besos con cariño

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Rainelis Rosario

Estúpida. Así me sentí, también me sentí mal por Alondra, pero necesitaba estar sola y pensar ¿Pensar en que? No lose, lo único que sé, es que iré a casa de Isabella.

- cuídate mucho, hija — escuché antes de cerrar la puerta. En el Uber me estaba arrepintiendo de ir, pero no podía hacer nada ya que yá estaba en casa de isa— gracias, buen turno— dije al momento de bajarme del coche, normalmente los guardias de Isabella estan en la entrada pero ninguno estaba ahí.

Toque la puerta varias veces, insistía e insistía, hasta que abrieron la puerta, era Isabella. Estaba algo despeinada sus ojos estaban un poco rojos olía a cigarro, alcohol, muchas cosas— Rai, mi amor, que bueno que estás aquí— se intento acercar a mi pero me aleje— Isabella ¿Estás bien?— la mire de arriba a abajo— bueno, mi padre me quito todo,así que en pocas palabras no, pero aquí estás tu, así que ahora estoy bien— me sonrió— ¿estás sola?—intente ver dentro de la casa— si —dijo casi en un susurró— Isa, te llevaré conmigo, te ves muy mal, no deberías estar sola— ella asintio y procedí a pedir un Uber.

Baje del auto junto con Isabella, entre a la casa, pues mi madre no estaba— bien, te traeré agua — la senté en el sillón— y comida— me dijo antes de que yo entrara en la cocina, tome una bandeja para poder llevarle las cosas.— okey, aquí está dime, Isabella ¿ Que es lo que te sucedió? ¿ Porque estás así?— me senté a su lado— creo que, de todos estos días, hoy es el único día en el que estoy sobria— se rio un poco— ¿Que paso con tu padre?— me miro— escapó, me dejó sola, sin nada, no espera, me dejó la casa y un poco de dinero, pero diez mil dólares es muy poco, y solo me sobra dos mil dólares— la mire sorprendida— ¿ Que le hiciste al otro dinero?— ella suspiro— alcohol, drogas… y mujeres.— se miro los pies—okey…— suspiré— perdón, pero estaba mal, no era mi intención, o sea si lo era, pero necesitaba olvidarme de ti— olvidarme?— ¿ Porque? Nadie te está obligando a dejarme— me miro a los ojos — Alondra… ella me dijo que era mejor si me alejaba de ti, lo hice para protegerte— no podía creer lo que estaba escuchando— Rai, te amo pero Alondra tiene razón— me agarró la mano— olvida lo que dijo Alondra, creo que me equivoqué con ella, realmente quiero estar contigo, lo que pasó no fue tu culpa— tome su cara con mis dos manos pero ella se alejo— si fue mi culpa, esas dos balas eran para mí, no para ti— levantó un poco la voz— no me importa Isabella, yo te amo, porfavor, quedate conmigo— mis ojos se llenaron de lágrimas— Rai… en estos momentos no tengo nada que darte, no pued…— la interrumpí— no me importa lo material, quiero estar contigo— ella me sonrió— entonces, regresemos a casa, mis guardias me estan esperando — se puso de pie— pero… no dijiste que…— me quedé callada procesando lo que acababa de decir— mi padre no me quito nada, necesitaba asegurarme si lo de nosotras era real, mi padre me obligo, pero eso ya no importa— me levanté del sillón— es verdad lo de las mujeres? Juro que te voy a matar si es cierto— le apunte con el dedo— todo es mentira…— me abrazó por la cintura— no podría estar con otra mujer mientras estás tu conmigo, lo del alcohol si, las drogas, jamás podría ingerir eso — ahora me siento una mierda, pero, es mejor ocultar lo de Alondra para que nadie más salga herido.

Llegamos a la casa, me bañé y me cambié para poder estar cómoda— no entiendo cómo es que eres tan guapa— me rei un poco— no más que tú — le di un abrazo— te amo— susurró y me dió un beso— ¿Cómo está tu brazo?— dijo al separarse de mi— me duele para algunas cosas, por suerte no perdí la movilidad— ella suspiró — perdóname— se sentó en el sillón— no pidas perdón, tu no sabías que eso iba a pasar — me sente en sus piernas y la abrace por el cuello— ya lose, pero me sigo sintiendo culpable, talvez Alondra tenga razón, me deberia alejar de ti— se miro los pies— olvida lo que dijo Alondra, no quiero que te separes de mi, te quiero mucho— la bese— extrañaba mucho este tipo de besos— la mire confundida— ¿tipos de besos?— asintió— besos con cariño— me volvió a besar. Yo no dije nada al respecto de los besos. Después de cenar algo, estaba un poco cansada y me quedé completamente dormida en el sillón.

Alondra Michelle

Dos días después de lo 
sucedido con Rai


Estaba acostada en mi cama, no había comido nada estos días, ver llorar a Rai me hizo mal, y saber que el motivo por el cual lloraba era yo, me acuchillaba el alma.

— Dios mío, Alondra, te estás pudriendo en tu propia tristeza, la cual es ocasionada por ti misma —dijo Carolina, la cual estaba sentada en mi cama junto a mí— estoy bien— susurré— Alondra, puedo sentir como tus suspiros pesan como cadenas, cada una de las lágrimas que has derramando es un eco de tu desconsuelo y así dices que estás bien?— levantó un poco la voz— se nota que estudias Filología— ella volteó los ojos— te recuerdo que las dos estudiamos lo mismo, ahora, iré a prepararte algo de comer— me dió un beso en la mejilla y se fue. Carolina siempre es muy cariñosa conmigo, también es atenta, es la mejor amiga que pude haber pedido.

Fui a la cocina y me senté en una silla enfrente de la mesa de la cocina— prepararé jugo de naranja, si es que tienes ¿Tienes?— asentí— en el refri— le sonreí. Mientras ella cocinaba yo la miraba hacer las cosas — deja de mirarme— dijo mientras buscaba un plato— ¿Porque?— me rei un poco— me pone nerviosa que me vean hacer las cosas— me puse de pie y camine a ella— te pongo nerviosa yo querrás decir — ella rio— quisieras, Michelle— me dió un plato con comida— gracias— le di un beso en el cachete y me senté — Michelle cariñosa, deberia grabar esto— se sento a mi lado— porfavor, contigo siempre soy así— bebí un poco del jugo— lose, solo decía… Ahora, me tengo que ir— se puso de pie— no porfavor, quédate hoy, me siento un poco sola— la abracé de la cintura— Michelle, no hagas esto otra vez — ella  suspiro— solo hoy, porfavor, dile a tus compañeras de cuarto que te quedarás conmigo— hice un puchero— a ellas no les importa si me quedo contigo, juro que ellas vendrán por mi— peino mi cabello con sus dedos— diles que estaras con tu pareja— dije rápidamente— puede funcionar, pero no tengo pareja y yo les hago el desayuno a ellas y… sabes que, esta bien— se sentó— perfecto, te quiero— le di un beso en el cachete— deja de hacer eso— la mire confundida— ¿lo del beso?— asintio— un día de estos te comeré la boca Michelle, ya sabes cómo soy— volteó los ojos— okey señorita calenturienta, ahora vamos a ver una película— la tome de la mano y la lleve al sillon. El día fue ese, vimos películas juntas con palomitas y después nos fuimos a dormir, que día más productivo no?


































































Hola, no he llorado hace dos semanas, una de dos, me dará un bajón súper horrible o, ns, ya no hay más opciones

Hoy no hay besos🫵

el suéter ( Railo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora