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—¡¡Maldito y estúpido Max!! ¿¡Cómo se atreve a...!? ¿¡Cómo es que él...!? ¡¡Agh!! ¿¡Por qué!? ¿¡Qué pasa por su estúpida cabeza de simio!?

Bradley se lava el rostro con agua y se seca con brusquedad. Se mira nuevamente al espejo y tira de sus cabellos sin terminar de entender lo que acaba de pasar.

—¡Teniendo tantas chicas, ¿¡por qué tenía que besarme!?! Es un estúpido...

Se tira sobre su cama boca abajo.

—Aunque... no besa mal. ¡Fue un beso corto, Bradley, es imposible besar mal así! Pero no se sintió asqueroso... ¡¡Lo odias!! No es lindo, pero tiene un algo... ¡¡Estoy pensando demasiado!!

Bradley se golpea la cabeza contra la almohada una y otra vez.

—Ojalá no verlo jamás a ese idiota.

Sin embargo, al día siguiente tenía varias llamadas perdidas y algunos mensajes de Max preguntando dónde estaba. Había olvidado completamente que tenía que ayudarles a estudiar para los exámenes.

—Dios, ya me cansé de ser tu mejor guerrero. Si me quieres tanto me matarías en este instante para no ver a ese sinvergüenza.

Corre lo más rápido que puede a la biblioteca a pesar de que ya es casi medio hora tarde de la hora establecida. Intenta controlar su respiración antes de llegar a la mesa donde por sorpresa solo está Max.

—Perdón por la tardanza, me surgió un problema. ¿Dónde está el resto?

—Bobby dijo que unas chicas lo invitaron a un bar y PJ dijo que tenía algo pendiente con su novia, así que estoy solo yo.

—Entonces si los vagos de tus amigos reprueban este examen es su culpa.

—Sí. Acabemos rápido. He quedado en visitar a Roxanne después de estudiar.

—Por culpa de las mujeres van a reprobar tus amigos y vas por el mismo camino. Debes dejar de pensar en celos y temas todo el tiempo.

—¿Y en qué quieres que piense, en tu culo todo el tiempo? —pronuncia con un tono burlesco.

Bradley vuelve sus manos en puños y golpea la mesa con fuerza.

—Deja de molestarme, novato. Tengo más fuerza de la que aparento y no voy a dudar en partirte la cara si te sigues comportando así.

—Sigue hablando —Max se muerde el labio inferior.

Bradley le propicia una cachetada sin pensar y Max lo ve ofendido.

—¿Y a ti qué te pasa?

Max se levanta de su asiento y empuja a Bradley haciendo que choque contra uno de los libreros. Max lo toma del cuello de la camisa con fuerza. Bradley podrá ser más alto, pero en ese momento Max se veía demasiado intimidante. Sus caras estaban demasiado cerca de las del otro que incluso podían sentir su respiración.

Bradley solo se repetía a sí mismo una y otra vez "Bradley, por favor, no te sonrojes".

—¡Maxie! —bajo Dios y dijo— ¡Qué bueno verte de nuevo por aquí!

Max lo suelta de su agarre y se da vuelta para ver a su padre.

—Papá —dice con esa voz nerviosa de niño atrapado haciendo una travesura—, ¿qué haces aquí?

—Trabajo aquí. ¿Lo olvidaste?

—No... claro que no. Uhm... tengo que seguir estudiando. Adiós, papá.

Max regresa a su sitio y abre su libro en una página cualquiera para que su padre crea que está estudiando y lo deje en paz.

—El perro deja de morder cuando el dueño llama —murmura Bradley, sentándose frente a él.

—Cállate.

—Eres patético, Goof.

—Dice el que casi se orina en los pantalones cuando lo acorralé en el librero.

"No creo que eso fuera exactamente orina", pensó Bradley y rápidamente se pellizca a sí mismo por andar pensando en esas cosas.

—Bien. Acabemos con esto rápido o no la pondrás hoy.

—Roxanne es solo una amiga.

—Por suerte, porque es demasiado linda para ti.

—¿Y tú qué? A ti ni te gustan las mujeres.

—Que no me gusten no significa que no pueda admitir que una mujer es linda. ¿De qué es tu examen?

—Estadística Aplicada.

—Bien, es fácil. Acabaremos rápido.

—¿Siempre acabas rápido?

Bradley ignora la pregunta y simplemente le empieza a explicar los temas. Si seguían discutiendo no llegarían a ningún lado.

...

—¿¡Qué hiciste qué!? —exclama Roxanne.

—Es divertido molestarlo. Debiste ver su cara cuando lo besé y después se puso a gritar mientras salía del café. Fue épico.

—Pobrecito.

—¿Por qué?

—¿Qué harías si una chica te besara de la nada?

—¿Celebrar tal vez?

—Oh, por Dios. Debías ser hombre... —Roxanne se lleva una mano a la cabeza— ¿Al menos te disculpaste con él?

—Fue solo un juego. Además, seguro le gustó. A él le gustan esas cosas.

—¿Que los besen de la nada?

—No, los hombres. ¿Sabías que Bradley salía con Tanque?

—No y no creo que debamos hablar de eso. No es algo que nos compete. Max, tal vez no lo entiendes del todo, pero vivimos en una sociedad que tal vez no está acostumbrada a las personas como Bradley y tal vez a él no le guste que hablen sobre sus relaciones de forma tan abierta.

—¿Y qué, ahora lo debo tratar bien solo porque le gustan los hombres?

—Lo que digo es que no deberías contarle a todo el mundo sobre relaciones que no son tuyas y muchos menos si son como las de Bradley.

—Bien, bien, bien. No más molestar a Bradley. ¿Feliz?

—Supongo que sí.

...

No puede dejar de pensar en ese beso. Tal vez para Max había sido solo un juego de niños, una manera de provocarlo y no le estaba dando tantas vueltas como él.

¿Cómo se supone que podía dejar de pensar en eso?

Sus dedos acarician sus labios intentando recordar los labios de Max sobre los suyos. Cierra sus ojos, imaginando que sus manos son las de Max. Baja su mano por su barbilla, por su cuello donde hace unas horas lo había tomado Max. Su imaginación le estaba haciendo tanto mal. ¿Cómo se explicaba a sí mismo que estaba fantaseando con Max tocándolo?





Inertia [Maxley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora