𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 𝐎𝐟 𝐃𝐢𝐬𝐚𝐬𝐭𝐞𝐫" 𝐤𝐬𝐣

Extra

Dos años
Seokjin

—Que precioso— asiento en agradecimiento— ¿Cuánto tiene?

Antes de que pueda responder, Taehyung lo hace por mi.

—Tiene cuatro meses y tres días— decide que quiere cargarlo, así que lo toma de mis brazos y arregla su ropa y gorro— es mi hermano, su nombre es Taeyeon.

En este tiempo desde que mi hijo nació, somos detenidos por varias personas que buscan verlo de cerca por la imagen tan tierna que brinda. Tengo un hijo muy lindo y Taehyung se muere por él, lo ama tanto que no se abstiene de presumirlo ante el mundo y dejar muy claro que él es su hermano mayor.

Cuando ambas damas se retiran, él vuelve a poner al bebé en su carrito y me observa.

—¿Vas a colgar fotografías de Taeyeon en las pancartas de los centros comerciales de todo París?

Suspira.

—Ojalá pudiera hacerlo— niego, burlón— ¿Llevamos todo lo necesario?

—Casi todo— chasqueo la lengua— no quedaban las galletas de Hazel.

—Oh, pues nos jodemos.

Es inevitable reírme.

Mientras Hazel baila con el bebé, el personal nos ayuda acomodando todo en la despensa.

—Tu padre y tu hermano son malvados porque no me han traído lo único que pedí; unas galletas.

—Cielo, por milésima vez, no quedaban.

Camille intenta arreglarlo.

—Puedo hornear unas galletas para usted, señorita.

Por supuesto a mi esposa le brillan los ojos y se acerca hasta la cocina aceptando la propuesta.

—Eso sería maravilloso— ahora yo tomo al bebé, este suelta sus ruiditos extraños— ¿Puedo ayudarte? Dime si tenemos todos los implementos necesarios.

—Gracias Camille— dice Taehyung.

—Eso no significa que no esté decepcionada de ti por no buscar con más empeño.

Ellos se enfrascan en una discusión infantil mientras que yo me enfoco en mi bebé el cual no es solo hermoso, es el humano más silencioso del mundo, ningún ruido lo perturba, me mira con esos ojos grandísimos, pellizco sin nada de fuerza sus mejillas regordetas y rosadas.

Estoy demasiado enamorado de este pequeño ser.

—Ahí están mis amores.

Hace media hora puse a Taeyeon en su cuna la cual, por supuesto, está en nuestra habitación. Continúa dormido, pero ese no es impedimento para que Hazel lo cargue en brazos y le regale besos suaves.

Hazel brilla intensamente cuando está con nuestro hijo y yo soy el más feliz con esa imagen.

—¿Cómo salieron las galletas?

—Bastante bien— vuelve a acostarlo y gatea en la cama a mi encuentro, lo hace con cuidado, su cuerpo aún le duele con cualquier movimiento brusco— papá me ha llamado, dice que quiere venir y conocer a su nieto.

—Puede venir cuando lo desee, seguramente desea ver cómo te encuentras—luego de horas y horas en trabajo de parto, Hazel no tenía energía, su padre quiso estar presente pero fue imposible— y poner a Taeyeon en su testamento.

Se carcajeó, asintiendo.

—Estoy segura de que va a dejarle todas sus propiedades privadas.

—Claro, porque las demás son tuyas— las cuales no son pocas— estoy ansioso por verlo crecer aunque sé que llegará un punto en el que voy a rogar que permanezca siendo un niño.

—Es verdad. Se ve tan bello así, pequeño.

Entre suspiros se me escapa lo siguiente:

—Creo que quiero otro— Hazel me observa con ojos maliciosos comenzando a treparse sobre mí— hey, hey.

—Acepto.

—No, no, luego, dejemos crecer a este primero y tu cuerpo debe descansar, apenas van cuatro meses y cumpliré cincuenta, debemos pensarlo mejor.

—Cincuenta años que te han hecho más guapo— ronronea en mi oído, no puedo evitar reírme.

—Hazel, cielo.

—Ven aquí, no huyas, soy tu esposa— para sorpresa nuestra, Taeyeon comienza a llorar, Hazel me señala— terminaremos esto luego. Yo me ocuparé de mi bebé.

Tal vez no debo decir en voz alta que si se me antoja tener otros dos más. La vida de un hombre casado no tiene respiros.

La amo. Los amo.