~Capítulo 20~

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Pov Narradora

Sus finos dedos tomaron con rapidéz el móvil que se encontraba sobre la mesa. Iba llegando tarde, tanto que ni le dió tiempo de comer y eso era algo que por nada le podía faltar, pero ya en la U.A comería algo.  

Al llegar no fue recibido por la cálida luz que lo abrazaba todos los días, Mirio, pues él ahora se encontraba fuera de la academia gracias a la Liga de Villanos; se creería que en su gran y tímido corazón no había espacio para el odio, pero ellos se lo habían ganado completamente, le habían robado el sueño a su mejor amigo y eso era algo que no podría perdonar, se había jurado vengarlo. En su lugar estaba Nejire, que por obvias razones no emanaba el mismo fulgor que él, pero era uno que complacía su interior, por algo era su mejor amiga. 

—Buenos días, Tamaki. ¿Cómo dormiste?—Preguntó con voz alegre la cual contrastaba con su decadente apariencia. 

—Un poco mejor—. Admitió, pues la "receta mágica" que le habías confiado logró surtir efecto tal cual como lo hacía contigo. 

Tamaki observó como su amiga le miraba sonriente, pero su tez se encontraba pálida, sus labios secos y sus ojeras  increíblemente notables. La liga de villanos no solo había logrado afectar a unos pocos lastimeramente, si no que se llevó por delante miles de sonrisas y alegrías, por ende el creía que su odio estaba mas que justificado contra ellos y contra cualquiera que tuviera que ver con aquellas personas. 

Su charla aminoró en lo que llegaban a clases pues la falta de sueño los tenía desanimados. 

El salón se encontraba frío ya que el día no era el mejor y el ambiente era aún peor, pues varios compañeros se encontraban con heridas y vendas, o ya de por si estaban hospitalizados. 

—¡Buenos días, clase!—Entraste alzando la voz ya que bien sabías que si te dejabas afectar por la pesadez de tus alumnos estos seguirían así por varias semanas más—. Dejen ya las caras tristes que con llorar nada se arregla—. Les miraste de forma severa—. Estoy aquí para que aprendan a defenderse y a defender a los que quieren, así que para cuando termine con ustedes ya no tendrán porque lamentarse mas, ¿quedó claro?—Les miraste esperando una respuesta la cual no tardó ni un milisegundo en llegar. Respondieron enérgicos lo cual te tranquilizó, pues habías logrado levantarles el ánimo tan siquiera un poco.

Tamaki vió como tus ojos se posaron en él, en lo que le pareció una dulce mirada; tal vez no le mirabas así y no tendrías razón alguna para mirarlo de esa forma, pues, en lo que él creía, era quien tenía menos capacidades de su clase. Pero aquella mirada, aquellos dulces ojos que lo miraban a él, un ser tan miserable, con tan inmenso amor, hizo que inevitablemente su alma sucumbiera a la tranquilidad, pues tu para él representabas la paz en su constante guerra interna. 

Abrió su casillero y lo primero que se encontró fue un frasco de jugo de arándanos, su favorito, y al lado de este se encontraba una nota. 

—¡Uy! ¿Quién te dio eso?— Preguntó Nejire, entusiasmada, y no tardó ni un segundo atraparlo en sus manos. 

"Ya deja esa cara larga.

Lechera—"

—¿Lechera?— Cuestionó confundida a tan raro sobrenombre.

Lechera era una broma interna que había surgido entre los dos el día en que Tamaki prácticamente te obligó a sustituir tus treinta cafés diarios por leche, cosa que, en vez de torturarte, te complacía, pues la leche chocolatada era un nuevo placer culposo que habías descubierto gracias a él. 

Con una diminuta y casi imperceptible risita entre dientes, dobló muy bien la notita y la colocó tras la funda de su celular como lo había hecho con las otras, pero esto ya representaba un problema puesto que la carcasa no casaba correctamente con el móvil, por lo que debería de encontrarles un nuevo hogar. 

𝑴𝒚 𝑽𝒊𝒍𝒍𝒂𝒊𝒏 / 𝕋𝕒𝕞𝕒𝕜𝕚 𝕪 𝕋𝕦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora