Todo iba bien para Dalma, aunque sigue teniendo sus encontronazos con su jefe, siempre la llama torpe o inexperta cuando algo no hace como él lo espera, por el momento ignora cualquier insulto, pero bien sabe que si sigue por ese camino un día terminará explotando y nadie se salvará, por ello busco una alternativa es eficaz, pero no del todo. Va a gimnasio dos veces por semana o lo que haga falta y por la bolsa de boxeo coloca una foto de su jefe, allí ella descarga todo aquello que no le dice en la cara y se da el lujo de darle unos golpes también, aunque lo que más le molesta es su voz que su imagen, las personas la ven raro, pero no se involucran. Ella siente que antes los ojos de su jefe es una partícula de polvo más.
Los fines de semana los tiene destinado a visitar a su madre, aunque puede ser agotador ir y venir al día siguiente ella lo hace gustosa solo para ver a su madre.
Así va pasando los días y ella va agarrando confianza y cada vez se supera más en sus labores, Federico siempre que hace algo bien la recompensa con un dulce, ya parece un tío recompensado a su sobrina y solo se llevan cinco años de diferencia, por el contrario, Daemon si ella hace algo mal le echa en cara su inexperiencia y si hace algo bien solo la observa y estos últimos días la a estado observado un poco demasiado, como un águila viendo a su presa y estar en su radar no le gusta micho.
Y como si fuera poco, su admiración hacia ese hombre crece con los días que conoce su historia, solo aparenta ser un hombre frío y sin corazón, pero siempre que puede ayudar a las personas que acuden a su benevolencia.
Un día martes parecía ir bien cuando Daemon llamó a Federico, pero en ese instante él no se encontraba así que fue ella, este hombre le pidió mil tareas por hacer y solo le dio hasta la tarde para completarla, la mitad de la cosa no sabía como hacer y la otra mitad apenas si la había oído, era cierto que ella estaba estudiando ciencia de la administración, pero recién iba por el segundo trimestre no sabía mucho del tema, al salir se sentó en el escritorio a esperar a que llegue su salvador para que le ayude.
Pero cuando lo vio ingresar su semblante era devastador traía consigo una angustia palpable, ingreso directamente a la oficina de Daemon y a los pocos minutos salió y empezó a juntar algunas de sus cosas, cuando vio a la chica que lo miraba atentamente.
—Dalma, cariño, te vas a quedar tú a cargo de todo, se adelantó mi licencia.
La chica con la cara desencajada suplicó —Por favor, no te puedes ir, ahora necesito tu ayuda, el jefe me dio un sin fin de tareas y no sé por donde empezar.
Mirando a los ojos le respondió
—De verdad quisiera ayudarte, pero ahora no puedo, si es urgente pídele ayuda a Eunice o al mismo Daemon, parece un ogro, pero sabrá comprender, ahora si me voy y te deseo suerte, estoy seguro de que lo harás bien, nos vemos pronto, chau.Dalma no entendía qué pasaba y luego a su mente le llegó un recuerdo, Eunice una vez le dijo que su licencia era sobre su madre, así que si era eso y por ello se veía así lo comprendía y le mandaba buenas vibras, sea lo que sea.
Volvió a mirar los papeles en su mano y fue a buscar a Eunice para que le ayude un poco, después de dos casi tres horas de investigación y algunas sugerencias de algunos de sus amigos de la planta baja de la empresa consiguió tener listo una cuarta parte de los deberes, aún le quedaba mucho por camino, luego de haber pasado media hora de haber terminado el horario laboral, Daemon paso por el escritorio de su asistente encontrándose el lugar vacío, ojeo el lugar y se encontró con la mayor parte del trabajo terminado, le sorprendió que haya llegado tan lejos, por un momento pensó que se rendiría o que le reclamaría por darle tanto trabajo, viendo que se había esforzado decidió darle un poco más de tiempo, en ese mismo momento llegaba con una taza de café humeante, pues al no terminarlo todavía se debía de quedar unas horas extras.
—Señor, necesita algo, si es por la tarea ya me falta poco y mañana temprano la tendrá en su escritorio.
Con mirada de indiferencia le dijo
—Solo pasaba a decirte que ya puedes irte, mañana puedes terminarlo.Eso la tomó por sorpresa, pero de igual manera no se echaría para atrás, él le había dicho que debía terminarlo hoy y aunque se quede toda la noche, lo haría.
—Está bien, me iré cuando termine, ya me falta poco.
Al oír eso quedó, ¿decepcionado? O ¿confundido?, porque se quedaría si ya le dijo podía irse.
—Ya lo he dicho, puedes dejarlo para mañana, olvida lo que dije en la mañana.
—Ya lo olvidé, esto lo hago como una superación personal, ya me falta poco, ¿Por qué dejarlo para mañana si me he esforzado para acabarlo hoy?, no tendría sentido con todo el esfuerzo que le dedique.
Con eso ya no tenía argumento y solo se fue a su oficina, iba a terminar de revisar un último documento. Media hora después salía de su oficina y la vio rodeada de papeles, ella al verlo se puso de pie y se despidió.
—Buenas noches, señor, que descanse.
—Igual tú y vete enseguida.
Iba a decir algo más, pero con eso fue suficiente.
—No sé preocupe, me falta muy poco, quizás solo me quede media hora más.
Y fue así que Daemon en el silencio de su coche espero a que ella saliera cuarenta y cinco minutos después, con su salida le llego un mensaje de texto.
"Tarea completada, señor"
¿por qué lo hizo? No estaba seguro, pero se sentía satisfecho.
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Autora: Danna
Univers
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El Ceo Que Compró Mi Virginidad
Roman d'amourDalma por conseguir dinero rápido para operar a su madre, vende su virginidad. Daemon, en busca de pruebas para descascarar a su primo, adquirió por error la virginidad de Dalma. Pero, cuando él le dice que fue por error ella sin sentido alguno se s...