El Ceo Que Compró Mi Virginidad

Capítulo trece: Aniversario de boda

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Para Daemon estos días no son los mejores, y todo porque se acerca el aniversario de boda de sus padres, es casi obligacion que deba ir y convivir con toda la familia, de hecho el problema no es la familia sino un integrante en especifico que no hace que le apetezca ver a nadie, si aquella persona es su primo, Daniel. Aquel cuya niñez fue su mejor, aunque tienen una notable diferencia de edad se veian como hermanos, pero luego de lo sucedido con sus padres y se mudara a la casa de Daemon, el chico mayor cambio de actitud, volviendose más hostil.

Al principio le pareció una buena idea tenerlo en su casa, pues sería como su hermano mayor y tendría a alguien con quien jugar, pero al transcurrir los días se fue convirtiendo en una pesadilla, no entendia su abruto cambio, tenia que soportar su mal genio, sus groserías incluso que a veces le aventara al suelo, todo eso lo atribuía a lo que paso con sus padres, no era ni será fácil perder a tus padres al mismo tiempo, pero en cuanto los años pasaban se fue dando cuenta que si alguna vez fueron amigos, eso quedó en el pasado, ahora solo era basura como él me decía, así que decidio seguir con su vida.

Ahora ambos son adultos y tienen estas reuniones familiares donde frente de los demas es muy cortez, pero luego por detras habla peste incluso usa comentarios pasivo agresivo hacia Daemon para hacerlo sentir mal.
Cuando era más joven eso le molestaba y de verdad podría ponerlo mal, ahora solo lo observa, en su juventud lo menospreciaba haciendo que hasta sus padres hagan lo mismo, lo idolatran por los logros que tiene, pero lo que no saben es que está haciendo trabajos sucios, metiéndose con personas que tienen ningún escrúpulo y que posiblemente termine en la cárcel.

El solo pensar en que pronto tendra que poner su rostro de felicidad lo enfurece, solo su abuelo lo comprendía, pero ahora él ya no está y le hace una falta enorme, sin él no sería la persona que es hoy, gracias a que creía en el, lo apoyaba incondicionalmente y confiaba pudo lograr todos sus sueños o partes de ellos.

Ahora se encuentra rumbo a una reunión y en el camino no pudo evitar recordar como aquella chica que pretende ser su asistente, lo veia y la respuesta tan tonta que le dio, no pudo evita sonreir, solo a alguien depistado pudo soltar tal comentario intimo como lo hizo ella, no va a negar que es una chica preciosa pero su eda lo incomoda un poco tiene la misma edad que su sobrino y ademas que no tiene idea que hacer, aun no comprende porque su amigo la acepto habiendo mejores personas para el puesto y no lo dice él, lo dice la pila de currículum que se encuentra en su escritorio.

Al llegar al coche una bolsa de patatas fritas se estrella en su rostro, enfadado lo toma y mete a un basurero. Allí recordó cuando vio en el área de café las bolsas de snak, sus enemigos declarados.

Desde su juventud a comenzado a odiar y hasta el día de hoy lo hace, es una parte de su pasado.

Han pasado unos dias donde no había ningún problema y se encontraba tranquilo, llego temprano a la oficina cuando escucho a alguien hablar o mejor dicho gritar, al caminar por el pasillo vio a la protegida de su amigo, la llama así porque más de una vez en esta semana que la quiso despedir, pero él lo prohibía, como era posible que un trabajador le prohíba cosas a su jefe, inaudito es la palabra.

Llego y en silencio para ver de que se trataba, la escuchaba maldecir y gritar al teléfono celular, al parecer hablaba con alguien, y por donde se dirigía la conversación era un ex, ella se encontraba de espaldas por eso no lo veia y seguía a los gritos, cuando un dejavu llegó a su mente, era la misma voz y el mismo tono de aquella chica del bar.

No pretendía quedarse con la duda, así que espero solo unos segundo a que llegue su asistente y lo llamo a su oficina.

-Dime Alex, ¿Dalma es la chica que te había dicho que llamaría?

Su rostro se puso serio mientras preguntaba -¿Quien te lo dijo?

-Como que quien me lo dijo, tu eras la persona que debía de informarme de esto, ¿por qué te mantuviste callado? y espero que sea una buena razón.

-Bueno, lo que pasa es que estabas bastante nervioso ese día y decías que era una chica fácil, así que primero quería estar seguro.

-¿Seguro?

-Si, seguro de que ella es la chica perfecta para ti.

Pero, siento que algo me estoy perdiendo, y eso me desconcierta, no me gusta este sentimiento, ahora tengo que salir o través ahora a una cita que me organizo mi madre, si aún sigue insistiendo que encuentre una pareja, aunque me he negado y le he recordado que soy mayor.

Autora: Danna
Univers

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