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—¿Qué te pasó, amigo? —pregunta Bobby burlón al ver a Max con la mejilla roja.

—El estúpido de Bradley, eso es lo que pasa. Ya no va a participar en los Juegos Extremos ni nos ayudará con los exámenes por una estupidez suya.

—Olvídalo, Max. Él solo quiere arruinarte la vida porque su vida ya está muy arruinada.

—Tienes razón. Todo empezó a salir mal desde que me acerqué a él.

PJ se mostraba muy callado, aunque siempre quería estar del lado de sus amigos para sentirse parte de ellos, a veces sentía que no estaban del todo en lo correcto.

Así que pasaron el resto de la noche los tres juntos bebiendo y tratando de disfrutar un poco antes de afrontar los verdaderos problemas.

Por otro lado, Bradley se había escabullirse hasta la habitación de Tanque. El corazón le latía a mil por hora, no dejaba de llorar ni un segundo y odiaba saber que no tan lejos de él estaba Max disfrutando sin pagar el mal que había hecho.

Se sentía tan asqueado de sí mismo, por haber creído que Max podría sentir amor por él.

Alguien abre la puerta e intenta limpiar sus lágrimas y acomodar su ropa hasta que nota que solo es aquella pelirroja que no soltaba a Max ni un minuto.

—Oh, lo siento, pensé que este era el baño —musita la chica—. ¿Estás bien?

—No es de tu incumbencia.

Roxanne está a punto de marcharse, pero decide entrar de todas formas. No tenía nada en contra de Bradley, ya que Max ahora era el verdadero problema.

—¿Quieres hablar? —la pelirroja se sienta en la cama a un lado de Bradley— ¿Fue Max?

—¿Tan obvio es?

—Él no era así... La fama de ganar los Juegos Extremos se le ha subido a la cabeza y cree que todos mueren por él, lo que no es muy lejano, pero... su manera de comportarse es digna de un idiota. Cree que puede andar por ahí jugando con los sentimientos de las personas sin sufrir las consecuencias. Se cree la gran cosa por hacer sus tontos trucos en patineta cuando la verdad es que a nadie le importa.

—Eso último me dolió —Bradley ríe sarcástico—. De todas formas, tienes razón.

—¿Te cuento un secreto? Max ha estado rogando a mis amigas para hablar conmigo, obviamente lo he ignorado y te aconsejo que hagas lo mismo si es que te busca. No le dejes las cosas fáciles.

—Dudo que venga a rogarme. Solo quería experimentar conmigo. Fui un estúpido —Bradley se cubre el rostro con sus manos—. Tengo ganas de golpearlo de nuevo.

—La violencia nunca es la solución. El karma le va a llegar, ya verás. Lamento que me tenga que ir, pero de verdad necesito ir al baño.

—Es la puerta de al lado.

—Gracias.

Roxanne le da un beso en la mejilla y lo deja nuevamente solo en la habitación.

No tiene ni idea de porqué aceptó en ir a la fiesta. No se lleva bien con nadie y lo único bueno es tener un poco de alcohol en su cuerpo. Sale de la casa de la fraternidad como puede, esquivando personas y empujando a otras. Tuvo la suerte de no cruzarse con Max, porque no podría verlo sin tirarle una cachetada nuevamente.

Regresa a su habitación y se siente más tranquilo. Tiene un mensaje de Tanque que ignora por completo, dos llamadas perdidas de su padre de hace unas horas que probablemente le cuesten la vida cuando lo vuelva a ver, aunque lo que más le sorprende es una llamada entrante de Max.

Habían pasado ya dos horas desde que se había ido de la fiesta. Eran casi las dos de la mañana y si no había logrado conciliar el sueño era únicamente porque su mente lo torturaba.

Deja sonar su teléfono hasta que se calla, pero nuevamente Max lo vuelve a llamar. ¿Y ahora qué quería? ¿No había tenido suficiente ya?

A la tercera llamada recién contesta, mas no se atreve a hablarle y solo escucha su voz.

—¿Brad? ¿Dónde estás? Quiero hablar contigo y no te encuentro por ningún lado. Tanque me dijo que estabas en tu habitación, pero tampoco estás aquí. ¿Te fuiste? ¿Brad? ¿Bradley?

¿Por qué lo llamaba? ¿Qué quería de él? Porque no lo dejaba en paz.

—¿Me escuchas? ¿La música está muy fuerte? Voy a intentar salir porque no puedo oírte.

—¿Qué quieres?

—Hablar, solo hablar. ¿Dónde estás?

—¿De qué quieres hablar?

—No sé cómo decirlo sin que parezca un idiota.

—Solo habla o voy a colgar.

—Me molestó que te besaras con Tanque.

Bradley no puede evitar reírse, sabía que Max era un idiota, mas nunca creyó que tanto.

—No te rías. Sé que dije que lo nuestro era solo por disfrutar de buen sexo, pero creo que siento algo por ti.

—¿Crees?

—Nunca me he sentido atraído hacia un hombre. Eres el primero y el único que me llama la atención.

—¿Por qué?

—No sé. Eres muy inteligente, lindo de cierta forma, tienes un carácter fuerte y puedes llegar a ser tierno.

—Me parece que te equivocas de persona.

—Estoy seguro que no lo hago. Eres tierno aunque no te guste mostrarlo. Sé que eres muy sensible por más que lo ocultes. Tienes un gran corazón, Bradley.

Nuevamente se queda callado. No se va a dejar endulzar solo por palabras bonitas.

—Y tú no eres más que un idiota que juega con los sentimientos de todos. Así que lo nuestro no puede funcionar. Adiós.

—¡Espera! ¡Bradley, escúchame, por favor! Soy un imbécil, lo sé, pero dame una oportunidad.

—No.

—Por favor.

—No, Max. Déjame en paz.

—¿Estás en tu habitación? Voy para allá.

—No vengas, porque no pienso abrirte.

—Sé que lo harás.

—Adiós, Max. Ve a joder a alguien más.

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⏰ Última actualización: Aug 16 ⏰

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Inertia [Maxley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora