Capítulo 34

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Logan

Han pasado dos semanas desde que Delle desapareció de mi vida. 

Dos semanas en las que el silencio ha gritado más fuerte que nunca. La escuela se ha convertido en un infierno. Cada rincón está lleno de murmullos y risitas que se detienen al verme pasar. Todos parecen tener una opinión sobre lo que sucedió, y no tienen vergüenza en compartirla. Escucho sus comentarios a mis espaldas, insinuaciones crueles sobre Delle y lo que hizo. Estoy harto.

Para desahogarme, paso cada rato libre en el gimnasio o entrenando hasta el cansancio.

Delle, mientras tanto, ha perdido un montón: tareas, clases, oportunidades. Todos los días me siento impotente viéndola cargar con las consecuencias de lo que esas chicas le hicieron. Incluso sus profesores han comenzado a reprobarla, como si ignoraran que hay una persona real detrás de esos rumores y esas mentiras. Me duele pensar en ella, en cómo tiene que enfrentarse sola a ese juicio despiadado.

Blair ha intentado contactarla también, pero sus esfuerzos han sido en vano. A pesar de ser compañeras de clase y amigas, no han logrado acercarse a ella. Cada día que pasa me siento más desesperado. He intentado contactarla por todos los medios, pero nada. Se siente de la mierda. 

Finalmente, después de varias noches sin dormir, decidí escribirle una carta. Lo sé, suena raro y algo estúpido, pero ya no sé a qué malditas medidas recurrir. 

Pensé que era un gesto pasado de moda, pero es la única forma que se me ocurre para expresar lo que siento. Me recuerda a esos tiempos en los que no tenías contacto directo con la chica que te gustaba y tenías que recurrir a cartitas. La primera carta es sencilla, pero es liberador poner mis pensamientos en palabras. La segunda, más cargada de emociones, revela cuánto la extraño. La tercera es casi una súplica, rogándole que regrese. Y la cuarta, llena de frustración y tristeza, me confronta con lo lejos que hemos llegado y cuánto duele su ausencia.

Y ahora, aquí estoy, con la quinta carta, sintiendo que es la última oportunidad para abrir mi corazón. Me siento como el maldito Shakespeare. 

Querida Delle,

Aquí estoy, frente a la vista de nuestro piso, donde cada detalle me recuerda a ti. El Lago de Como se despliega ante mí, vasto y sereno, como el amor que siento, lleno de promesas y sueños por cumplir. Las flores en las calles parecen bailar con el viento, y no puedo evitar sonreír al pensar en tu risa. El mar, con sus olas que juegan en la orilla, me trae recuerdos de nuestras aventuras, de esos momentos.

Y las películas, cada comedia romántica que vemos, es un reflejo de nuestra propia historia, única y perfectamente imperfecta.

Cada día aquí, es un día que imagino compartir contigo, descubriendo juntos cada rincón y creando recuerdos que serán solo nuestros. Y aunque me encanta este lugar, no es lo mismo sin ti.

Te extraño, Delle. Espero puedas escribirme pronto.

Con amor eterno,

Logan.

Finalmente, después de tantas noches sin dormir, me decido a buscarla. Un último intento, la última oportunidad. Pero esta vez lo haré de otra forma. Una forma en la que no me rechacen. Tal vez. 

La idea me sorprende, pero no tengo otra opción. Respiro hondo y, antes de que tenga tiempo de arrepentirme, empiezo a trepar el árbol que da a su ventana. Sí, como el idiota de Romeo, pero esta vez el protagonista tiene más sentido. Cada rama parece burlarse de mí mientras lucho por no caer.

Querida, DelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora