Capítulo 32: Horizonte

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—No te interpongas... Estamos trabajando— Dijo fríamente el ángel. Solo ahora usaba el don de la palabra, cuando sus puños estaban cansados...

—Hmm~?— Tarareó la chica divertida. —Yo solo veo a dos maleantes maltratando a una niña linda~— Habló con un tono burlón. Parecía que le importaban poco los motivos comparados con el placer de cambiar la escena a su antojo.

— Esa... Niña. Es un vampiro, tenemos que acabarla... Muévete o te moveré— Declaró la semiángel irritada por tener que hablar tanto.

—V-vampiro?— La kitsune lucía terriblemente sorprendida.

Al momento en que entendió que lo decía en serio, empezó a reírse con fuerza.

—Ya veo... No son maleantes, son estúpidos! —Afirmó cuando su risa cesó. Luego con una cara desafiante miró a la chica alada: —Muéveme, si puedes...—

Al momento siguiente, las tres personas se lanzaron a una extraña pelea. Sus espadas se golpearon en varias ocasiones lanzando chispas, pero era obvio que la forastera tenía las de ganar.

Su técnica y agilidad eran muy superiores a dos rivales cansados. Tan asi que el combate termino a los minutos... Cansándose, la forastera pareció cargar energía en su espada y la balanceó al aire aparentemente vacío.

No se veía nada, pero de repente el trigo se cortó por una onda invisible. El único indicio del mortal ataque invisible era el dorado cultivo que se cortaba a gran velocidad mientras el corte se dirigía al ángel.

Esta última lucía sorprendida e intentó bloquearlo con la hoja de su espada, pero infructuosamente, pues si bien pudo bloquear el corte, la fuerza de empuje detrás de aquel extraño ataque era enorme.

Cuando la fuerza la impactó, salió despedida golpeándose contra un árbol en la distancia, recibiendo graves daños. 

Con esfuerzo, apenas pudo levantarse y, entendiendo que no tenía posibilidades, envainó su espada e hizo una reverencia. Aceptando su derrota.

Ahora Leo y la extraña se miraron unos segundos, en tensión. Pero él soltó sus espadas y levantó las palmas, rindiéndose, igual que su compañera.

La chica zorro dio un asentimiento arrogante, satisfecha por el razonamiento del hombre. Luego se dirigió a Nemes, con una sonrisa engreída.

La forastera se acercó a Nemes, observándola detenidamente con una expresión intrigada.

—Bueno, bueno... ¿Estás bien?— dijo con una sonrisa ladeada. —Quítate la capucha, quiero verte mejor—.

Nemes retrocedió un paso, levantando la mano para detenerla.

—N-no — respondió con voz temblorosa. —Estoy... — Dudó, tratando de encontrar una excusa. —El sol me lastima...— Al final, dijo la verdad a medias

La chica zorro levantó una ceja, escéptica, pero luego se encogió de hombros.

—Entiendo. Entonces, vayamos al molino. Allí estará bien, ¿no?— propuso, señalando con su espada hacia el horizonte.

Nemes miró al suelo, susurrando:

—Sí, pero... — Miró a Leo y a la Semiángel a la distancia, finalmente decidiéndose a algo, gritó: —Leo! ¿Sabes cómo curar una mordida adictiva?!— Era una situación extraña que, de una manera extraña, pregunto algo extraño a alguien extraño. Ella lo sabía, pero si su mordida era tal, él también sería una víctima, no dudaba de que la ayudaría si es que no se habia curado ya por otros medios...

Él la miró, tanto sorprendido por que ella sepa su nombre como por el hecho que estaba declarando. Fen' Leo y la semiángel hicieron contacto visual, parece que se dijeron todo con sus ojos, esta última dio un asentimiento y se alejó, perdiéndose en la oscuridad del bosque.

Renací Como Mi Personaje Vampiro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora