Candy y Terry voltearon a ver quién los había sorprendido, sin más él la soltó con reticencia, el sentir el calor de su cuerpo era la gloria, mientras ella solo se estaba sorprendida del cambio, un tanto desconfiada sin creer tanta dulzura de su parte, pero era más que sabido que él era un Don Juan y que ella no caería en ese ínfimo detalle o al menos eso haría.
- Veo que ahora es que se comienzan a llevarse bien chicos – comentó William junto con Richard.
- Sí, es que... si vamos a estar mucho tiempo solos y lejos de la civilización sería mejor que nos lleváramos bien, no les parece – comentó Terry sin ver a su padre.
- Pues sí, eso es lo que le dije a Terrence, debes llevarte lo más cordial con Candy, aunque ambos sabemos que tú eres un gruñón patético y usted señorita tiende a ser déspota y feminista – soltó de golpe asombrándose él mismo.
- Gracias Richard, qué amable por sacar a la luz mis defectos – comentó sonriendo ampliamente ella.
- ¡Qué educado, eh duque! – lo miró molesto, una cosa era que ellos supieran como eran y otra muy distinta que él se los recordara.
- Bueno chicos, vayamos al lago o pretenden seguir charlando – preguntó Albert.
- Sí, en un momento los alcanzamos, papá ¿por qué dices esas cosas? – le soltó un manotazo.
- Bueno hijo es cierto, ambas familias tienen sus defectos, tu abuelo, tú y hasta yo mismo somos así y eso que no dije todo, me faltó celoso – resolvió él sonriendo aún más al ver el rostro pálido de su hijo.
- Bueno sí, una pregunta ¿de qué ceremonia habla Candy? – cuestionó el preocupado.
- Ah la ceremonia, ¡mis felicitaciones hijo mío, te va a ir súper! – le dio un abrazo y le palmeó la espalda en son de felicitación.
- ¿De qué hablas? – preguntó el castaño sobre el mismo tema.
- Cuando tu abuelo y William cedieron las leyes, derechos y obligaciones del contrato, se realizó la primera inmersión para ir al arrecife que se encuentra en una isla y después de ello se bucea hasta el centro de la isla a una especie de poza oculta de agua dulce por cierto – le informó su padre a Terry.
- Y nada más eso, ¿por qué las felicitaciones? – cuestionó sin entender.
- Pues es muy sencillo para sellar el pacto, tú hijo mío serás privilegiado con un beso de Candy... le comentó con una gran sonrisa.
- ¿En la boca? – cuestionó como si fuese una niño que no entendía nada.
- Por supuesto Terrence y ahí probarás el sabor de una Andley, digo antes de lo que nosotros dos lo hicimos – dijo mientras comenzaba a caminar.
- Quieres decir que...¿ustedes anduvieron detrás de una Andley? – preguntó aún más asombrado.
- Sí, pero en circunstancias un poco diferentes – refirió Richard.
- Y ¿ustedes también lo hicieron de la misma manera? – siguió con el interrogatorio.
- ¿Qué cosa? Ah sí, no, nosotros tuvimos que competir por el puesto de mayor poder, es decir, que yo obtuve el mayor poder sobre William porque para esa época Albert todavía era un niño y él ya estaba entrado en años – explicó Terry.
- Entonces papá, te informo que soy feliz – dijo él muy emocionado.
- Espero que eso no signifique que te estás enamorando de ella porque esas pasiones con los negocios no se llevan – advirtió Richard.
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Un amor que no entiende de pasiones
FanficÉl un millonario desde el nacimiento, ella una hermosa y sencilla doctora. Él un Don Juan hasta que la conoce a ella, una mujer reconocida por sus logros y amada por quiénes tienen el placer de estar a su lado. Desde el día de su nacimiento, el Duq...