Capítulo diecinueve: amor o empatia

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  Los días pararo con una lentitud que dolia, pero la primera noche Dalma no se la olvidaría jamás, la operación de su madre había terminado mucho después de lo esperado y era algo sabido el desconocimiento del tiempo, pues la zona que se operaria sería la cabeza más específico el cerebro.
Esa noche por unas horas había quedado sola o eso creía, pero no es así tenía un ángel que la veía desde lejos, un par de ojos que siempre la veía.
Ya cuando a su madre la pasaron a sala intensiva, ella por más que insistió no la dejaron quedarse con ella adentro así que se quedo afuera, se encontraba leyendo un libro cuando su madre entró en shock veía a través del vidrio como todo su cuerpo convulsionaba, corrió desesperada por el pasillo gritando por un doctor esto alertó a alguien que descansaba sobre una silla para nada cómoda, despertó y la vio llorar y correr descalsa hasta que llegaron las enfermeras y la doctora. A ella la dejaron afuera y ahí se encontraba sola, sentía que todo se caía sobre ella y no tenía como detener todo ese derrumbe, su sostén siempre fue su madre, la que la levantaba siempre que caía, y ahora estaba ahí en el suelo sin que nadie la pudiera levantarla, sentía su corazón latir cada vez más fuerte, quería minimizar ese dolor y entonces inconscientemente comenzó a clavarse las uñas en las palmas lográndo heriserlas, quería cavar más hondo y así solo sentir ese dolor físico, cuando sintió que sus manos ya no tenía espacio vio sus muslos descubierto por el short.

Unas manos le impidió su nuevo ataque, ella levantó la mirada encontrándose con su jefe, él sin esperar alguna reacción la tomo y la llevo a una silla, en ese momento ella no quería pensar en nada más que ser abrazada por el, solo quería ser contenida por alguien. No se decían nada, tampoco tenían algo que decir, en un segundo ella se abraza a él incluso con las manos heridas trataba de apretujarse a su espalda, el no le importó que lo estuviera manchando, puso sus brazos alrededor de su cintura sin ningún tipo de connotación sexual sino más bien de contener, ella temblaba y gimotaba, ese abrazo sincero fue como una caricia a su alma desesperada.

En un momento la respiración de ella comenzó a ser más lenta y pausada, recostada en el pecho de Daemon, por un momento la creyó dormida cuando de golpe y de la nada oyó un "gracias"
Él no sabía que decir.

—Se que es inadecuado —digo bajo con cautela —que haya permanecido aquí sin tu permiso, pero cuando la vi mal no pensé en otra cosa que velar por usted aunque sea a la distancia.

—Yo...

En eso las puertas fueron abiertas y Dalma tan pronto pudo se libro de los brazos de Daemon y corrió por información de su madre.

Su madre había superado la crisis y se recupera con éxito, después de escuchar las buenas noticias Dalma le había dicho a Daemon que podía ir que ella al igual que su madre se encontraban bien, él aunque dijo que iría al hotel seguía mirando las heridas de la chica con preocupación, no eran normales, pero tampoco la quería abrumar, se fue, pero sentía que debía de volver y lo hizo sin importar que no debía o que no era su responsabilidad, lo hizo.

Llego a la sala y la vio en una postura extraña, seguramente estaba sentada y quedó dormida abrasada a su madre, la tomó y la recostó en el pequeño y nada cómodo sofá, pero por lo menos no se levantaría con dolor de espalda por una mala postura. Vio que sus manos aún no fueron curadas, salió hasta la recepción y a la enfermera de turno le pidió gasas y desinfectante y con sigilo volvió a la habitación, después de un rato ya le había limpiado las manos y le había cubierto sus heridas. Luego de mirarla por última vez salió sin percatarse que otros par de ojos lo veían débilmente.

Llego nuevamente al hotel y se dejó caer en la cama, no se entendía por qué es así de protector con esa chica, desde que se enteró de que ella era la chica del bar se enojó, pero también se sorprendió, porque trabaja si tenía dinero después de meditarlo la mando a investigar, si está mal, pero quería entender mejor todo, así fue desde pequeño.
No entiende que fue lo que le impacto, la relación con su padre, la situación de su madre o lo que tuvo que pasar ella, sentía empatía y quiere ayudarla y protegerla y no porque la crea débil, sino todo lo contrario por mucho tiempo tuvo que ser la fuerte y ahora quiere que se relaje y que se deje proteger.

Al otro día Dalma despertó de un mal sueño, pero se sintió aliviada cuando vio a su madre, se talló las manos sintiendo algo nuevo, sus palmas estaban vendadas un sentimiento cálido se instaló en su corazón y por días no se quiso ir hasta que días después tuvo que volver a su trabajo estando tranquila que su madre ya salió de terapia intensiva y cada día está mejor.

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Perdón por tardar...

Autora: Danna
Univers

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