno es que he conocido docenas de tiendas que tal vez visite otro día por simple gusto.

Suelta una pequeña risa burlona.

—Creo que te has explorado París entero. Me alegra que te guste tanto.

—Bueno, es hermoso, entiendo por qué Taehyung insistía tanto en regresar— le confieso— por alguna razón mágica, hay demasiada tranquilidad aquí, me siento muy bien.

—¿Feliz?

—Feliz— acaricio su rostro, él cierra los ojos ante mi toque— si, feliz es la palabra correcta.

Deja en beso en la palma de mi mano.

—No sabes cuánto deseaba sacarte de ese infierno de estrés en el que estabas. Qué bueno que lo hice y que bueno que me acerqué ese día a comprar un negroni y que estuvieras ahí en la barra a mi lado— suelto un bufiso que termina en risa— y que bueno todo lo que pasó después.

—Si... recuerdo que ví tu cara y no me lo cuestioné demasiado.

—¿Todo fue por mi apariencia? Yo que sí sentí algo más profundo que eso, diablos.

Doy una palmada a su pecho que solo le hace reír, me pide que vayamos a la cama para así él descansar y prepararnos para el evento después del otro evento de Taehyung, iríamos a apoyarlo en una pasarela.

Sentí emoción y unos nervios inexplicables.