The Queen -HOTD

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Las reuniones del consejo siempre son tediosas, quizás lo peor o lo mejor que tiene que hacer un Rey o Reina.

—Es la afirmación de Lord Blackwood, por lo tanto, que los Bracken movieron las piedras en la oscuridad de la noche y pusieron sus caballos a pastar en su campo —resume Lord Lyonel.

—¿Por qué no se resolvió el asunto ante Lord Grover? —cuestiona la Reina sin dejar de ver a Rhaenyra con preocupación, la manera en que mantenía su mano cerca de su pecho con molestia era algo que le preocupa mucho —¿Está tan débil que no puede resolver la disputa de unas rocas?

—Escuché que el hijo de Lord Grover ahora gobierna Riverrun en todo menos en el nombre —comenta Lord Jasper.

—También es un Tully, por lo que esto es un problema de los Tully.

—Estoy de acuerdo —cierra el tema el Rey poniéndose del lado de su Reina, toma su mano por sobre de la mesa y le da un leve apretón cariñoso.

—Podemos continuar, señores...

Rhaenyra interrumpe a Sir Tyland Lannister.

—Los Bracken y los Blackwood aprovecharán cualquier excusa para derramar sangre. Tenemos que atender está disputa. Debe haber plebeyos que sepan dónde han estado las fronteras por años.

—Eso es sencillo —opina Lord Mano.

Lynesse niega.

—Cualquiera puede sobornas a estos plebeyos, no es una fuente de información segura.

Nadie dice nada más por lo que pasan a otro tema.

—Sir Tyland.

—Debemos hablar de los acontecimientos en los Peldaños de Piedra, señores.

—¿Alguna vez acabaremos con ese maldito lugar? —pregunta cansado el Rey.

—Si me preguntan, creo que los Blackwood tienen la ventaja.

—Hablamos de los Peldaños de Piedra, lord Beesbury —corrige el maestre.

—Y la nueva alianza de la triarquía con Dorne —añade Tyland.

—Esperaba que nuestras negociaciones con Sunspear los hicieran entrar en razón —Viserys tose un poco —Pero confiar en un Martell es una decepción.

—¿En dónde está nuestro príncipe Daemon? —pregunta Jasper.

—O supongo que debería llamarlo Rey, como se hizo llamar a sí mismo cuando ganó una batalla allí... una vez —recuerda Viserys.

—El príncipe está por las Ciudades Libres, creo —responde Lynesse a la respuesta de Jasper —Se espera que tan pronto Laena de a luz puedan volver a Desembarco del Rey, o quizás a Driftmark, o Rocadragón.

—El paradero del príncipe no quita el hecho de que hemos dejado indefensos los Peldaños. Debieron construirse fortificaciones, torres vigías, una flota de barcos, una guarnición de soldados que vigilara el territorio.

—No lo podemos costear. Los cofres son grandes, pero no infinitos. Hay que considerar el costo para los súbditos.

—Estoy de acuerdo —agrega Lord Beesbury.

—El costo de una guerra es mayor —Rhaenyra habla con un tono un poco más fuerte recalcando la importancia —Pero hemos sido descuidados y el antiguo monstruo alza la cabeza.

Lynesse piensa un poco sobre el tema, aunque las soluciones no le gustaban mucho.

—Tienes razón, pero el tema es delicado, así que hemos terminado.