Querida Delle

Capítulo 33

Logan

Mi mente está en blanco, casi como si mi cuerpo se moviera por inercia. El aire es espeso, y siento cómo cada segundo se alarga, estirándose en el tiempo, demasiado real, demasiado intenso. Delle sale corriendo. La veo. Está temblando, su cabello cayendo sobre su rostro, desordenado por la prisa, por el caos. Quiero llamarla, pero no lo hago.

Mi cuerpo no responde.

Estoy en shock, congelado, como si hubiera olvidado cómo respirar. Los latidos de mi corazón retumban en mis oídos, sordos. La imagen en la pantalla... joder, me golpean como una ola.

¿Qué demonios acabo de ver?

Intento procesarlo, pero todo se siente irreal. Las voces, las miradas de las personas alrededor, la brutalidad de los comentarios... no puedo quitarme el nudo en el estómago.

El murmullo entre la gente me saca de ese estado de bloqueo en el que estaba. Miro alrededor, viendo las caras de mi familia volverse hacia mí, llenas de sorpresa y desconcierto. Pero Delle... ya no está.

—¿¡Era ella!? ¡Qué vergüenza! —escucho a mi tía murmurar, incrédula.

—¿¡Y el otro tipo!? ¿Quién era? ¿Engañó a Logan? —alguien más pregunta.

Las preguntas rebotan en mi cabeza, y por un segundo, la incredulidad me deja inmóvil. ¿Cuándo pasó esto? ¿Cómo no supe nada? Mierda. Todo esto está mal. Las imágenes, el video, la maldita proyección frente a todo el mundo... No tiene sentido.

El desconcierto me golpea de lleno. Me siento en blanco, tratando de unir las piezas. ¿Cómo es posible que algo así saliera a la luz? ¿Quién querría hacerle esto a Delle? Es una pesadilla hecha realidad. ¿Qué cojones?

—¡Logan! —me llaman, pero ignoro las voces. Mi mente ya está en otra parte.

Sin pensarlo más, me giro y corro. Mis piernas se mueven antes de que mi cerebro pueda procesar lo que estoy haciendo. Tengo que encontrarla.

Pero no soy lo suficientemente rápido. Lo último que veo es la limusina negra de Mickey, alejándose del lugar, llevándose a Delle con él. Me detengo en seco, jadeando, viendo cómo se aleja.

Quedo de pie en mitad del camino, mirando la calle vacía por la que acaba de desaparecer. El pulso retumba en mis oídos, mi pecho subiendo y bajando al ritmo acelerado de mi respiración. Estoy en shock. Completamente inmóvil.

Mis pensamientos giran en un torbellino. Las imágenes del video, las preguntas, el sonido de la limusina alejándose con Delle... todo sigue repitiéndose en mi cabeza. No puedo pensar con claridad. Todo es un maldito caos.

Entonces, escucho una voz tras de mí.

—Te lo advertí, Logan. —Es la voz grave y fría de mi padre.

No me jodas que está aquí.

Me doy la vuelta lentamente, sintiendo el peso de sus palabras. Está parado en la entrada principal, observándome con una expresión que mezcla el desprecio con la satisfacción de tener razón.

Siempre me dijo que Delle no le gustaba. Que no era la mujer adecuada para mí. Pero esto... esto no puede ser solo una coincidencia.

—¿Qué carajos quieres decir con "te lo advertí"? —mi voz sale cortante, con una furia controlada. No tengo tiempo para su maldita superioridad ahora.

Él da un paso adelante, sus manos metidas en los bolsillos de su traje como si estuviera totalmente en control de la situación. Me mira como si fuera un niño al que está regañando por haber roto un juguete.