El Stand De Los Besos - [Kookmin]

💋Capítulo 59💋

Jimin se encontraba guardando sus cosas en la habitación que compartió con Jungkook en la casa de la playa, sabía que Jungkook se iría al día siguiente. Pensaba en cómo en ocasiones habían despedidas que eran tan difíciles, que uno quería evitarlas. La forma en la que pensó en despedir a Jungkook, fue la misma en la que había pensado despedirse de la casa en la playa.

Paseaba por toda la casa, y no pudo evitar recordar cada cosa que hacía en ella, recuerdos de como se divertía en aquel lugar y compartía con su mejor amigo. De todas sus travesuras, lo mucho que lo consentían los señores Jeon. Aquella que para ellos era una joya, cuando simplemente era la manija de la puerta, las veces que se medían haber cuanto habían crecido. Todo eso y más inundó su mente, el como ambas familias pasaban tiempo juntos, cuando su madre aún se encontraba estable.

Recordó la vez que solo entre ellos celebraron su cumpleaños, su madre le dió un beso en la mejilla, él estaba feliz. Ver como compartía con Yugyeom y reían juntos.

Bajó la mirada y sin darse cuenta lágrimas recorrían sus mejillas. Camino a la salida de la casa y no pudo evitar no ver aquella fotografía, la enderezó ya que estaba un poco de lado. Recordó las palabras de Jungkook, pero decidió dejarla, no se imagino llevándola. Limpió las lágrimas que aún seguían saliendo. El sentía que si dejaba la foto, se quedaría allí colgada en el mismo lugar para siempre. En ese momento decidió enviarle a Jungkook.

"Oye, hay algo que necesito que hagas por mí." Fue lo que le envió. Suspiró contenido las muchas ganas que tenía de llorar, pero sentía que era correcto. Sin darse cuenta estaba llorando nuevamente.

Unos minutos después pasaron, Yugyeom estaba en casa, y traía una caja en sus manos. Camino a la cocina con aquello y la colocó sobre la isla de la cocina.

La abrió y lo primero que vió fue un pequeño sobre que decía "Para mamá" conocía esa letra. Giró el sobre y sacó la nota que tenía dentro y decidió empezar a leer.

"Espero que no te moleste que te diga mamá, pero es lo que siento por tí. Tú calidez orientación y bondad han sido de las mejores partes de mí vida. Te admiro mucho Yugyeom, eres un ejemplo a seguir para mí y para muchos otros. Eres un guerrero, gracias por luchar y estar siempre para mí. Por amarme tanto como lo haces en mis momentos más difíciles, disfruto de tus consejos, caricias, abrazos y besos. Eres un doncel increíble y estoy muy orgulloso de poder decir que en una buena parte soy tu hijo. Te agradezco por ser mi roca en los momentos de incertidumbre, por animarme, acompañarme y consolarme cada que lo necesito. Por estar para mí, cuando mamá partió de este mundo. Mamá, gracias por enseñarme a valorar las pequeñas cosas de la vida y a disfrutar cada momento. Eres una persona maravillosa y un padre ejemplar. Gracias por ahora ser mi guía en la vida y por ayudarme a encontrar mi camino. Eres mi héroe y mi modelo a seguir, gracias por todo lo que haces por mí. Nunca podría expresarte lo muy agradecido que estoy por eso, así que te envío un pequeño regalo y te lo envío con todo mi amor. Mi bonito Yugyeom."

♥︎ Jimin ♥︎
♥︎ Te amo ♥︎

Yugyeom sonrió muy emocionado, había cumplido con su mejor amiga, lágrimas salieron sin su consentimiento. Le había prometido a Jisoo que cuidaría de Jimin cuando esta ya no estuviera. Que Jimin le haya hecho tan precioso detalle y más aún, le haya dado tan significativo honor, solo le demostró que si lo había estado haciendo bien. Limpió sus lágrimas y sonrió. Miró hacia arriba y sonrió. Cerró sus ojos y más lágrimas salieron, eran de pura felicidad. Buscó en la caja y ahí estaba aquella fotografía de sus tres pequeños. Jungkook, Taehyung y Jimin.

Taehyung estaba guardando en su auto cajas que contenían algunas de sus cosas dentro de ellas, al terminar cerró el capot.

— Hola. No creíste que te dejaría ir sin despedirte. ¿O sí?.— habló Jimin acercándose a él.

— Iba a pasar a tú casa de salida.— Jimin rió.

—Oye, arreglaste tú luz.— la señaló.

— No yo...— la miró y sonrió.

— Sí.— se miraron.— Jungkook.— dijeron al unísono.

Taehyung le miró, ya tenía sus ojos rojos.

— Bueno, creo que ya llegó la hora. Se siente muy extraño irme sin tí.— una lágrima recorrió su mejilla.

La expresión de Jimin cambió a una triste, trataba de contener sus inmensas ganas de llorar, sacó de su bolsillo un papel.

— L-le añadí una nueva regla.— se la extendió.

Taehyung la tomó.

— Regla número 35...— sollozó.— Siempre llamar al amigo cada vez que se extrañen.— Jimin asintió.— Me encanta... gracias.— susurró lo último.

Ambos compartieron un abrazo, no se contuvieron y empezaron a desahogarse llorando todo lo que, en ese momento, necesitaban. Taehyung dejó un beso en sus cabellos.

— Te amo Minnie.

— Y yo a ti.— rió mientras lloraba.

Taehyung lo acompañó.

— Que oportuno.— dijo aún riendo.

Ambos se separaron y Jimin golpeó su hombro sin intenciones de lastimarlo.

— Oh, cállate. Estaba llorando.— ambos se miraron seriamente, luego empezaron a reír.

Taehyung ya se encontraba en su auto, Jimin estaba en medio de la calle mientras lo veía alejarse. Se despidió agitando su mano y más lágrimas salieron, sollozaba bajito. Taehyung tomó del asiento del copiloto aquella manija de la puerta que para ellos habría sido un diamante, esta tenía una cuerda atada. La colocó en el retrovisor y nuevamente sonrió.

— Señor Jeon. Me parece que encontrará los papeles para la venta de las propiedades en orden, solo necesitamos esta última firma para finalizar el trato.— Yugyeom asintió.

Estaba por firmar, pero recordó las palabras de Jimin, "Nunca podría expresarte lo muy agradecido que estoy por eso, así que, te envío un pequeño regalo y te lo envío con todo mi amor. Mi bonito Yugyeom."

— ¿Hay algún problema?... ¿Señor Jeon?.— preguntó otro hombre.

Yugyeom le miró.

— No, ningún problema. Sólo que, no vamos a vender la casa.

— Estaría dejando pasar millones.— mencionó otro.

— Todas esas viejas casas serán demolidas.— habló otro.

Yugyeom asintió.

— Está no caballeros.— se levantó.— Que tengan un buen día.— salió con la frente bien en alto por su decisión.

Después de ver la fotografía, fue a la casa en la playa, colgó aquella foto de ellos ya grandes, justo al lado de aquella de cuando estaban pequeños.