The Queen -HOTD

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Rhaenyra se encuentra con Daemon mirando el Arciano, los sirvientes a unos pocos metros les están preparando la comida que tendrán con la Reina.

—Te veías tan contento en Rocadragón. ¿Para qué volver? —pregunta Rhaenyra en alto valyrio —Seguramente hay una razón más que burlarse de mi padre.

Daemon se acerca a su sobrina y mira el collar que le regalo hace años con una sonrisa, agarra este por unos segundos para luego soltarlo.

<<¿Entonces qué quieres?

—Solo la comodidad del hogar.

Daemon camina a la mesa que todavía falta por estar lista para la Reina, se pone a comer un poco con Rhaenyra caminando detrás de él.

—No había pensado que estuvieras particularmente cómodo en este hogar. Aunque supongo que pareces cambiado por tus aventuras —la princesa se sitia enfrente del príncipe, con la mesa separándolos— Más maduro, quizás.

—Tú misma has madurado en estos cuatros años, princesa. Te acostumbraras a la atención.

—La atención la soporto, es lo demás lo que no quisiera. Mi padre parece empeñado con venderme al señor que tenga el castillo más grande y siento que Lynesse en cierta parte lo apoya.

—Hay cosas peores por las que venderse.

Daemon da una pequeña vuelta para sentarse en la banca mientras espera a la Reina, se preguntaba el porqué de su demora.

—El matrimonio es solo un arreglo político. Una vez se haga puedes hacer lo que quieras. —apoya sus pies en la mesa.

—Para un hombre puede ser un acuerdo político. Para las mujeres es una sentencia de muerte.

—Si fuera por mí, me hubiera desasido de mi Perra de Bronce años atrás.

Le tiende a Rhaenyra su copa de vino para que beba.

—Tú esposa ha sido afortunada —Daemon ríe —No has puesto un hijo en ella.

—Dudo un niño pueda crecer en un lugar tan hostil.

—Mi madre fue hecha para producir herederos hasta que eso la mato. No me haré pasar por el mismo destino.

—Lo que sucedió con tú madre fue una tragedia. Pero es un mundo trágico. No puedes vivir tu vida con miedo, o eliminaras las mejores partes de esta.

—No tengo deseo de vivir con miedo. Solo soledad.

—Un prospecto solitario. ¿Qué opina nuestra querida Reina de esto?

Rhaenyra cambia rápidamente de gesto.

—Quiere que me case con Laenor Velaryon.

—Laenor es una buena opción, te dará libertad al no compartir los mismos gustos.

—¿A qué te refieres?

—Sabes bien a que me refiero —agarra un par de uvas para comer —¿Cómo es que soportar saber que tú padre la hace suya cada que pueda? Llenándola de herederos, no faltará mucho para que avise otro embarazo.

—Estás insinuando algo grave, tío.

—Pero es verdad.

Amelia, la sirvienta principal de la Reina se acerca a los Targaryen con dos nodrizas que sostienen a los dos Targaryen más pequeños.

Lynesse camina detrás de ellos con sus guardias que se quedan detrás manteniendo el espacio.

—Lamento la tardanza, Viserys está algo insoportable —se disculpa Lyn sentándose a un lado de Daemon y tomando en brazos a su hijo mayor —Daemon me da gusto presentarte a Aegon.