Capítulo 15: Con Ella En Su Mano

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Por la pequeña ventana pasaba la luz del día, así que no podría salir incluso si quería. Se quedo con su donante de sangre hasta que este pudiera levantarse. Obviamente no iba a desaprovechar la oportunidad y la iba a interrogar, parece que ambas habían pensado eso mismo. 

—Quienes eran esos hombres?— Dijo ella, ahora sentada en el taburete. Hacia un poco de frio y se acurruco contra la capa para calentarse. El frio contra el piso le hizo darse cuenta de que estaba descalza.

Tero revoloteo los ojos, parece que era una especie de costumbre que hacia cuando pensaba. —Ellos... Theo... Son de una banda rival, antes estaba con ellos hasta...— Dejo las palabras en el aire y pensó unos momentos antes de continuar. —Es normal que estén enojados, pero no pensé que fuera hasta ese punto...— Nemes le entrego la sopa que antaño era para ella. Tero la necesitaba estaba mas pálida que las sabanas que la cubrían.

Ella lo acepto con una sonrisa liviana y empezó a comer, con la cuchara en la boca le hablo sin mirarle a los ojos —Eres mago...— Nemes asintió con dudas.

—Uno bastante malo— Chasqueo sus dedos corazón y pulgar generando una chispa que salto a su índice e inicio una pequeña, llama como un encendedor. Ya le había encontrado el truco.

Ambas miraron la llama unos momentos, como hipnotizadas o reflexivas. —Tim no diría lo mismo...— Dijo con una mezcla de gracia y de tristeza. —Quien?—

—Tim, el chico que...— Pensó antes de hablar. —Que te clavo la daga, era mi único amigo en los callejeros...— Nemes lo tomo como protesta.

—Pues menudo amigo asesino que ahí tenias— Dijo con los cachetes inflados, enojada. Enserio lo estaba defendiendo?. Tero pareció captar su frustración y agito las manos negando. — No, no, no te culpo. Solo que el era tan buen chico... Supongo que es cierto que la gente cambia. —

Ambas quedaron sumidas en un silencio reflexivo. Bueno en realidad, Nemes estaba incomoda, la única reflexionando era Tero.

—Que es este lugar?— Le pregunto rompiendo la fea atmosfera. Tero, contenta de finalmente escuchar una pregunta facil, —Es...— Pero antes de que pudiera contestar la cortaron.

—Esta mi guarida, la de los Reos!— Habló la voz de un chico, mientras este bajaba las escaleras. Los escalones de madera rechinaban con cada uno de sus pasos. Cuando termino de bajar, Nemes lo pudo ver bien.

Era Ardid, El pícaro, un personaje de 4 estrellas. Era un personaje que te daban gratis al inicio de la aventuro así que lo conocía bien. No había mucho que decir de el, nació en la calle y probablemente moriría por ella, aunque el personaje tenia una versión alternativa de 5 estrellas

Nemes miró a Ardid con curiosidad y recelo. No esperaba encontrar a alguien como él en este lugar. Ardid era conocido por ser astuto y siempre tener un as bajo la manga.

—Es un placer conocerla, lady Nemes...— Dijo mientras mantenía el contacto visual, parecía ser arrogante al tener el control de la información, estaba arrogantemente presumiendo la batuta. —Yo soy...— Esta vez fue el turno de Nemes de interrumpir:

—Ardid, el mendigo —dijo Nemes con tono sarcástico. Ardid abrió muchos los ojos, —M-mendigo?— Dijo en voz baja aturdido. Pero rápidamente se recompuso:

—Veo que has oído hablar de mí. Siempre es un placer conocer a una admiradora... —replicó, inclinándose en una exagerada reverencia.

Tero, visiblemente más relajada al ver a Ardid, suspiró aliviada. —Le vas a explicar tu?—

El pícaro asintió, dejando de lado su tono burlón. —Claro, Tero. Este lugar, como ya mencioné, es la guarida de los Reos. Somos un grupo de... bueno, podrías llamarnos marginados, sobrevivientes. Nos unimos para protegernos y ayudarnos mutuamente en esta ciudad llena de traidores y peligros.

Ardid espero unos momentos pero, viendo que Nemes solo le quedo mirando sin expresión, frunció un poco el ceño y con una sonrisa fingida hablo —Y bien, ¿Que me dices? ¿Te uniras a nosotros?—

Nemes estaba predispuesta a aceptar, pero tuvo que preguntar. Persona precavida vale por dos.

—Y que... implicaría unírmeles— Pregunto con un deje de desconfianza. El chico se rasco la nuca y, con una sonrisa confundida, —Bueno... algunos encargos— Y con una sonrisa sádica termino: —Nada tan fuerte como matar...— Cambiando el tono a uno mas de negociador, continuo. —A cambio, tendrás esta guarida para ti y... monedas, tal vez de oro si te esfuerzas lo suficiente— Dijo levantando dos veces las cejas.

Nemes frunció el ceño. Sintió que se estaba burlando de ella, y por la fea sonrisa que le estaba dando supo que así era. —Esta bien, acepto.

—Bien!— Cambiando su sonrisa a una sincera. —Normalmente te hariamos unas pruebas para comprobar tu lealtad, pero haciendo lo que hiciste...

—Por ahora solo descansa... Me entere que te apuñalaron— La miro de arriba a abajo. —Pero, por como se ven, parece que la moribunda es Tero—  Alzo los hombros, indiferente.

El silencio volvió a caer sobre ellos, esta vez menos tenso, más lleno de... algo. Mientras Tero terminaba su sopa y Nemes trataba de acomodarse en el incómodo taburete, Ardid se dirigió a la pequeña ventana, observando la luz del día que brillaba sobre el polvo suspendido en el aire. El futuro era incierto, pero con ella en su mano, tal vez podrían cambiar su destino. Pensó apretando el puño con ira contenida

Renací Como Mi Personaje Vampiro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora