Inertia [Maxley]

10

—Aprobamos —dice Max mirando las calificaciones de los tres—. No son malas calificaciones y más de Booby son las mínimas para aprobar. ¿Cómo le hiciste?

—Un mago nunca revela sus secretos.

—En serio, ¿cómo le hiciste? Diste unos exámenes horribles.

—Se los dejo a su imaginación.

—Bueno, qué más dá. Un peso menos. Ahora sí podemos darnos un respiro de todo esto y volver a lo nuestro. ¿Planes para hoy?

—Tengo una cita con mi novia —responde PJ al instante.

—¡¿Nos abandonas por una chica?! —exclama Bobby ofendido.

—Estamos todo el día juntos, déjenme pasar tiempo con ella al menos un día.

—Bien, bien. Igual también tenía planes, pero no con una chica —dice Bobby.

—¿¡Es en serio!? ¿¡Soy el único que no tiene planes!?

—¿Por qué no sales con Roxanne o con tu mejor amigo?

—PJ saldrá con su novia. ¿No escuchaste?

—Tu otro mejor amigo.

—¿Tú?

—El que está atrás tuyo, tonto.

Max voltea y se encuentra con Bradley que parece muy concentrado como para notarlos.

—¡Hey, Brad! ¿Estás libre hoy? —le grita Bobby, pero simplemente Bradley lo ignora.

—Iré con Roxanne mejor.

...

Bradley odiaba las reuniones familiares. Odiaba ver a su padre, y peor aún, a su abuelo. Esos dos hombres siempre tenían algo por criticar sobre él. Su postura no era lo suficientemente ergida o no tenía el tono de voz correcto. Y sin duda siempre había algún comentario respecto a su físico, o peor aún, a su desempeño académico.

Sin embargo, si había alguno pregunta que siempre le incomodaba es que preguntaran sobre su novia. Tenía veinte años y nunca les había presentado a ninguna de sus parejas, por lo que su padre especialmente empezaba a sospechar.

Bradley se dirige al café ignorando a Max y los idiotas de sus amigos. Lo último que quería hacer era verlos.

Llega al café y se sienta en una mesa solo. Quiere verse tranquilo, pero por dentro es un manojo de nervios.

—Es una sorpresa tenerte aquí devuelta —escucha la suave voz de la chica capuchino.

—Te escribí un mensaje.

—Sí lo leí.

—¿Y?

—Tengo novio, Bradley.

—Solo serán unas horas.

—Tengo una cita hoy.

—Inventa una excusa.

—Solo no lleves a nadie y ya.

—Mi padre está sospechando y mi abuelo seguro comenzará a hacerlo si es que no les presento a nadie. No puedo presentarles una chica cualquiera.

—¿Y qué tengo yo de especial?

—Eres diferente y no tienes la cabeza hueca.