Rainelis Rosario
Estaba de camino a la casa de Diana estaba nerviosa por lo que iría a pasar pero solo debía disculparme arreglar las cosas y seguir con la relación
Toque la puerta varias veces hasta que por fin me abrió, cuando me vio me abrazó fue algo tan extraño, que no respondí a este abrazo, ella no era de abrazar a las personas, pero respire profundo y olía a alcohol.
—Rai, perdón por golpearte no debí de hacerlo, discúlpame de verdad— me decía algo tambaleante— la que se tiene que disculpar aquí soy yo no tu, amor— la separé de mis brazos— no, yo tenía que haberme controlado y esperar a que me explicarás las cosas, te amo y no debí de tratarte así— me dió una sonrisa sincera.
—hablemos mañana que estes sin alcohol recorriendo tu cuerpo— la lleve a la habitación y la acosté— sabes, la chica del suéter se ve buena onda talvez deberíamos de hacer una junta— definitivamente estaba muy tomada— y debería de ir a su casa ahora—se paro de la cama— ya casi va a anochecer quédate aquí y no molestes a nadie— la empujé a la cama— ¿te molesto a ti? Si es así dímelo— me empujo y por poco me caigo—no solo que no cre…— Diana me interrumpio— sabes que, no hables más ya con eso dijiste todo— bebió un poco de cerveza— no quise decir eso perdón— me senté en una silla que estaba por ahí— no tranquila, no me importas, todavia tengo a karen— lo ultimo se escuchó en un susurró
Esas palabras me derrumbaron por completo— que acabas de decir?— le dije intentando contener el llanto— que tengo a otra, y ella es mejor que tú y lo de nosotras se acabó— se tumbó en la cama— porfavor Diana, no me puedes hacer esto yo te amo, que hice mal puedo mejorar te lo prometo— parecía estúpida rogando por alguien que no valía la pena y que ella era el problema y no yo.
Las personas aveces creen que ellas son el problema cuando es la otra que causa los inconvenientes y discusiones en las relaciones, y yo era una de ellas creí que yo era el problema, que yo debería de cambiar para poder estar con ella, cuando no era así y era mejor dejarla ir, porque tarde o temprano iba a venir alguien mejor que me abriría los ojos y las puertas de su corazón.
Alondra Michelle
Estaba en mi habitación descansando después de un día largo de trabajo, maldigo el trabajo. Un mensaje me saco de mis pensamientos, era un número desconocido.
—tarde o temprano te darás cuenta de quién es Rainelis Rosario, así que lo dejo en tus manos-
No respondí, quien era está persona y porque hablaba mal de Rainelis?, puede que apenas la esté conociendo pero demostró ser buena persona, y con todo lo que está pasando no creo que haga algo malo.
estaba en la mesa del comedor y mi madre empezó a hablar— y dónde conociste a tu amiga?— me preguntó mi mamá— en una fiesta a la que fui— le di un bocado a mi comida— ajá, pero cómo?— alzó una ceja— le preste mi suéter— aún lo recuerdo como si fuera ayer, ella se veía hermosa. Al pensar esto inconscientemente se pintó una sonrisa en mis labios— bueno— me dió una palmadita en la espalda y se fue.
No tardó mucho para volver a dónde estaba yo y seguir hablando de Rainelis— ¿dime, esa chica donde vive?— se sentó al lado mío. Aunque sabía la respuesta a esta pregunta decidí no decirle— no lo sé aún— me levanté— bueno espero y sigas conociendo más gente— parecía enojada, talvez tenia un mal día.
Decidí no molestar y darle su espacio, me fui a mi habitación y decidí mandarle mensaje a Alex para saber si quería salir a tomar algo, pues necesitaba despejar mi mente .
Despues de un rato sin previo aviso Alex estaba en mi casa, sin preguntar si podía pasar el solo entro, fue a mi cuarto y no me quedaba más que ir tras de él sin poder reclamar.
—cuentame, ese milagro que quieres salir— dejó sus cosas en mi mesa— nada, solamente quiero y ya, no me pidas más explicaciones, aunque me estoy arrepintiendo un poco— me acosté sobre la cama— no, ahora salimos porque salimos— se cruzó de brazos— tranquilo, si vamos a salir, solo bromeaba.
Mientras escogía mi ropa para salir, Alex pensaba a qué cafetería ir y si estaban abiertas.
— ya estoy lista, ya sabes a dónde iremos?— le dije desde el baño— si, hay una cafetería que se ve bastante bien, y está cerca de aquí— sali de baño para ver cuál era, cuando ví la cafetería me di cuenta que era donde trabajaba anteriormente, me salí de ahí por unos problemas que tuve con uno de mis compañeros— no lo sé Alex, porque no buscas otro?— el chico me volteó los ojos— esta bien, pero después no te quejes si está muy lejos.
Me le quedé viendo, pues yo no planeaba manejar—ni pienses que yo te voy a llevar—dije entre una risa—¿ y entonces quien nos va a llevar?— parecía bastante serio—no trajiste auto?— los dos quedamos en silencio— pues entonces tendremos que salir mañana— estaba llendo a cambiarme pero Alex me detuvo— podemos ir caminando— dijo rápidamente el chico— no Alex, mañana vamos, te lo prometo— me solté y me fui a cambiar— está bien, entonces sme quedaré.
En la noche cuando estaba apunto de quedarme dormida, me llegó una notificación, era Rainelis, el cual decía:— Estas en tu casa?. Si es asi puedes salir?— que era lo que quería a estas horas, debería de estar durmiendo.
Sali a revisar afuera, la ví sentada en la banqueta, la luz de la luna hacia resaltar el rojizo de sus rizos, también el color de su piel, hicimos contacto visual, y sus ojos estaban rojos ¿Había llorado?
Rainelis Rosario
No sabía que hacer, y lo primero que se me vino a la mente fue ir con Alondra, ella me traía mucha paz, y me tranquilizaba ¿ El porque? Eso no lo sé.
Llegué a la casa de alondra y le mandé un mensaje de texto, después de unos minutos ella salió y me levanté para ir con ella, lo primero que hize fue abrazarla, tenía la necesidad de hacerlo.
— perdón por molestar tan de noche, no sabía que hacer— me separé un poco para poder verla a los ojos— no te preocupes, pero hay que pasar, hace frío aquí afuera y no debes de estar a estas horas aqui.
Pasamos a su habitación, ahí estaba un chico, me explico quien era y que hacía ahí, después de eso hablamos de lo sucedido.
— lamento lo que te pasó ¿Cuánto tiempo llevaban juntas? — me tomo de la mano—llevaba un año con ella—le dije en voz baja para no despertar a su amigo— un año? Y siempre fue así contigo?— la mire confundida, a qué se refería?— como así?—se quedó pensando por un momento y después hablo—con golpes.
Eso sí que me tomo por sorpresa, no sabía que decir, si me llevaba mis empujones y unos cuantos gritos pero nunca como lo que me había pasado
—no, está fue la primera vez, solo eran gritos y ya— la mire a los ojos y nose porque me puse nerviosa por eso—bueno, no quiero que recuerdes eso, asi que dejemos eso de lado ahora estaras bien y podras ser mas libre—me dió una sonrisa muy tranquilizante que me llenaba de paz.
Despues de un rato de estar hablando y pequeñas lágrimas y risas me fui de ahí, ya iba a amanecer asi que tome mis cosas me despedí y tenia que ir a explicarle las cosas a mi mamá.
Holaaaa, un capítulo que probablemente sea el peor.