Capítulo treinta y tres: Aun soy virgen

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Ya eran pasadas las doce de la noche y Dalma aún se encontraba despierta en el medio de la sala, pensando en esto y aquello, sintiendo que su cabeza explotaría en cualquier momento.

En medio de la oscuridad solo había una pequeña lámpara encendida, no quería que su amiga se preocupara, ya tenía suficiente con sus propios problemas, tan metida está en sus conflictos que ni siquiera pueden hablar como lo hacían antes y eso la hace sentir culpable.

En aquel instante, su teléfono celular iluminó el lugar dejando ver un nuevo mensaje, lo cual la puso peor de lo que ya se encontraba.

“7,6,5, la cuenta avanza, pronto, muy pronto nos veremos”

Dalma no entendía que carajos pasaba, ese tipo de mensaje ya pasa de lo divertido y hasta incómodo se pone, pero hasta que no se vuelva peligroso para ella, lo dejara a un costado y solo estará atenta a cualquier otro indicio.

Apago el aparato y lo dejo a su costado, tratando de desconectar de todo lo que estaba pensando cuando volvió a sonar, un poco molesta lo tomo y con aburrimiento miro el nuevo mensaje. Se incorporó de golpe viendo que era un mensaje de Daemon.

“¿Estás aún despierta?”

Casi de inmediato respondió

”Sí, no puedo dormir, ¿y vos que haces despierto?“

“Pensando”

Y cuando iba a preguntar en qué tanto pensaba, un segundo mensaje llegó.

“¿Puedo llamarte?”

Y sin esperar respuesta la llamo.

—Creí que esperaría a que te contestara, pero veo que eres un poco impaciente.

—Fue solo por mera cortesía, ¿y qué haces despierta aún?

—Igual que vos, pensando.

Hubo un silencio de segundos cuando hablo nuevamente.

—Estoy cerca de tu departamento, te nace hacer algo, siento que esta noche se me está haciendo más larga de lo esperado.

Salir a estas horas no es lo normal, pero La propuesta se le hizo tentadora, ademas si seguía ahí sentada solo pensando su cabeza terminaría por explotar.

Se levantó rumbo a la habitación, sin antes responder con un «sí» a su propuesta.

Veinte minutos después se encontraba en el coche junto a Daemon, tenía la intención de llevarla a ver el cielo nocturno desde un acantilado popular entre las parejas, llegaron ahí unos diez minutos después, se bajaron del coche y con delicadeza se recostaron por el capot del auto.

—¿Qué piensas? —Pregunto la chica una vez transcurrido unos minutos en silencio.

—Pienso porque tenemos que encontrarnos con personas que no queremos, esas que dejamos en el pasado por un motivo y luego vuelven queriendo ser tu presente como si no te hubieran cagado en el pasado.

—Sabes, escucharte decir eso es como si leyeras mi mente.

—¿También alguien de tu pasado te busco?

—Sí, y fue tan hipócrita que me pidió que reconstruyéramos nuestra relación de cero.

—¿Quién? ¿Un ex? —su voz sonaba un poco molesta.

—No, alguien más cercano y de ámbito familiar —con eso, dejo entrever que no iba a aclarar más.

Quedaron ahí mirando las estrellas hasta que los mosquitos aparecieron en ese tranquilo lugar haciendo que corran hacia el auto.

Ya dentro del coche el aire se volvía escaso y la tensión crecía de una manera desorbitante, incluso hasta pasar salida les costaba, solo miraban hacia adelante cuando sus manos se tocaron, giraron y viéndose a los ojos ya no pudieron contenerse y ambos se lanzaron hacia la boca contraria fundiéndose en un fogoso beso.

Cuando el aire hizo falta tomo impulso alejando al hombre que casi le deja sin oxígeno.

—Me… Falta el… Aire —decía pausada y lentamente.

Se quedaron en silencio recuperando el aire, Dalma sintiendo ese shock de adrenalina recorriendo su cuerpo le propone ir a su casa, solo un segundo basto para Daemon poner en marcha el coche con dirección a su casa.

Cuando llegaron toda esa valentía se fue junto a la adrenalina que sintió, ahora se encuentra nerviosa, porque antes no lo pensó, pero ahora es seguro, su virginidad se iría esa noche.

Con pasos torpes entró sin esperar a que encendiera la luz, chocando con una pequeña mesa.

—¡Cuidado! Espera a que encienda la luz.

Cuando la luz encendió, ambos rieron rompiendo esa atmósfera. Se quitaron el abrigo, tomaron un poco de agua.

Luego, como si fuera una película romántica, Daemon le tomó de la mano guiándola hacia la habitación principal, antes de que abriera la puerta, ella se detuvo.

—Daemon quiero confesarte algo antes.

Se detuvo mirándola y acariciando su mano para darle seguridad, cosa que creía que necesitaba por su semblante de angustia.

—Aún soy virgen —confesó sin preámbulos y bajando la mirada.

Se sintió mal, seguramente ella estaba pensando demasiado cuando en realidad él ya lo sabía, la vio insegura después de esa confesión y se sentía aún peor.

—Levanta la mirada, no hay de que avergonzarse —le dijo tomándola de la barbilla para verla a los ojos —Si no te sientes preparada, podemos parar aquí, no tenemos por qué hacer más.

—Yo sí me siento preparada, pero quería confesártelo primero, para que no te sientas engañado.

Cada palabra dicha por la chica eran pequeñas heridas en su corazón, sabía que debía de confesarle todo, antes de que sea tarde y no lo perdone, pero aún no encuentra la manera de contar todo el enredo que los rodea.

—El que seas virgen no tiene nada de malo, cada persona decide cuando es el momento y a quien entregarlo, si no lo has hecho hasta ahora solo quiere decir que estabas esperando y esperar no es malo.

Bueno un segundo capítulo y
un tercero quizás, besos⭐️


Autora: Danna
Univers

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