Capitulo 6: Lienzos de frustración

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Desperté con el sol filtrándose por las cortinas, una sensación de optimismo llenando mi pecho. Me estiré y respiré hondo, dispuesta a enfrentar el día con energía renovada. Asher Moretti era una sombra lejana, y hoy estaba decidida a enfocarme en lo que realmente importaba: mi trabajo.

Después de una ducha rápida y un desayuno ligero, me dirigí al taller artístico donde trabajaba con mis amigos. Caminé por las calles disfrutando del aire fresco de la mañana, sintiendo que cada paso me alejaba más de las inquietudes que Asher había dejado en mi mente.

Al llegar al taller, fui recibida por la familiar atmósfera de creatividad y compañerismo. El lugar estaba lleno de luz natural, con lienzos, pinceles y colores por doquier. Anne, Lorenzo y Mateo ya estaban allí, inmersos en sus propios proyectos. Nos saludamos con entusiasmo y cada uno volvió a concentrarse en su trabajo.

Me dirigí a mi oficina, un pequeño espacio lleno de mis herramientas y obras en proceso. El olor a pintura y el sonido suave de la música de fondo me hicieron sentir en casa. Decidí aprovechar la energía que sentía para empezar un nuevo proyecto. Necesitaba liberar toda la frustración acumulada de los últimos días, y no había mejor manera de hacerlo que a través del arte.

Monté un lienzo grande en el caballete y comencé a preparar mis colores. Cada trazo de mi pincel era una descarga de emociones: ira, confusión, determinación. Mientras pintaba, me sumergí en el proceso, dejando que mis sentimientos guiaran mi mano. Los colores se mezclaban y formaban patrones, cada uno representando una parte de mi viaje emocional.

Anne se acercó en un momento, observando mi trabajo en silencio. Después de un rato, comentó:

-Scarlett, esto es increíble. Puedo sentir la intensidad en cada trazo.

Le sonreí, agradecida por su apoyo. Continué pintando, perdiendo la noción del tiempo. Cada capa de pintura añadía profundidad y significado a la obra. Estaba creando algo hermoso a partir de mis propias luchas internas, transformando mi frustración en arte.

Lorenzo y Mateo también se acercaron para ver mi progreso. Sus comentarios y risas me motivaban a seguir, recordándome por qué amaba tanto este entorno creativo. Juntos, formábamos una especie de familia, apoyándonos mutuamente en cada paso del camino.

Cuando finalmente me alejé del lienzo, cubierta de pintura y con el cuerpo cansado, miré mi obra con satisfacción. Había creado algo poderoso y emotivo, una representación visual de mi lucha y mi determinación. Sentí que había dejado una parte de mí en ese lienzo, y al hacerlo, había liberado parte de la carga que llevaba.

Mis amigos se reunieron a mi alrededor, admirando la obra terminada.

-Es espectacular, Scarlett -dijo Lorenzo-. Realmente has capturado algo especial aquí.

-Gracias, chicos. Realmente necesitaba esto -respondí, sintiendo una mezcla de alivio y orgullo.

Pasamos el resto del día trabajando juntos, compartiendo ideas y risas. Sentía que había recuperado mi equilibrio, que estaba lista para seguir adelante sin las sombras del pasado.

Al final de la jornada, salimos del estudio juntos, disfrutando de la cálida luz del atardecer. Caminamos por las calles de la ciudad, hablando de nuestros planes y sueños. Me sentía agradecida por tener a estos amigos en mi vida, por tener un lugar donde podía ser yo misma y expresar mis sentimientos a través del arte.

Mientras nos despedíamos y cada uno se dirigía a su casa, me di cuenta de que había ganado una pequeña batalla. Había logrado transformar mi frustración en algo hermoso y significativo.

Con esa certeza, me dirigí a mi apartamento, lista para descansar y recargar energías para el día siguiente. Estaba en control de mi vida, y nada ni nadie iba a cambiar eso.

Vínculos Prohibidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora