Max se despertó temprano, esta vez menos tenso al saber que Bradley ya no sería un obstáculo en los Juegos Extremos, aunque también ganarle a Bradley había sido su mayor motivación. Decidido a mantener su reputación y seguir mejorando, se dirigió al skatepark del campus para practicar antes de sus clases.
Mientras Max practicaba, en la fraternidad de los Gammas se encontraba Bradley lidiando con las consecuencias de su destitución de los Gammas. Ingresó de forma silenciosa hasta que en la sala común observó a sus antiguos compañeros riendo y hablando, claramente excluyéndolo. Su frustración crecía con cada segundo que pasaba, y sabía que tenía que hacer algo al respecto.
Decidido a recuperar su lugar, Bradley ingreso a la sala. Al entrar, se encontró con Tanque, ahora el líder del grupo, que estaba hablando con otros miembros. Bradley se acercó con determinación, sabiendo que esta conversación podría definir su futuro.
—Tanque, necesito hablar contigo —pronunció con un tono firme e incluso algo desinteresado, aunque en realidad se sentía demasiado necesitado.
Tanque levantó la vista, con una expresión de desdén en su rostro.
—¿Qué quieres, Bradley? Ya no eres parte de los Gammas.
—Hablemos en el pasillo. No quiero que esta manga de inútiles interfieran.
Tanque cruzó los brazos y siguió a Bradley hasta el pasillo.
—¿Y ahora qué tramas?
Bradley se acercó más, bajando la voz y hablando en un tono más personal, aunque a la vez demasiado fingido.
—Tanque... bebé, ¿acaso no recuerdas lo que teníamos? Recuerda cómo solíamos estar juntos, cómo solíamos apoyarnos. Éramos mejores solo nosotros dos sin esos idiotas. ¿Por qué acabar esto?
—Porque lo nuestro acabó hace mucho, Bradley. Por si tú cerebrito no lo recuerda —dijo, dándole pequeños golpes con su dedo en la cabeza del más bajo—, estuviste a punto de dejarme morir en los Juegos Extremos y si no fuera por ese novato, ahora estaría muerto.
—Pero Tanque, por favor... —Bradley ya hasta se sentía nauseabundo de andar rogando.
¿Por qué recién ahora el estúpido de Tanque se atrevía a usar las dos neuronas que aún le quedaban en el cerebro?
—No. Esto se acabó, Bradley. Demuestra que puedes cambiar por ti mismo, no por nosotros.
Con esas palabras, Tanque regresó a la sala común, dejando a Bradley de pie, sintiendo una mezcla de rechazo y furia por dejarlo como un perdedor. Tendría que encontrar otra manera de redimirse si quería su venganza contra Max.
...
Max continuaba su práctica en el skatepark. Después de unos trucos que llevaba practicando toda la mañana, se tomó un descanso y vio a una figura familiar acercándose. Para su sorpresa, era Roxanne, su antigua novia de la secundaria. Max se quedó sin palabras por un momento, ya que no tenía idea de que iban a la misma universidad.
—¡Hola, Max! —llega a saludarle con gran emoción— No sabía que te encontraría aquí tan temprano.
—¡Roxanne! ¿Qué haces aquí? No sabía que habías ingresado a esta universidad.
—Sí... me inscribí este semestre. No tuvimos mucho contacto, así que no tuve la oportunidad de contártelo.
—Es genial verte de nuevo. ¿Cómo has estado?
—Bien, gracias. Escuché sobre tu victoria en los Juegos Extremos. Te has vuelto muy popular aquí, ¿no? Hice algunas amigas y no dejan de hablar de ti. Habrá una fiesta este fin de semana, supongo que estás invitado.
—Sí, iré con PJ y Bobby. Este año pensamos tomarnos los Juegos Extremos con más calma y vivir un poco la vida universitaria. Además, creo que este año no habrá una verdadera competencia sin Bradley.
Como si fuera una clase de invocación, Bradley apareció en el skatepark, con su habitual actitud confiada. Max se levantó, preparado para otra confrontación.
—Veo que has encontrado a tu animadora personal, Max. No creas que eso te ayudará a mantenerte en la cima.
—No necesito animadoras para demostrar lo que puedo hacer. Al menos para mi suerte yo no estoy solo como otros.
—Solo vine a recordarte que no estás solo en esta pista. Disfruta de tu pequeña victoria mientras puedas.
Bradley agarró su patineta y se lanzó a la pista, realizando una serie de trucos para mostrar su habilidad. Max observó con atención, reconociendo la habilidad de Bradley pero sin dejarse intimidar. Después de todo, Bradley era de lo poco rescatable que había en los Gammas.
Mientras Bradley continuaba su presentación, Max tomó una decisión. No dejaría que Bradley lo humillara de esa forma. Se subió a su patineta y se lanzó a la pista, demostrando que estaba más que listo para estar a la altura de Bradley e incluso más alto.
El enfrentamiento en el skatepark atrajo la atención de más estudiantes, quienes se reunieron para ver a los dos rivales enfrentarse una vez más. La tensión era obvia mientras Max y Bradley realizaban trucos cada vez más complicados, tratando de superarse mutuamente.
Finalmente, después de una serie de movimientos espectaculares, ambos se detuvieron, respirando con dificultad y demasiado cerca del otro que incluso podía sentir la respiración del otro.
—No está mal, Max —dijo Bradley, tomándolo del hombro para alejarlo un poco—. Pero esto solo es el comienzo.
—Estoy listo para lo que venga, Bradley. Soy mejor que tú en todo aspecto.
—Eso solo lo crees tú, idiota.
—¿A quién llamas, idiota? ¿Acaso yo fui quién perdió el año pasado?
—¡Cállate! —Bradley lo agarra del cuello de su camiseta— ¡Tuviste suerte!
—Acepta que soy mejor que tú y que ni con trampa podrás superarme. No te pongas de chico malo, Brad, ya suficiente tienes con ser malo en la patineta.
Max se suelta del agarre de Bradley y se dirige hacia Roxanne para marcharse con ella con un aire triunfante. Con Bradley fuera del control y poder era mucho más fácil enfrentarlo, era tan fácil rebajar su orgullo.

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Inertia [Maxley]
FanfictionDespués de derrotar a los Gammas, Max vuelve a la universidad para cursar su segundo año, aún sumergido en el mundo del skateboarding, aunque también más interesado por la vida universitaria, los amigos, las fiestas y los amores. Por otro lado, Bra...