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Después de la larga primera semana de clases, por fin llegaba el fin de semana y eso conllevaba a la fiesta a la que habían sido invitados por sus admiradoras.

Los tres se estaban arreglando para la fiesta, aunque Bobby no parecía tomárselo en serio como los otros dos, ya que se ponía la ropa más extraña que tuviera solo para hacer reír a sus amigos.

—Y este es para conquistar a las nenas —decía, mientras modelaba en ropa interior y usaba sus pantalones como bufanda.

—Tal vez deberías ir a la fiesta vestido así. Llamarás la atención de todas las chicas —se burló Max.

—Y no exactamente por algo bueno —PJ trata de reprimir su risa.

Luego de estar un buen rato terminando de arreglarse fueron a la fiesta que quedaba en la sala común de una de las sororidades, donde la fiesta parecía haber comenzado hace mucho, ya que estaba casi en su clímax.

—¡¡Max!! —escuchó la voz de alguien llamarle.

Entre la multitud apareció Roxanne, que parecía haber tomado un poco, ya que no actuaba de forma tan tímida como de costumbre.

—Roxanne, es bueno verte de nuevo.

—Gracias. Mis compañeras de cuarto son las que organizaron la fiesta, así que tuve que venir sin opción de negarme.

Roxanne se llevó a Max a otro rincón de la sala, dejando a sus dos amigos solos.

—Creo que ahora solo somos tú y yo. PJ. ¿PJ? —Bobby voltea hacia todos lados buscando a su amigo, hasta que lo encuentra con la chica capuchino—. Bueno, creo que quedo solo yo.

En otra parte de la fiesta había un furioso y deprimido Bradley observando a sus excompañeros de equipo y fraternidad. Los veía desde lejos, mientras clavaba la lata con sus uñas sin medir su fuerza hasta que la lata explotó y roció su contenido en toda su cara y parte de su ropa.

—¡¡Y ustedes qué miran, malditos imbéciles!! —les grita a unos tipos que se estaban burlando en su cara.

Intenta secarse con lo que puede, mientras se dirige al baño donde se saca su suéter y se lava el rostro con brusquedad.

Por el reflejo del espejo logra ver a Max saliendo de uno de los cubículos mientras silba de forma casual hasta que su mirada conecta con la de Bradley.

—¿Tienes poderes o cómo es que te teletransportas a todos los lugares a los que voy? —cuestiona Bradley entredientes.

—Serás tú el que me sigue, porque yo llegué aquí primero. Vamos, Brad, que no te avergüence decir que no puedes vivir lejos de mí.

—Eres un insoportable —Bradley trata de no hacer contacto visual y simplemente cuelga su suéter sobre su hombro—. ¿Por qué no vas a molestar a los inútiles de tus amigos?

—Justo eso iba a hacer, pero me encontré contigo —Max se encogió de hombros y salió de los baños sin decir mucha cosa.

Bradley salió de los baños sin saber si quedarse o irse. No tenía amigos ni compañía como para pasar el rato, pero en su habitación tampoco. Al menos en la fiesta podría tomar hasta olvidarse que se había convertido en un fracasado.

Se quedó en una esquina tomando de su vaso y luego de otro y otro, a la vez que observaba a todos en la fiesta divertirse con sus amigos. Hasta que su vista cae en Max, que además de estar con la misma pelirroja de la otra vez, tiene a varias chicas a su alrededor. Le llega un sentimiento de envidia y odio, o al menos eso cree, ya que antes él era quien estaba rodeado de chicas, aunque eso nunca le había interesado, pero le gustaba sentirse alguien importante, cosa que ya no era.

—Tratando de olvidar a tu ex —escucha una voz a su costado de alguien que parecía estar drogado, pero cuando mira de reojo se da cuenta que solo es Bobby.

—¿Y a ti qué te importa?

—Estás mirando demasiado a Max.

—¿Por qué no vas con él y me dejas en paz, cabeza de cheeto?

—Está teniendo su momento de gloria, hay que dejar que el niño disfrute.

—Pues ve a otro lado. Quiero estar solo.

—Bien, pero deja de mirarlo tanto, parece que te gusta.

—¿¡¿Qué mierda estás diciendo ahora?!?

—Hey, tampoco es para que te enojes. Solo mencionaba lo que parecía.

—Muévete a un lado —Bradley lo empuja para pasar entre la gente y llegar hasta Max y su club de admiradoras.

A ese punto el alcohol ya había comenzado a hacerle efecto y empezaba a actuar de forma incoherente.

—Mira quién tenemos aquí. El campeón y sus admiradoras. ¿Disfrutando de la fiesta, Max?

—Bradley, no estoy de humor para tus juegos. Solo estamos hablando.

—Bradley, no es necesario hacer una escena. Solo estamos pasando un buen rato.

—¿Pasando un buen rato poniendo tus piernitas encima de las suyas? ¿Y qué tal tú, Max? ¿Disfrutando de tu nueva vida de estrella?

Max suspiró, sintiendo la tensión aumentar. Bradley claramente estaba borracho y no quería empeorar las cosas.

—Bradley, has tomado demasiado. Ve a tu habitación y deja de molestar a todos.

—¡A mí nadie me dice qué hacer y mucho menos un novato como tú!

—¿Por qué no vas con tus amigos? Oh, espera, no tienes —Max sonríe con malicia al ver la mirada de odio que le lanza Bradley.

Este último parece estar a punto de lanzarse encima, pero de repente, empezó a sentirse mal. Se agarró el estómago y corrió tambaleándose hacia el baño. Max, viendo lo mal que estaba, dudó en si seguirlo para asegurarse de que estuviera bien.

—Mierda, cuánto habrá tomado ese hombre.

—Creo que deberías ir a verlo —le susurra Roxanne.

—Estará bien.

—No creo que pueda regresar solo a su habitación en ese estado.

Max suspiró profundamente y siguió a Bradley hasta el baño, encontrándolo arrodillado y vomitando dentro de uno de los cubículos. Se agachó a su lado, tratando de acomodar sus cabellos para que no le molesten.

Bradley se queda un buen rato mirando el inodoro luego de haberlo botado todo. La cabeza le da tantas vueltas que no puede pensar con claridad.

—Ven, te voy a llevar a tu habitación.

—Puedo ir solo.

—Genial. Mejor para mí.

Max está por salir de los baños cuando ve a Bradley tambalearse y chocarse con absolutamente todo.

—Voy a odiarme después por esto —se dice a sí mismo—. Ven para acá, apenas te puedes mantener de pie y crees poder llegar a tu habitación.

Max lo toma de los hombros y lo lleva hasta el exterior de la fiesta.

—¿Dónde es tu habitación?

—En mi casa.

—Tu habitación de la universidad, Brad.

—Creo que... —Bradley se queda con las palabras colgadas, tratando de recordar dónde quedaba su habitación.

—Debí dejarte en los baños. Espero que no me odies más mañana, pero te llevaré a mi habitación.

Max hizo su mayor esfuerzo para que Bradley no se cayera. Sinceramente le gustaba que al menos esa versión de él no fuera tan molesta y que fuera mucho más callado de lo normal, aunque no podría soportar cuidarlo todo el tiempo.

Llega a su habitación hecha todo un desastre como siempre y lo deja caer sobre su cama.

—Voy a regresar a la fiesta. Si quieres usar el baño está en esta puerta, ¿ya? ¿Bradley? Ah, ya te dormiste.

Inertia [Maxley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora