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JACAERYS VELARYON

Un suspiro de frustración salió de tus labios mientras intentabas liberarte de las garras de Jacaerys, solo para que el príncipe presionara tu cuerpo aún más cerca del suyo para que no pudieras levantarte de la cama. Te volviste para exigirle a tu amante que te dejara ir, pero permaneciste en silencio, mirando el rostro de Jace. A pesar de que tenía los ojos cerrados, estabas seguro, por la sonrisa perezosa de su rostro, de que estaba despierto. Se veía hermoso. Siempre se veía hermoso, pero estos momentos solo te pertenecían a ti. Querías despertarte todos los días a su lado, pero no podías. Tu deber era con la princesa Rhaenyra, no puedes permitirte distraerte. Además, si se enteraba de que tenías una relación secreta con su amado hijo, te echaría y tu familia se sentiría muy decepcionada de ti por haber desperdiciado la oportunidad que te dio la princesa de elegirte como una de sus doncellas. No solo eso, sino que tu reputación se arruinaría, si se difundieran rumores de que ya no posees tu virtud, entonces sería imposible para ti conseguir un marido. Eres un tonto por continuar con este romance, algún día Jace se casará con una chica de una casa aún más importante que la tuya y tendrás que sentarte en silencio a verlo todo. No hay un final feliz para esto.

"Mi príncipe, tengo que irme", dijiste, esperando que dejara de hacerse el tonto y te dejara ir.

-No -se quejó, alargando la "o". Tu lugar está a mi lado" acercó su rostro para besarte pero te moviste, volvió a intentarlo pero lo evitaste de nuevo -¿Qué pasa?- preguntó, soltándote para que pudiera sentarse bien en la cama.

Es tarde, debería irme. En cualquier momento tu madre se despertará, tengo deberes que cumplir", respondiste sin mirarlo mientras te levantabas. Ni siquiera tuviste la oportunidad de buscar tus zapatos cuando te tiró del brazo haciéndote regresar a la cama. Te da la vuelta para que ambos se miren uno al otro.

"¿Qué pasa?", volvió a preguntar el príncipe. -Hábleme, por favor, mi señora -le pidió, mirándola con preocupación mientras tomaba suavemente su rostro entre sus manos.

-Creo que deberíamos dejar de vernos, mi príncipe. La incertidumbre en tu voz era clara, pero aún así, tus palabras fueron una daga para Jacaerys.

-¿Por qué? Te dolía el corazón al escuchar la confusión y la angustia en su voz. ". No entiendo, ayer estuvimos bien"

"Sí, lo estábamos. Pero no siempre lo seremos. Algún día tendrás que casarte y me dejarás. "Creo que lo más fácil para mi corazón es que terminemos lo nuestro ahora", dijiste, cerrando los ojos sin poder ver más la tristeza en sus ojos. Si seguías viéndolo, tenías miedo de retractarte de tu decisión.

Tu corazón dio un vuelco cuando dejaste de sentir las manos de Jacaerys. Te quedaste helado mientras lo escuchabas levantarse de la cama y vestirse. Deberías aprovechar la oportunidad para irte, probablemente es lo que él quería pero no podías moverte. Realmente habías terminado todo.

Abriste los ojos al sentir las manos del príncipe en tu cabello. Tu corazón se aceleró mientras desenredaba cuidadosamente los nudos. Una vez que terminó, te besó el hombro. "Termina de prepararte para que podamos ir a hablar con mi madre".

"¿Nosotros?", repitiste.

"Sí. No tengo intención de casarme con nadie más que contigo -dijo Jacaerys con calma, como si sus palabras no fueran a cambiar todo tu mundo-.

"Jacaerys, casarse conmigo es un movimiento estúpido, mi casa no es tan importante, y los señores" tu charla fue interrumpida por los labios del príncipe capturando los tuyos. Deberías ser más firme y alejarte, pero no puedes, así que te entregas a disfrutar del sabor de los labios de tu amante, sintiéndote más amado que nunca.

―Te amo y si mi madre quiere que yo sea su heredero, tendrá que aceptarlo ―declaró Jace y no había lugar para discusiones en su voz―. "Eres la única esposa que tengo la intención de tomar", prometió antes de besarte de nuevo.