Capítulo 29

10.8K 454 109
                                        

Logan

Las últimas dos semanas han sido como cargar un elefante en la espalda. Antes de saltar a mi debut, tengo que sobrevivir a un entrenamiento brutal por un año: cinco horas diarias de sudor y ampollas, alternando entre el amanecer y el atardecer, más los días de tortura en el gimnasio.

Mi dieta también ha cambiado un montón. Se acabaron las piruletas de fresa robadas de la alacena y las pizzas bañadas en queso. Ahora, en nuestras citas, me toca contemplar cómo Delle aniquila una pizza familiar mientras yo mastico hojas verdes.

Pero bueno, es el precio del triunfo, diez años de ensaladas me esperan. Aunque, siendo sincero, no es tan malo. Después de todo, voy a ser parte del un equipo tan grande, sigo sin creer que mi sueño está volviéndose realidad. Mientras tanto, una pasta carbonara me seduce desde el plato de enfrente. Delle la enrolla en su tenedor con una sonrisa triunfal y yo, con mi limonada dietética, intento tragarme el pollo sin parecer un crio castigado.

—Amor, si sigues con esa cara, van a pensar que te secuestré —bromea Delle, escaneando el restaurante.

Quito mi cara de crio castigado y sonrío ampliamente mientras mastico con alegría el puñetero pollo a la plancha. Eso hace reír a mi novia. 

—¿Cómo va ese entrenamiento de superhéroe? —pregunta con una sonrisa mientras juega con las aceitunas de su plato.

Suelto un suspiro dramático, dejando caer los cubiertos con un clink metálico.

—A veces bien, a veces mal. Es como si cada músculo gritara por misericordia. Pero, hey, no todos pueden decir que entrenan para jugar en el Real Madrid —me encojo de hombros.

Ella pone los ojos en blanco, divertida.

—Te encanta admitir eso.

—Lo hace. Ah, y hablando de entrenamientos, mi nuevo entrenador es una especie de Rambo. Si ve que levanto menos de cien kilos, me mira como si fuera a lanzarme una granada.

Delle suelta una carcajada, casi atragantándose con su bebida.

—¿En serio? ¿Tan duro es?

—Oh, sí. El otro día me dijo: 'Castel, o corres más rápido o te hago correr hasta que te crezcan alas'. Y lo peor es que no sé si bromea o no —suelto y luego suspiro—. Pero la verdad es que cada día es un reto —confieso, jugueteando con la servilleta.

—Pero también estás construyendo algo, recuérdalo. Cada gota de sudor es un paso más hacia tu sueño.

Sonrío, agradecido por su apoyo. Adoro esa parte de Delle.

—Sí, eso es cierto.

—Y cuando estés en el campo, brillando bajo esas luces, sabrás que cada segundo de esfuerzo valió la pena —dice ella con una seguridad que me infla el pecho.

—Gracias, preciosa. Sé que siempre puedo confiar en ti —menciono, tomando su mano por encima de la mesa, y ella se ruboriza.

Tras un momento de silencio cómplice, cambio.

—Pero basta de mi entrenamiento. Cuéntame, ¿Cómo va la edición de tu cortometraje?

Delle se anima, su entusiasmo es contagioso.

—De maravilla. ¡Ah, Logan! Estoy experimentando con unos ángulos de cámara nuevos que van a darle un toque único —me comenta super emocionada.

La observo con una mezcla de admiración y asombro. Ella... realmente es increíble. Cada día me sorprende más. Su talento, su pasión, su habilidad para ver belleza donde otros no ven nada. Es como si tuviera un superpoder para transformar lo ordinario en extraordinario. Y lo mejor de todo es que cree en mí tanto como yo creo en ella. Nunca me había sentido así con alguien.

Querida DelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora