Capitulo 2: Entre risas y arte

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Me desperté en la tranquilidad de la suite del hotel, el sol de la mañana filtrándose suavemente por las cortinas entreabiertas. El recuerdo de la encuesta en la galería aún fresco en mi mente, me levanté con determinación, lista para enfrentar otro día en la ciudad que respiraba arte en cada esquina.

Después de un desayuno ligero en el elegante comedor del hotel, me dirigí hacia la galería una vez más, lista para explorar las maravillas que Florencia tenía para ofrecer. Con Anne a mi lado, caminamos por las calles adoquinadas, admirando la arquitectura antigua y las esculturas que adornaban cada plaza y jardín.

Llegamos a la Galleria D'Arte Eterna con la emoción de explorar un mundo de belleza y creatividad. El aire estaba impregnado de emoción y expectativa mientras nos adentrábamos en la galería, rodeadas por las obras de arte que adornaban las paredes.

Fue entonces cuando lo vi. Asher Moretti, el hombre que me había abordado la noche anterior en la galería, estaba cerca, observando una obra con una expresión concentrada en el rostro. Sus ojos oscuros parecían seguirme a medida que avanzaba por la sala, como si estuviera hipnotizado por mi presencia.

Cansada de sentir el peso de su mirada sobre mí, decidí enfrentarlo. Me detuve en seco y me giré hacia él, encontrándolo con una mirada sorprendida pero intrigada.

— ¿Quieres una foto? porque llevas observándome desde anoche —cuestioné, mi tono desafiante pero tranquilo.

Asher pareció sorprendido, era evidente que no estaba acostumbrado a que lo abordaran de esa manera, especialmente por una mujer. Por un momento, sus ojos grises parpadearon con incredulidad antes de que una sonrisa irónica se curvara en sus labios.

— Interesante oferta —respondió, su tono con una mezcla de sorpresa y diversión— Pero no, gracias. Prefiero apreciar el arte en persona.

Su respuesta me sorprendió, no pude evitar cruzarme de brazos y fulminarlo con la mirada.

— ¿Cómo te atreves a...? —comencé a decir, pero fui interrumpida.

— I tuoi capelli rossi eguagliano il tuo temperamento, sei una piccola palla di fuoco —dijo en lo que supuse que habia sido italiano, con una sonrisa dibujada en sus labios.

Yo sabía de italiano lo mismo que de matemática, absolutamente nada. Arqueé una ceja en representación a mí falta de comprensión. Entonces, él se acercó a mí, su aliento cálido rozando mi oído mientras susurraba la traducción de sus palabras.

— Dije que tu cabello rojo es como tu temperamento, eres una pequeña bola de fuego —susurró, pasó un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y siguió de largo como si nada.

Me quedé perpleja, sin saber cómo reaccionar ante su atrevimiento. Por un momento, contemplé la idea de darle una bofetada, pero me contuve. No valía la pena arriesgar mi oportunidad profesional por un hombre que apenas conocía. Además, con su tamaño y masa muscular, probablemente acabaría lastimándome a mí misma si intentaba golpearlo.

Con un suspiro de resignación, decidí dejarlo pasar y continuar con mi día. No valía la pena perder mi enfoque por un tipo arrogante. Anne y yo seguimos explorando las diferentes salas, admirando las obras de arte que adornaban las paredes y los rincones de la Galleria D'Arte Eterna.

A pesar de nuestro encuentro con Asher, la emoción y la belleza del arte que nos rodeaba lograron levantar mi ánimo. Pasamos horas inmersas en la contemplación de las pinturas y esculturas, dejando que la creatividad y la pasión de los artistas nos envolvieran.
Cada obra de arte era única en su expresión y en su significado, y sentí una profunda conexión con cada una de ellas.

Vínculos Prohibidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora